Ayer, la madrugada se volvió gris con la partida de Leopoldo Federico en el Sanatorio de la Trinidad de Buenos Aires, donde permanecía internado por complicaciones en su salud; fue desde la Academia Nacional del Tango que anunció su deceso a los 87 años. A las 19, sus restos se trasladaron para su velatorio en el Salón Juan Domingo Perón de la Legislatura Porteña, según la Asociación Argentina de Intérpretes, de la que él era presidente.
Su muerte impacta al mundo del 2×4, que el domingo pasado fue sacudido con el fallecimiento del poeta Horacio Ferrer. El emblemático músico y compositor, había nacido en el barrio de Balvanera el 12 de enero de 1924. Su debut profesional fue a principios de los ’40 con la típica Di Adamo-Flores en el Tabarís y otros cabarets.
Músico de tendencia tradicional, integró orquestas junto a Astor Piazzolla -con quien tuvo profundos desencuentros-, Osmar Maderna, Horacio Salgán, Mariano Mores, Lucio Demare y otros.
Su auge se produjo al acompañar al cantor uruguayo Julio Sosa, hasta su trágica muerte en 1964. Con el Varón del Tango grabó más de 60 títulos para el sello CBS Columbia, con éxitos como La cumparsita, El firulete, Cambalache, Mano a mano, En esta tarde gris y Qué me van a hablar de amor. Allí encontró un equilibrio entre el tango tradicional y ciertas formas de vanguardia no advertido en aquel tiempo. La muerte de Sosa fue un grave golpe. Pero nunca dejó su fueye. Su Orquesta Típica fue una de las sobrevivientes entre las grandes agrupaciones tangueras. Hasta sus últimos días se desempeñó como responsable de la AADI y fue el primer tanguero en grabar un disco compacto, en Japón, en 1987.
En el cine fue autor de la música de los films Rosa de lejos y Buenos Aires tango y apareció en los documentales Por la vuelta (2002), Si sos brujo: una historia de tango (2005), Café de los Maestros (2008), Mercedes Sosa, cantora. Un viaje íntimo (2009) y Pichucho (2014).
Su vida privada no fue fácil: acompañado por su esposa de años, Norma Filomeno, debieron compartir el nacimiento de un primer bisnieto, en 2000, con la muerte de su hijo Osvaldo, en 2001, a raíz de un fallido trasplante de hígado.
"Hay cantantes y músicos distribuidos por tantas ciudades y pueblos, son unos verdaderos fenómenos. No todo lo mejor está en Buenos Aires". "Cuando subo al escenario descargo todo lo que tengo, me juego la vida para que el espectáculo salga de lujo"; son algunas de las declaraciones que ofreció a DIARIO DE CUYO en 2013, cuando se conoció la noticia de que luego del Pre MICA Cuyo, la cantante y violinista Melodía Leiva, chilena radicada en San Juan, resultó la única tanguera del país convocada para cantar junto al maestro.

