Una de las opciones para divertirse entre amigos y también en familia, es la visita al Hollywood Park, que este fin de semana pasado abrió sus puertas en el Predio Ferial (España y Las Heras), con juegos más extremos que retan hasta al más valiente y temerario a enfrentar el vértigo y la sensación tener el corazón saliendo por la boca. Como suele suceder, los jóvenes son los que más se le animan a estas intimidantes moles de metal que prometen experiencias inolvidables, y -generación 2.0 al fin- con un plus: ahora la consigna es grabarse con el celular. Quien está en condiciones de soltar alguna mano y agarrar otra cosa que no sea la baranda de protección, el arnés de seguridad, o el estrujado brazo del que tiene al lado, hace selfies y videos propios mientras dura el vuelo. Y el resto pide a alguno que quedó en tierra que registre el impactante momento, que seguramente hará luego su camino por las redes sociales. La postal se repitió en los seis desbocados monstruos mecánicos que encabezan las más de 20 atracciones del parque, y que no de casualidad, son los más convocantes y que muchos incluso repiten.
Los intrépidos que llegan a esta particular jungla suelen entrar en calor con un clásico, el “Samba Rock”, que les permitirá ir templando el espíritu con sus despiadados sacudones, donde ningún agarre parece ser suficiente para mantenerse en el lugar.
La adrenalina sigue subiendo con el “Barco Apache”, otrora Barco pirata, que tiene un movimiento pendular que cada vez va ganando más altura, aunque no llega a dar el giro. Sin embargo, provoca muchos gritos en los más miedosos, sobre todo entre quienes no se percatan que sentarse en los extremos es aún más estremecedor.
Clásico de clásicos, la “Montaña Rusa” entusiasma en igual medida, Facundo Guzmán (13) se subió con sus amigos y quedó fascinado por la velocidad que toman los carros: “En la recta final da una sensación que te tira la panza, ¡está muy buena!”, contó listo para hacer la fila de nuevo.
Ya con el cuerpo y las cuerdas vocales calientes, la troupe cuasi masoquista está lista (¿está lista?) para la recta final, que bien podría ser el ingreso al infierno. No, no hay fuego como se lo suele pintar, pero los alaridos que se escuchan desde abajo bien podrían ser algo como eso. “Kamikaze”, su ya conocido nombre lo dice todo. Hay que serlo para treparse a esas dos líneas de jaulas con movimientos pendulares, que se cruzan en el aire y alcanzan 16 metros de altura, dejando a sus tripulantes cabeza abajo (y a veces, tripas afuera). Luciano Castro fue uno de los que se animó al reto: “Está increíble, sentís que te vas a otro mundo”, sintetiza su paso por esta atracción también conocida popularmente como “El martillo”. “Es impresionante, no puedo explicar el movimiento que se siente en el pecho, uno se vuelve loco arriba. Filmé lo que pude, ando medio mareado”, confesó con los pies en la tierra Franco Muros (28), quien asistió con su familia para festejarle el cumpleaños a su hija. “Pasamos un lindo rato, recién empiezo con éste, así que no sé si me quede cuerpo para el resto, no comí nada todavía”, agregó entre risas. Y su última frase bien vale como consejo.
La frutilla del postre son los dos más “extremos” y terroríficos, sólo aptos para quienes se atreven a vivir la experiencia de perder toda orientación en el espacio. Acá no se sabe si estás arriba o abajo, sólo disfrutar hasta que termine… ¡o rogar para que sea pronto!
Nahuel Coca (19) fue uno de los que le puso el cuerpo al “Increíble Hulk”, y confirmó que quedó desorientado en esta estructura cilíndrica horizontal (los pasajeros van sentados uno al lado de otro, en un largo asiento), que permanentemente rota hacia adelante y atrás, mientras se eleva y baja. “Casi me muero, es muy loca la adrenalina que empieza a dar arriba, sentí que me iba a caer, no me quedó opción que cerrar los ojos”, se sinceró.
¡Y aún faltaba el “Discovery”! Un disco giratorio con carros móviles para cuatro personas, que los lleva a las nubes mientras se mueve en múltiples direcciones, combinación que pone los pelos de punta a cualquiera. Literalmente.
“Me pareció bastante poderoso, ¡y la verdad que está muy alto! Se siente mucha adrenalina cuando estás tan arriba, parece que te vas a caer, la sensación de perder la gravedad es enorme. Todo se ve más pequeño”, dijo Érica Fernández (20), mientras que Tiziano Vargas (14) agregó: “Es muy divertido, el Discovery da mucho miedo, no hay abajo, ni arriba, no doy más, el corazón me iba a estallar, necesito descansar”.
No son pocos los que piensan que vale el horror ver el mundo dado vuelta unos (intensos) minutos; pero quien de antemano sepa que el vértigo no es lo suyo, hay otras atracciones… Eso sí, no podrá sacarles los ojos de encima a estas bestias, tan salvajes como seductoras.
Fotos Marcos Urisa