‘No volaba ni una mosca’, fue la frase que resumió la audición que se llevaron a cabo en el Teatro Sarmiento, cuando Paloma Herrera, especialmente, y Lidia Segni (convocada por la ex Principal del American Ballet) eligieron a las bailarinas de El Lago de los Cisnes, que debutará el 26 de noviembre; primer ballet de la Opera de San Juan (que dirige Ricardo Elizondo) y el primero que se verá en el Teatro del Bicentenario. Y la misma expresión aplica a las clases, donde comenzaron a montar la obra, nada sencilla a decir verdad. Con los roles ya determinados, tratando de acomodar los compromisos a los filosos requerimientos, los ensayos tienen lugar en diferentes turnos y es a la nochecita cuando el equipo está prácticamente completo.

Ex primera bailarina del Colón (hizo gira con Nureyev y Godunov), exdirectora del Ballet de ese coliseo durante seis años, directora general del Ballet Argentino de Julio Bocca, creadora del Ballet Juvenil Metropolitano, directora del Ballet del Teatro Argentino de la Plata y maestra del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, entre otros laureles; Segni -que hace dos décadas viaja por el país- se quedará hasta el próximo sábado en la provincia, para dejar la coreografía puesta y definir otros ‘detalles’ como el vestuario. Las jornadas son intensas y ella no hace concesiones.

‘Ayer había un silencio…’, resalta en charla con DIARIO DE CUYO Lidia, quien define la disciplina del grupo como ‘perfecta’. ‘Le dije a las chicas, yo no estoy enojada, tengo un carácter bárbaro para ensayar, nunca me canso, pero tengo una exigencia absoluta, porque así fui en mi carrera. Cuando terminaron la primera clase, aplaudieron todas y estaban destruidas.Trabajamos muchas horas sin descanso… Bueno, son jóvenes, a la edad de ellos se puede todo’, sonríe la maestra, que volverá en octubre y en noviembre, varios días antes de la función, para adaptar todo al escenario. ‘No será fácil para las chicas, porque es muy grande’, acota. En el interín, Cristina Brisson estará a cargo de los ensayos, que ‘desde mediados de septiembre deberían ser todos los días’, marca.

Apuntando a un resultado parejo, limpio; Lidia explica que lo que más hay que trabajar es la punta y el estilo -‘y, son cisnes’, ilustra-, y más en el segundo acto. ‘Hay desniveles, pero debo reconocer que no vienen de una rutina exigente, no tienen experiencia profesional, salvo alguna excepción’, reconoce, y admite que no puede adaptar tanto la coreografía porque es algo tradicional. ‘Las variaciones sí, un poco, pero además tengo que respetar muchas cosas porque vienen dos primeros bailarines del Colón (Nadia Muzyca y Juan Pablo Ledo), que saben cómo se mueve el cuerpo de baile, porque es lo mismo que hacen allá’.

Sin embargo, Lidia asegura que ‘hay muy buen material’ y tranquiliza con un ‘recién empezamos’. ‘Cuando me vaya va a haber un cambio notable, porque están trabajando muy fuerte’, alienta, entusiasmada y feliz con el desafío.