El renovado equipo. De izq. a der. Abelino Cantos, Patricio Álvarez y Esteban "El Duende" Muñoz.

 

Legendario nombre si los hay, nacido en 1958 con los memorables rasguidos de Ernesto "El Negro" Villavicencio -fallecido el 17 de mayo de 1995- y de Enrique "Cabezón" Román Barrera -de quien el 6 de marzo se recordará el primer año de su partida-; Los Caballeros de la Guitarra vuelve al ruedo, en una etapa de cambios. Con Patricio Álvarez como pilar fundamental y heredero de la marca y la tradición, hoy el trío se completa con Abelino Cantos en guitarrón y Esteban "El Duende" Muñoz en primera guitarra. Y con esa fórmula, prepara un relanzamiento que tendrá como broche de oro la edición de un disco y su presentación oficial en el Auditorio Juan Victoria, programada para octubre; mientras se foguea frente al público con recitales en Córdoba, San Luis y en San Juan -como en la noche A puro tango -anoche en el Anfiteatro del Auditorio Juan Victoria-. 

Remontar la posta no fue tarea fácil. Patricio -quien se inició con el grupo Los Príncipes de la Guitarra- tuvo que recuperarse del sacudón que significó la "repentina muerte de Enrique", como recordó; tras la cual pensó en tocar en solitario, hasta que la viuda de Barrera le dijo que el nombre quedaba en su poder. Y le dio fuerzas.

"Cuando Abelino me llamó para ver qué iba a hacer con el grupo, le dije que buscara a alguien. En una hora, Esteban ya había confirmado. ¡Fue increíble!", evocó subrayando que ensayaron de 4 a 5 horas diarias con la vista puesta en persistir en la ruta que catapultó a la fama al conjunto, que se consagró en los "60, en la Fiesta Nacional del Tango de La Falda (Córdoba) donde causó la admiración del entrañable Mariano Mores. Aunque, aggiornados a los tiempos, Los Caballeros retornarán a los temas de autoría propia, al nutrirse de las composiciones de sus dos discípulos más recientes. 

"Todavía no me acostumbro a estar sin Barrera pero los muchachos me apoyan mucho, son muy talentosos"
Patricio Álvarez, de Los Caballeros de la Guitarra.

"Antes tocábamos los que escribía El Negro, además de trabajar con grandes intérpretes, acompañándolos. Ahora, seremos cantautores e intérpretes con las composiciones de Esteban, que es muy habilidoso e inteligente: y, de Abelino, que tiene experiencia y conocimiento", expresó el veterano guitarrero del grupo, calentando su vuelta a estudios para grabar su cuarta producción discográfica, sucesora de Por amor a lo nuestro (2006).

Sin embargo, a nivel instrumental, la agrupación mantendrá su esencia, la misma que propició su proyección en Buenos Aires, razón por la que Barrera y Villavicencio se radicaron allá en 1969, para continuar su carrera profesional con Pedro Gómez y luego "Pocho" Peralta, actuando junto a Las Guitarras de América, de Adolfo Berón, y obteniendo la Mención Especial de Cosquín 1978. 

"Todavía no me acostumbro a estar sin Barrera, pero los muchachos me apoyan mucho, son talentosos", reflexionó Álvarez, quien desde la década del "80 es una de las piezas principales desde que fue convocado por "El Cabezón" -como llamaron sus colegas a Barrera desde que comenzó en los escenarios-, cuando volvió a la provincia extrañando sus pagos, con la rúbrica del grupo (que en la capital del país grabó un longplay y logró un contrato con el sello Diapasón con el que sacaron su segundo material, Para todos y para siempre, entre otros logros), cedida por su compañero, el autor de clásicos del folclore cuyano como San Juan por mi sangre, La del jamón, Cuando el corazón se quiere quedar y La tonada jamás morirá, entre otras. 

Exclusivamente dedicado a poner en marcha el proyecto, Abelino está convencido de que "No cualquiera ocupa el puesto de Caballero…", lugar por el que transitó también el músico Ángel Dávila. "Es un legado importante, es un lugar de prestigio. Cuando uno está adentro se da cuenta de todas sus riquezas", opinó el autor de la tonada Amigo en todo momento, que estuvo en el grupo entre 2004 y 2010 y, luego, desde febrero de 2019. 

Coincidiendo con su colega -ganaron en Laborde 1996 junto a Víctor Cuello- y con el objetivo de "mantener la llama", Esteban siente orgullo de ser parte de esta herencia. "Me siento honrado. Cuando a los 10 años llegué a San Juan, quería ser como ellos. Tenía ansias y anhelos, conozco su trascendencia. No lo puedo creer", apuntó el compositor de Me gustan las tonadas, en cuyo currículum se destaca la gira con el Chaqueño Palavecino en 2010 y el triunfo en conjunto instrumental con el Duende Fusion Folk en el PreCosquín 2017.

Y pese a su trayectoria, para Álvarez no deja de ser un reto hacer funcionar la maquinaria del conjunto que se apresta a celebrar su 62do. aniversario, y es considerado en el ruedo como el más antiguo de San Juan, debido a la vigencia de su nombre en el circuito popular local. "Esto mismo le pasa a Los Trovadores de Cuyo de Mendoza, Trébol Mercedino en Villa Mercedes y Las Voces del Chorrillo en San Luis", mencionó Cantos.

"Es un nuevo desafío. Tenemos todas las expectativas de ver cómo va a caminar esto ¡y todos los nervios!", asumió Álvarez, quien hoy se afirmará en Cantos y Muñoz como sucesores de un valuarte extraordinario, con el sueño puesto en continuar la tradición de su estilo.

(FOTO DANIEL ARIAS)