Suenan melodías fuertes, intensas y con ritmo agresivo, que elevan al máximo las emociones; algo semejante al salto extremo que puede provocar un skate en acción. Y las palabras estallan en un grito: ‘Tenemos latas, un whisky, las tablas, el tiempo completo para disfrutar / Solo queremos patinar, no más violencia policial’. Con esta canción, llamada ‘Solo queremos’, la flamante banda Jeffrey se erige como la pionera del ‘skate rock’ en la provincia, tendencia en la que ya incursionan otras voces y que levanta la bandera en defensa de la cultura del skateboarding. Carlos Silva (voz y guitarra), Mario Bazán (voz y bajo) y Fabricio González (batería) forman el primer power trío dedicado al skate rock en San Juan. Es un subgénero emergente (Massacre podría ser el punto de referencia musical en Latinoamérica) que se basa en el rock, el punk y el hardcore y que encuentra un lugar común para la cultura urbana del skate, donde la adrenalina y la sensación de quebrar los límites físicos se intensifican en este deporte de acrobacias entremezclado con toda una subcultura urbana que tiene cada vez más adeptos entre los jóvenes sanjuaninos. ‘Cuánto tiempo más vas a dejar que controlen tu mente diciéndote qué tenés que hacer y qué pensar / Sometiéndote a un régimen de consumismo extremo / Apagándote los sueños, quitándote la libertad’, reza otra canción llamada ‘A los corrompidos’ que pertenece al disco ‘Surfeando el Tsunami’. Es su primer disco profesional de ocho tracks y lo lanzan por vía digital a través de la plataforma Bandcamp y próximamente estará listo para lanzarse en formato físico con un estreno en el Teatro Municipal.
El trío constituye una de tantas bandas que tienen en la autogestión la única forma de sostenerse artísticamente. Sin embargo, lo distintivo es que reúnen y llevan la música y el amor por el skate a otro nivel. El grupo inició sus primeros toques en el 2012, con presentaciones en bares y espacios del circuito underground local -incluso, participó en el certamen Rock en las Plazas el año pasado con una sólida performance-; sin embargo, este 2016 significa el despegue de lo amateur para constituirse como banda profesional. Su debut en la reapertura del Teatro Sarmiento a principios de mes, fue un paso importante para encaminar la carrera.
Carlos, el referente visible del trío, junto con Mario, se criaron desde pequeños patinando, pero a la vez encontraron su vocación también en la música. ‘Las letras tienen un sentido con ideales altos, pero no somos partidarios de una política en especial. Nuestras canciones hablan de la superación personal y espiritual. Creemos en la libertad. Y en lo musical nuestras bases son el bajo, la guitarra eléctrica y la batería. Pero agregamos otros sonidos ajenos al punk como el violín y el teclado’, explica el cantante y aclara que ‘lo que diferencia al skate rock, es la energía que transmitimos al tocar. Nosotros tenemos un compromiso con el skating y denunciamos los problemas con al abuso policial que es una constante cada vez que los chicos quieren patinar en una plaza y los persigue la Policía’. El bajista hace un repaso sobre el desarrollo y crecimiento del skating en la ciudad: ‘Desde hace mucho tiempo se viene patinando. El gran semillero fue la Plaza Laprida, luego, la presencia de los skaters se trasladó a la Plaza de la Joroba y en Villa Krause hace unos diez años. Ahora hay muchísimos y la corriente fue evolucionando con muchas tribus, son tantos que en cada barrio, hay gente patinando y el skate se ha vuelto tan habitual como jugar un partido de fútbol’, comenta Mario. Al proclamarse como la primera banda que levanta la bandera de la cultura del skating, aseguran que se manifiestan a partir de ‘una necesidad en nuestro ambiente de poder contar con una corriente artística que transmita nuestros sentimientos y lo que el skating tiene’. El batero, Fabricio, no sólo tiene habilidad para la percusión, también para el dibujo y encuentra un terreno propicio para expresarse: ‘No somos una bandita más de pibes de 15 años. No nos encuadramos en una cosa pura. Este año se nos abren muchas puertas y resulta alentador saber que se suman muchas fechas para tocar. Estamos abiertos a lo que surja’, resalta. ‘Nuestra acción es extrema, pensamos en desafiar nuestro límites, es el concepto que nos define como banda y habla de lo que somos. No contamos con muchos recursos o una sala sarpada, pero nos manejamos con lo que tenemos y ponemos al pecho para estar arriba de cualquier ola’, sostiene el músico.

