Parte del nutrido grupo de adolescentes que ya sienten como propio al Museo de Bellas Artes, que articuló un espacio donde se forman y entretienen; y a la vez escuchados y valorados.

 

 

Vienen de diferentes puntos de la provincia, de distintas realidades y oportunidades. Pero tienen más cosas en común de lo que creen: varios se conocieron durante su niñez, cuando cada verano eran parte de los “Vacacionarte’. Y hoy, ya adolescentes, comparten una inclinación marcada por las actividades artísticas. Pero la que más los atraviesa es que, cuando superaron la edad para participar en la colonia de verano, ninguno quería desvincularse del Museo de Bellas Artes Benjamín Franklin Rawson, donde pasaron mañanas hermosas aprendiendo y divirtiéndose. Afortunadamente no fue necesario… Su inquietud fue escuchada por la institución que comanda Virginia Agote, quien entonces armó un espacio para que siguieran codo a codo, siendo parte de diferentes actividades, que van desde el aprendizaje hasta la colaboración espontánea y voluntaria de los chicos en diferentes actividades. “Generación Benja’ fue el nombre que le dieron a esta propuesta, que debutó en 2015 con 11 jovencitos y que este 2018 se consolida de la mano del fresco entusiasmo de unos 50 chicos y chicas, fascinados con todo lo que tiene que ver con la vida del Museo, que ya conocen como a su casa y que se les metió bajo la piel. Los “Generación Benja’ ahora no sólo colaboran en los Vacacionarte con los más pequeños e interactúan con los docentes, sino que su actividad se prolonga todo el año: los miércoles de 19.30 a 21 se reúnen en la Biblioteca con la profesora y artista plástica Natalia Quiroga, quien desde un comienzo tiene la batuta del grupo que crece bajo el ala de Educación. Allí, los chicos de entre 13 y 18 años no sólo se convierten en especialistas de las muestras en curso y de sus autores de un modo casi lúdico (investigan, se forman, pintan a la manera de los artistas y hasta pueden charlar con al artista invitado cuando es posible, por ejemplo), sino que plantean sus propuestas e ideas; y colaboran a voluntad y ad honorem con buena parte de las movidas del Rawson. Así se los podrá ver la próxima semana, con la icónica camiseta que les obsequiaron recientemente y que lucen orgullosos, cuando inaugure la nueva exposición. Pero lo más importante es que ellos, con su entusiasmo y energía, encuentran allí un lugar de pertenencia y contención; y se convierten en difusores y multiplicadores entre un potencial público joven, tesoro que las salas del mundo persiguen. 

“No es algo formal ni estructurado. Los encuentros se producen en un ámbito de libertad, distendido, y ese es el enganche. Y no tardan en ponerse la camiseta. Hasta un grupo de whatsapp se hizo! Es como que van formándose en arte sin darse cuenta. Y cuando los padres ven que una vez por semana los chicos están dos horas en el museo contenidos, y que vuelven locos de felicidad a la casa, también ellos se enganchan’, comentó a DIARIO DE CUYO Quiroga, quien agregó que en los relevamientos que se hacen en el museo notaron que esa era la franja que faltaba; ya que “los adultos van solos y a los niños los llevan sus padres’. Entonces decidieron capitalizar lo que naturalmente habían logrado. “Fue proponerlo como una idea y funcionó, evidentemente estaba esa necesidad’, acotó Natalia, quien también mantiene el vínculo con los “Súper Benja’, como les llama a quienes ya “egresaron’ tras superar los 18 años. 

“Generar un espacio para adolescentes es siempre un enorme desafío. Y poder haber logrado este espacio y con este nivel de participación y alegría y de beneficio mutuo es maravilloso. Lo que destaco es cómo se consiguió y la idea central del grupo. Nació porque estamos atentos a las necesidades de la gente, hacemos estudios de público, estamos tratando de conectarnos realmente con el visitante, el participante; y esto surgió de estar atentos a eso. Y entonces se los convocó para pensar en conjunto qué necesitan, que quieren, qué podemos darles, cómo podemos trabajar juntos, que surgiera de ellos, aunque con nuestra conducción y articulación’, sumó Agote. “Son vínculos reales, verdaderos, de la comunidad con la institución, que permanecen para siempre’, reflexionó.

 

>> Feliz, la “Generación Benja’ 2018 recibió días atrás a modo de obsequio un bolsito con objetos del museo, la camiseta, una libreta y el gran libro de la colección, entre otras cosas.