Cinco años pasaron del festejo de sus 2 décadas, desde esa vez no volvieron a pisar las tablas en solitario. Esta vez, la fiesta de las Bodas de Plata vienen con yapa: "Estos 25 años vienen con el empuje que necesitábamos para retomar nuestros sueños cargados de emoción, recuerdos, ilusiones y el entusiasmo del primer día, pensando en la grabación de un nuevo disco para la segunda parte del año, ya que el último que sacamos fue en 2009", reflexionó el trío compuesto por César, Darío y Eduardo Oro. Así, los famosos Gajos de Pinono, rótulo que los marcó a fuego dentro de la criollada, celebrarán su aniversario el próximo 27 de junio en el Teatro Sarmiento, a las 21.30 (ver aparte).

"Este regreso significa volver a cantar como si fuese el primer día, con la meta de participar de todas las fiestas provinciales, departamentales y de Cuyo. Y, si está la posibilidad de volver a Cosquín, después de nuestra última vez en 2006; y el Festival de Jesús María, donde fuimos 4 años consecutivos, nos encantaría", destacó Eduardo, tras este paréntesis del grupo, que no se fue del todo, ya que durante ese tiempo estuvieron presentes en encuentros y colaborando en peñas locales.

"En esa época, fuimos los primeros en meternos en el folclore siendo chicos, Darío tenía 15, Eduardo 18 y yo 20; y éramos los mimados en medio de grandes como el dúo Minguez-Barboza, Los Trigales, Los Manantiales, Los Hermanos de la Torre y cómo olvidarnos de Los Inti Huama, ellos nos ayudaron mucho en nuestros comienzos", rememoró César.

La semilla

El origen fue en tierra pocitana, en la casona del abuelo Raúl. A su fogón, se acercaron figuras como Atahualpa Yupanqui, Los Cantores de Quilla Huasi y Julia Elena Dávalos, entre otras estrellas de los ’50 y ’60.

Luego, se vino la segunda, con Pinono (padre de César, Eduardo y Darío) a la cabeza, junto a Víctor Gurí y Osvaldo Raúl: Los Gajos de Oro. Y, entre cuecas y tonadas, llegó la tercera: Los Gajos de Pinono.

"Comenzamos en 1990, en una peña de la escuela del barrio SMATA, donde fuimos invitados, entre la ansiedad y el gusto; lo hicimos sin nombre artístico ni nada, pero convencidos de que era nuestro destino el folclore…", evocó Eduardo.

Un año más tarde; ganaron su primer concurso de canto en la Expodanzas de la localidad cordobesa de Mina Clavero, en conjunto vocal. Así, arrancaron su carrera y representaron a la provincia en distintos convites nacionales, como los festivales de Cosquín, de la Tonada (Mendoza, donde se alzaron con el galardón que los habilitó a volver 5 años consecutivos), de Doma de Jesús María (donde fueron Revelación en 2000), de la Calle Angosta (San Luis) y Rivadavia Canta al País (Mendoza).

Exponentes del gauchaje sanjuanino, también tuvieron su propia peña que funcionó de 2004 a 2006 y se llamó La Tala. "El nombre se lo puso mi hijo Manuel, a los 2 años, porque así llamaba a su guitarra", apuntó el hermano del medio, en referencia a "la aparición de la cuarta generación", continuación de la estirpe cuyana de los Oro.