Sofía Usín tiene 24 años y transita un excelente momento de su carrera artística, tan corta como exigente. La joven sanjuanina, que cursa el último año de Ciencias Económicas, se recibió en el Instituto Danser (donde sigue tomando clases) y en 2013 fue seleccionada para integrar el Ballet Nacional que comanda Iñaki Urlezaga, con quien estuvo dos años hasta que sufrió una lesión que la obligó a regresar a casa. Pero bien dicen que las cosas pasan por algo… Joven, talentosa, con una autodisciplina que hizo que jamás dejara de entrenar, e instalada en su tierra, pudo aprovechar -audiciones mediante- las tres oportunidades que se presentaron para ser parte de ballets icónicos para San Juan, todos con elencos locales y en el Teatro del Bicentenario: sin contar su participación en la ópera La Traviata, el año pasado fue solista (una de las princesas) en El lago de los cisnes, bajo las órdenes de Paloma Herrera y Lidia Segni. Hace menos de una semana se lució con un protagónico -Clara- en El Cascanueces, dirigido por Segni. Y ahora se prepara para El Quijote (proyecto de la RIPE), donde tiene un rol solista (Cupidito), entre otros proyectos.
"Hay mucho para hacer… Por lo pronto estamos con Don Quijote, que estrena en agosto. Y también esta semana es la audición con Victoria Balanza para Momento, que también quiero hacer… Yo me quiero meter a todo, a lo que más pueda, hay tantas cosas ahora…", sonríe la bailarina.
Así, sin proponérselo, Sofía simboliza una suerte de bisagra entre las tantas generaciones que debieron, o dejar la provincia ante la falta de escenarios y propuestas, o resignar su sueño de bailar; y el prometedor semillero que va levantando cabeza con otro horizonte, muy distinto al de hace apenas un par de años atrás. Desde ese lugar dialogó con DIARIO DE CUYO.
– Sos, de algún modo, el eslabón entre los bailarines que se tuvieron que ir y los que están surgiendo o comienzan, con otro panorama…
– Sí, gracias a Dios. Antes de irme a Buenos Aires yo decía "qué pena que los bailarines que nos queremos dedicar a esto nos tengamos que ir". Siempre pensé por qué los bailarines del interior nos tenemos que ir a Buenos Aires o a otro lado para poder bailar. Y hoy puedo decir que qué maravilloso que se haya hecho este teatro y que ojalá siga haciendo estas producciones, y que en un futuro, cercano, tengamos también un ballet. Lo único que nos falta es el ballet estable.
– Paloma Herrera, Lidia Segni e incluso Victoria Balanza, ahora en San Juan y que fue primerísima figura del Ballet del San Martín, entre otras, coinciden en eso…
– Claro, es que se puede. Cuando yo estaba con Iñaki, los contratos eran anuales y te los renovaban, pero tenías que hacer la audición. Creo que es la mejor manera. Además lo podés abrir a bailarines de otras provincias, como es en Salta o en Córdoba, hay maneras…
– La idea es que haya continuidad laboral para el bailarín, y que además no se pierda todo el trabajo de meses que implica una puesta en escena cuando termina la última función…
– Exacto. Además tenemos todo, un teatro magnífico, gente capacitada y que se puede seguir capacitando y muy buenos bailarines con ganas de trabajar, de bailar…
– Y mientras abrazás ese sueño, ¿cómo vivís esto que está pasando hoy en San Juan y que te está pasando a vos en particular?
– Increíble… En Cascanueces me emocioné muchísimo las tres funciones cuando salí al saludo, me encantó.
Hay mucha gente, por ahí las chiquitas, que se ven reflejadas en mí o en todas las más grandes y somos un punto a seguir para ellas, entonces eso también pone un poco de presión. Yo soy muy exigente en todos los aspectos de mi vida, creo que la danza me dio esa disciplina, entonces no me conformo nunca…
– Si bien fueron súper aplaudidos los bailarines del Colón, en el saludo las pequeñas bailarinas y muchos en la sala gritaban tu nombre…
– Sí, yo he sentido muchísimo cariño…
– ¿Y ver tu nombre y foto en el programa con los principales del Colón?
– Uh, una maravilla… una experiencia única. Todo me gustó, desde la previa hasta recibir el ramo de rosas.
– ¿Pudiste disfrutar o era demasiada adrenalina?
– Pude disfrutar todo, todo, todo… Al ser un protagónico era mucha responsabilidad para mí, quería que saliera todo perfecto; y con lo exigente que es Lidia, pero bueno, eso hizo que todo saliera perfecto y sí, me sentí muy bien y disfruté todo.
– Cuando te fuiste a Buenos Aires, ¿pensabas que algún día esto podía pasar?
– No, nunca. Ya cuando me enteré que se iba a inaugurar el teatro, sí, como que empecé a imaginarlo un poco más, decía que ojalá que pudieran armar algo… Ahora veo esto y es increíble. Y que traigan grandes maestros como Paloma o Lidia, eso también, ayuda muchísimo. Hemos arrancado de diez, ahora tenemos que seguir trabajando para que no caiga el nivel…
– ¿Se habla de este nuevo panorama entre los bailarines, de los diferentes estudios?
– ¡Sí! Y todos concluimos en lo mismo, en que Dios quiera que pronto se arme algo estable, porque si no estamos en constante trabajo y movimiento, de a poquito se va a ir pinchando. Y pasa que como en San Juan no tenemos nada estable, son muy pocos los que se pueden dedicar cien por ciento a la danza, porque no se puede, porque no podemos vivir de esto… Por eso, ojalá se pueda armar algo estable y ahí sí seguramente va a sorprender la cantidad de bailarines que se van a dedicar a esto.
– El público también ha demostrado su apoyo, tres funciones agotadas…
– ¡Sí! Y nos dio como un empujoncito, como que tenemos que hacer las cosas mejor todavía.
– De esta tanda de bailarines locales sos como la primera figura. ¿Lo ves así?
– Sí (risas), porque me lo hace llegar la gente, que es muy cariñosa… es muy lindo pero también como un peso de que debo seguir trabajando y trabajando…
– Y si luego de pisar fuerte aquí, surge la posibilidad de irte, ¿qué harías?
– Por lo pronto me quiero quedar acá. Yo soy de la idea de que hay que ir viviendo el día a día y que Dios me va a ir poniendo las cosas en el camino como tienen que suceder. Lo que sé es que soy profesora de danza, pero no quiero dar clases porque si estoy en condiciones de bailar, voy a bailar. El tiempo que tenga voy a bailar, ahora es el momento.