Después de varios años, Los Gardelitos vuelven al escenario sanjuanino de Hugo Espectáculos a dar uno de los últimos recitales del año, el próximo 21 de diciembre. La banda del Bajo Flores, de la mano de Eli Suárez y su formación renovada: Yamil Salvador en guitarra acústica (Guasones), Pablo "Ponch" Fernández en bajo (La 25) y Jerónimo Sica en batería (Viticus); mantienen en alto su compromiso social con los más humildes y ahora, cruzados por las consignas feministas. El propio cantante pidió un perdón público por el abuso sexual cometido por Korneta (su padre fallecido y fundador de la banda) hacia una fan y que se conoció en 2016. Sobre este y otros temas, el vocalista no se calló nada.
– Una vez más, está la posibilidad de volver con los fans gardelianos…
– Teníamos pendiente regresar, porque hace dos años que no tocábamos ahí. Vendremos con muchas expectativas y novedades, pusimos precios populares a las entradas, con un alimento no perecedero, porque está bueno que la gente pueda darles una mano a personas que están necesitando.
– ¿Las bandas están sufriendo un golpe duro por la crisis económica también?
– Lógicamente, cuando uno piensa a llegar a fin de mes, debe elegir prioridades antes que un espectáculo. Hay mucha gente que se ha privado de ir a los recitales este año. Estamos acompañando este momento, hay que reconocer que la gente ya no puede darse gustos. Pero hay otros que están peor y no tienen para comer.
– ¿Cómo los afecta en lo artístico?
– El país está en una crisis cultural y económica que repercute mucho en lo social. Estamos atentos a lo que sucede en muchos ámbitos. Últimamente nos toca muy de cerca el movimiento colectivo de mujeres. Por ello surgió la canción "Sortilegio de Arrabal" que aborda problemáticas de género, con tres historias de fondo. Bancamos a un feminismo popular que incluya a trabajadoras sexuales, a las negras, a las travestis y a las trans, porque son minorías marginadas. Dentro del movimiento de mujeres, también sucede que hay mujeres que son acalladas por otras mujeres, porque las trabajadoras sexuales dentro del feminismo son minoría. Y nosotros, fieles a nuestra esencia, les ponemos voz a los que no tienen.
– Cuando Korneta fue acusado de cometer acoso sexual, ¿cómo afrontaste la situación?
– Fue muy fuerte para todos. Hubo un proceso de transformación que nos atravesó y las nuevas generaciones de pibes y pibas me hicieron poner al día. Fui adoptando una postura más firme y definida, mi mamá se involucró del todo, también lo hizo la banda. En este sentido hice mi descargo y pedí disculpas públicamente en nombre de mi viejo, de la banda, de mi familia y también del rock. Porque tampoco el rock había hecho un mea culpa por tantas cosas que han sucedido en torno al abuso sexual. El ejemplo más fuerte es el de Cristian Aldana de El Otro Yo. En el Cosquín Rock de este año, pedí que militantes feministas hablaran por ellas mismas y dijeran "Basta de abuso en el rock". Me pareció lo más acertado.
– ¿La experiencia reafirmó con más fuerza tus convicciones?
– Lo que sucedió con mi viejo nos hizo más honestos con nosotros mismos y lo que dijo esa chica fue muy real, no hacía falta desmentirla. Si mi viejo se había equivocado, no estaba mal salir a pedir perdón en su nombre. Fue un gran error y que, al margen que haya dejado buenas canciones, hay que hacerse cargo de lo ocurrido. Esta chica que hizo la denuncia, fue bastante difícil, hubo un quiebre, pero me ayudó a seguir siendo íntegro en lo que transmitimos, en lo que cantamos y en lo que expresamos en el escenario.
– ¿Qué observación tienes sobre el caso de Thelma?
– Uno se llevaba la imagen de que en Patito Feo todo era una familia feliz, pero descubrimos que el que tiene que cuidar es el que te hace daño. A nadie se le ocurriría que un padre lastime a su hijo, pero es lo que nos marcó a fuego como país, con la dictadura cívico-militar de 1976, los que tenían que cuidarnos, el Estado, te desaparecerían. Esto dejó un trauma social profundo y en lo puntual, en el género. No sólo eso, hay un gran abuso cruzado con el factor de clase. Porque el actor viajaba en primera clase, mientras que el resto del elenco en un vuelo común. Esa diferencia hace que también se sienta superior frente a los otros. Eso me removió por dentro porque fue similar lo que hizo mi viejo. Ello demuestra que el problema está en todos los ámbitos de la sociedad y que no se piense que en el rock todos estén degenerados. La justicia, por otro lado, sigue siendo patriarcal, machista y no da lugar al reclamo de las mujeres. Entonces no queda otra que el escrache para dar una condena social. Si no mirá cómo terminó lo de Lucía Pérez. Esto es el reflejo de lo que sucede a muchas mujeres y una señal para que dejemos de naturalizarlo.
– ¿No es tiempo de que el hombre empiece a rever su propia conducta?
– Los hombres debemos dejar de culparlas a ellas por todo. No hay que dar vuelta como hizo Darthés de ponerla a la mujer como victimaria. Lo que él plantea es lo que hace en líneas generales la sociedad. Se viene un cambio grande para todos. El que no lo quiera ver, seguirá teniendo los ojos cerrados a una realidad que no puede taparse más. La víctima no deja de ser la mujer. Hay que escucharlas realmente. Tampoco se trata de caer en moralina y en el facilismo de decir que todos los hombres son una mierd…, hay mujeres que también deben sacarse su conducta y el pensamiento machista que llevan incorporado. Hay que plantar la autocrítica y tener en claro el objetivo. Las mujeres piden justicia.
DATO
- Los Gardelitos. Se presentarán el viernes 21 de diciembre a las 22, en Hugo Espectáculos, entradas anticipadas $250 en Hoffman Instrumentos y en www.masticket.com.ar y en Farmacias Echegaray. Entradas en puerta $300. Desde las 20 se recibirán alimentos no perecederos (donación a confirmar).