Con una voz privilegiada y dotes para la actuación, Elena Roger nada en el ambiente artístico como pez en el agua. Respetada, admirada, multipremiada, ovacionada en los más importantes escenarios del mundo, su nombre brilla en la marquesina nacional e internacional. Y pronto también en la local, porque junto al grupo Escalandrum que lidera Pipi Piazzolla (nieto de Astor), llegará a San Juan para brindar dos espectáculos en la sala principal del Teatro del Bicentenario, que abrirá por primera vez desde que comenzó la pandemia para recibirlos. A ellos, y al público que se dará cita para ver a la intérprete de éxitos como Evita y Los Miserables, ganadora del Laurence Olivier a Mejor actriz de Teatro Musical en el Reino Unido y figura en Broadway; lucirse con repertorios muy distintos: Tangos de Piazzolla y una selección para toda la familia de obras de María Elena Walsh. Desde Buenos Aires, Elena dialogó con DIARIO DE CUYO.

– ¿Con ganas de volver a recorrer el país?

– ¡Sí! La gira de María Elena quedó frustrada, porque grabamos los discos -uno infantil, otro para adultos- para celebrar los 90 años que hubiera cumplido ella en 2020 y se vino la pandemia. Lo infantil lo conocíamos porque somos de esa generación, pero debo confesar que conocía pocos temas de los que hizo para adultos y otros no sabía que eran de ella, temas muy comprometidos, buenísimos. 

– ¿Te gustó bucear ese universo?

– Hay un abanico de emociones y los temas se pueden resignificar. De hecho cuando grabamos Como la cigarra, yo la sentía como el resurgir de la mujer, pero ahora la gente se emociona porque realmente estuvo un año bajo la tierra. Sí quiero dejar claro que Celebrando a María Elena es un espectáculo para toda la familia, para que lo compartan adultos y niños.

– Y también harás Piazzolla, vos también sos un abanico…

– Sí, son espectáculos totalmente distintos, soy una persona distinta en cada uno. 

– Has hecho rock, Piaf, musicales… No es nuevo para vos cambiar de mundos.

– Siempre me gustó mucho lo variado, siempre he hecho repertorios distintos en un mismo disco. Vientos del sur, que es el primero que grabé en estudio, es tan ecléctico que se podían preguntar "¿Para qué lado va esta chica?" (risas), pero lo que pasa es que busco temas para contar la historia que necesito contar en ese momento, de mi vida también. No es tan estructurado el arte… 

– Entonces, si ponemos tus discos en línea, podemos leerte un poco…

– Puede ser y creo que le pasa a todos los artistas, que reflejan qué etapa de la vida están pasando cuando graban un disco. Lo veía mucho cuando estudiaba Piaf. Con respecto a mis discos, Recorriendo el rock nacional, venía de hacer comedia musical, un espectáculo totalmente en italiano, me estaba por ir a hacer Evita al extranjero en lengua extranjera… entonces para despedirme hice un Teatro Nacional cantando rock nacional. Cuando hice Vientos del sur estaba viviendo en Inglaterra, extrañaba mucho Argentina e hice un disco con canciones argentinas e inglesas pero con sabor argentino, es lo que me estaba pasando a mí allá. Cuando hice Tiempo mariposa estaba embarazada, necesitaba hacer contacto conmigo, con lo mío, la ecología, el amor libre, la igualdad; todas las canciones tienen que ver con lo que soy, necesitaba volver a mi esencia. Y cuando empecé Piazzolla, musicalmente quería algo más potente y tuvo que ver con el encuentro que tuve con los muchachos en Estados Unidos y esa "casualidad" que no lo es tanto. 

– ¿La música fue siempre parte de tu vida? 

– Siempre fui histriónica, muy movediza, me gustaba bailar… mi artista comienza con el baile. Y siempre canté, pero recién en la adolescencia empecé a estudiar canto. Sí me pasó que flashée mucho cuando hice la audición con Pepe Cibrián y tenía que cantar y bailar. ¡Yo veía comedias musicales de Gene Kelly en televisión y adoraba! Así que empezar a trabajar ahí era ¡guau! 

– Hasta entonces no habías desplegado a la actriz…

– ¡Para nada! Un poco estudié, un poco entrené, pero nunca algo de conservatorio. Tanto estuve haciendo comedias musicales que se fue como cultivando. Mi encuentro con Diego Reinhold (en Mina… che cosa sei?) también fue muy importante, entendí muchas cosas que tienen que ver con la actuación. Cuando hice Piaf, era prácticamente una obra de teatro con canciones y era tan fuerte que me empezaron a llamar para películas… Ahí me recibí de actriz (risas). Aparte había ganado el Laurence en Inglaterra, que no era moco de pavo, ¡es el premio más grande de teatro del mundo!

– A propósito, si te digo el Laurence, Cóndor, Gardel, Broadway… ¿Qué se te viene a la cabeza?

– Que es genial todo lo que dicen. Nunca hubiera imaginado ganar premios ni trabajar afuera. Recuerdo estar en las patas del Teatro Nacional a punto de salir a bailar Fiebre de sábado por la noche, tenía problemas amorosos y estaba muy angustiada; y en ese momento dije "Qué maravilloso estar acá". Lo único que deseaba era subir a un escenario toda mi vida, era mi lugar, era mi deseo, el único, ni siquiera ser protagonista. Entonces es un regalo muy grande que me dio la vida haber vivido todo eso a través del arte, es muchísimo… ¡¿Qué más querés, Elena?! 

– ¿Qué más querés, Elena?

– Nada, ser feliz. Ahora tengo familia y me quiero divertir con lo que hago. Hay una exigencia claramente, pero también hay otra tranquilidad…

– ¿Hay mariposas en el estómago?

– Siempre. Por suerte. 

– ¿Y seguís sintiendo que el escenario es tu lugar en el mundo? 

– Sí, lo disfruto mucho. Con Escalandrum he encontrado una armonía privilegiada. Cada uno viene con sus loas, pero hay equipo, hay respeto. Ellos pueden seguir siendo ellos y yo, yo… 

– ¿Nunca se te cruzó quedarte en Inglaterra o Estados Unidos?

– Yo no me fui muy joven, tenía 31 años y 10 de carrera acá. Y cuando a los 38 ya me había consagrado en Argentina, había hecho cuatro obras en Londres -que es un milagro, porque tengo acento-, había ganado el Laurence, había trabajado en Broadway y… había encontrado al amor de mi vida. ¿Lo iba a dejar pasar para seguir haciendo qué en mi profesión? Ahí decidí frenar un poco para tener un hijo y todo fluyó… mis otros proyectos, mi carrera acá, otro hijo, las películas, Escalandrum… Capaz que cuando los chicos sean más grandes tenga la oportunidad de volver, qué se yo, afortunadamente me tienen presente, dejé una marca. Pero por ahora estoy bien así.

– La maternidad modificó a la artista…

– La maternidad te cambia el foco de todo en un segundo. Llanto, teta, pañales, el cuidado de un ser que hay que guiar y un amor que nunca tuviste en tu vida. A mí me modificó todo, mi carrera dejó de ser lo más importante básicamente. Pero aunque me dediqué a mis hijos y a disfrutarlos, nunca dejé de hacer cosas. Hoy puedo disfrutar mi profesión y mi familia y, aunque tengo mis inquietudes, soy feliz… Sí, re. 

El dato

Elena Roger y Escalandrum en concierto. Proyecto Piazzolla: 26 de noviembre, 21.30 hs. Proyecto María Elena Walsh: 27 de noviembre, 21.30 hs. Entradas en boletería del TB (lunes a viernes de 9.30 a 14 hs y de 17 a 20 hs; sábado de 10 hs a 13.30 hs y dos horas antes de cada función) y a través de tuentrada.com a $1.200, $1.000, $800, $600 y $500.