Multifacético. Virtuoso y siempre perfeccionista para llegar a la excelencia. Sustentado por la diversidad de sonidos, matices y elementos que viene incorporando desde distintas disciplinas del arte, Pedro Aznar se muestra como un gran buscador inquieto por renovarse todo el tiempo y así lo demostró a lo largo de sus 18 discos en 35 años de carrera musical. Hace poco festejó su cumpleaños número 60 en el Luna Park junto a Charly García y Piñón Fijo, entre otros amigos como Víctor Heredia y Nito Mestre. De esa experiencia más el show acústico que trae a la provincia con "Resonancia 35 años íntimo", el músico habló con DIARIO DE CUYO.
– ¿Qué criterio de selección hiciste para condensar tantos años de carrera en este recital?
– Elegí una canción de cada uno de mis discos, tratando de hacer un equilibrio justo entre las que me parecían más representativas, las que tienen un valor histórico importante, mi gusto personal y, desde luego, las que sé que la gente quiere escuchar. Es un repertorio que le permite, a quien se acercó a mi música hace poco, conocerla en profundidad y entender su desarrollo y evolución, y que conmueve a quien me sigue hace tiempo.
– ¿Cuál fue el logro artístico más importante que pudiste conseguir?
– Lo más importante es, sin duda, que lo que hago le toque el corazón al oyente, lo inspire, lo haga reflexionar y sentirse acompañado en un dolor o una alegría, o comprendido en una intuición o una visión del mundo. Esa fue mi principal meta, y, felizmente, siento que se concretó y se consolida cada día más.
– Hace poco tocaste con Charly García, Lito Vitale y Piñón Fijo. ¿Cómo viviste ese encuentro?
– La fiesta fue de disfraces. Charly estaba de Sherlock Holmes, Lito, de Mozart, yo de Elvis y Piñón… ¡de él mismo! (cosa que me pareció genial). Nos divertimos mucho, hasta el amanecer. Hubo disfraces increíbles, instrumentos para tocar, una sesión de karaoke muy divertida, y se bebieron los vinos de Abremundos, el proyecto que tenemos con mi socio Marcelo Pelleriti, toda la noche. Una celebración en grande, con mucha alegría.
– La manera de buscar sonidos y transitar otros géneros fuera del rock, ¿es lo que te define mejor como un alquimista o más bien un trotamundos aventurero?
– Lo que mejor me define -ese espíritu- es la búsqueda, una actitud siempre abierta a encontrar combinaciones fértiles. Mi estilo está basado en esa diversidad: es rock, con elementos de improvisación que vienen del jazz, un fuerte elemento de canción de raíz latinoamericana, armonías y arreglos adaptados de la música clásica, y un perfume de tango.
– De ahora en más, ¿qué misiones quedan por cumplir, qué territorios por explorar?
– Cumplí la más importante, que es honrar esta vocación que me impulsa y dedicarle mi tiempo, mi amor, mi completa entrega. Las metas personales se van moviendo como el horizonte, que, como decía Yupanqui, "siempre está más allá". Esa búsqueda del "paso siguiente" ha sido, en mi caso, un gran motor. Estoy siempre buscando superar lo hecho, pero los años me han ido enseñando, también, a detenerme a disfrutar los logros, a darle tiempo a la satisfacción del trabajo bien hecho.
– En tu faceta de bodeguero y sommelier, ¿qué vino aconsejás para disfrutar tus canciones de algún disco en particular?
– Depende de los gustos de cada uno… Pero si tuviera que aconsejar alguno de mis vinos, diría que el Octava Alta (blend de Malbec y Cabernet Franc) es un gran maridaje para toda mi obra musical. Y para escuchar "Puentes amarillos", el disco en el que homenajeo a Luis Alberto Spinetta, o "Caja de música", poemas de Jorge Luis Borges que musicalicé, recomendaría el Octava Superior. Para quien tenga la caja "Resonancia", la ocasión merecería descorchar un Página Uno, nuestro vino de edición limitada, que fue premiado con 99 puntos sobre 100 por el célebre crítico James Suckling.
– En el panorama musical actual de lo que vas viendo o escuchando, ¿lográs resaltar a algún artista o músico que te llame la atención?
– En estos últimos años vengo colaborando con compositores que me gustan mucho, y que, de distintas maneras, están relacionados con lo que yo hago: Nano Stern y Manuel García, de Chile (con Manuel acabamos de lanzar el disco "Abrazo de hermanos", fruto de ese trabajo conjunto), el grupo de tango electrónico Tanghetto y el violinista Ramiro Gallo, con quien grabamos, esta semana, un disco de tangos originales escritos por los dos, interpretados por su quinteto y conmigo como cantante.
– En tu vínculo con la literatura, ¿hay fuentes creativas que te ayudan a motivar nuevas ideas?
– Sí, tengo algunos autores favoritos que han quedado marcados en mi manera de pensar la poesía, las letras de canciones y la narración: Pablo Neruda, Borges, Cortázar, Fernando Pessoa, Walt Whitman, Octavio Paz, Clarice Lispector, Marguerite Yourcenar. También leo ensayos, que son una gran fuente de inspiración, en temáticas que van de la ciencia a la política, del impacto de las nuevas tecnologías a la ecología y la crítica social.
– ¿En qué consiste el nuevo álbum que estás preparando, qué conceptos abordás en él?
– Todavía no tiene título, ya que estoy apenas empezando a componer, pero ya hay cuatro canciones que me gustan mucho y que pronto les voy a ir mostrando a modo de adelanto en mis próximos conciertos. Abordan el amor, el brillo mágico que cobran las cosas cotidianas cuando el corazón está pleno, el riesgo actual que corre la democracia en el mundo a causa del poder ilimitado de las grandes corporaciones transnacionales y sus manipulaciones, y esa sensación de alivio después de haber pasado por grandes tormentas personales, cuando el alma vuelve al cuerpo.
DATO
- Pedro Aznar. "Resonancia, 35 años íntimos". Mañana domingo 18 de agosto a las 21 en el Teatro Sarmiento (Alem 31 norte). Anticipadas de $600 a $900 en Maxi Brant Mall, Hoffmann Instrumentos Musicales y boletería de la sala.