Ya cuando apareció en la pista del circo tinelliano para acompañar a su entonces novia, Micaela Breque; muchos se sorprendieron. La tele farandulera jamás había sido su terreno y a decir verdad, nunca se lo había visto tan embobado con nadie. Pero lo que menos se esperaba era que Andrés Calamaro se portara como un chico caprichoso luego de que la exconejita de Playboy le picara el boleto. Desde entonces, el Salmón sangra por la herida… o por el Twitter. Mientras da pelea a quienes osan opinar sobre sus reacciones -que él mismo hace públicas- continúa con su verborrágica cruzada para recuperar a su chica y/o alejarla de cualquier posible competencia. Tal sería el caso del corredor cordobés Pablo Piumetto, con quien Miqui (que ya no sabe qué hacer con el acoso de Andy) parece estar pasándola bien; situación que le pone de shock keratínico los rulos al rocker, hoy más noticia por sus devaneos amorosos que por su música.
