Cada vez son más las medidas de alcance internacional de concientización acerca del aislamiento obligatorio, y la industria editorial de la moda no se quiso quedar afuera. Mantener un público activo, interesado e informado fue el propósito principal de las grandes cadenas editoriales cuyas portadas fascinan a fashionistas de todas las edades. A modo de unión en pleno distanciamiento social, Condé Nast decidió apostar por la universalidad de acceso a sus respectivas revistas.
El anuncio en cuestión reveló que todas las barreras de pago de las revistas Architectural Digest, GQ, Vanity Fair y Vogue serán eliminadas, y sus ediciones online serán accesibles a todo el mundo en cualquier plataforma digital.
Se pondrá especial énfasis a la relevancia social de cualquier cobertura periodística, teniendo como prioridades el entretenimiento y educación de los lectores. Por supuesto, la palabra COVID-19 estará presente en numerosos artículos y portadas, pero no se dejarán de lado contenidos de mayor ligereza destinados a la distracción y el anhelo de normalidad.
Madonna, Úrsula Corberó, Gigi Hadid y más celebridades ya protagonizaron sus portadas gratuitas: es hora de que todas las futuras ediciones se sumen a la medida en cuestión, por lo menos por un tiempo.