Después de amenazar con su retiro definitivo -a lo largo del año hizo varios amagues con fuga a Miami incluida-; Ricardo Fort retornó anoche, capa caída y sin que lo llamaran, al jurado de Bailando por un sueño. Pasadas las 22.30, luego que Marcelo Tinelli apareció en escena junto a su staff, el millonario hizo su entrada (nuevamente) tras abandonar su puesto de manera intempestiva a principios de noviembre, cuando se sintió agredido por la presencia de la pareja de Virginia Gallardo (su ex, ex) en el piso de Showmatch.
Pero, ayer, frente a Marce, el chocolatero bajó su nivel de protagonismo. Lejos del crédito que supo tener, sin su Rolls Royce, sin su leit motiv de Lady Gagá (Bad Romance); el caprichoso personaje fue presentado por Marce, quien aprovechó a tirarle algunos palitos, con alguna que otra ironía.
"Que venía, que no venía… En un momento pensé que teníamos a hacer el programa en Miami’; así, el conductor le dio una escueta bienvenida al poderoso mediático, tras saludar a la Alfano, en una velada matizada por el duelo en el Acua Dance, la discusión entre Graciela y Moria Casán, la salvación de Virginia Gallardo y la partida de Matías Alé del certamen.
Impecable como siempre, y desde su sillón, Ricky hizo su descargo y pidió disculpas a Virginia y a su novio Guillermo, "y, sobre todo, a Marcelo, por haberme ido como fue esa noche"; apuntó muy sobrio y medido en sus palabras, pero cometiendo terrible furcio al confundir con el nombre de Erika -su última ex- a su actual media naranja, Claudia Ciardone que no sabía en que vestido ocultarse.
Pero la noche dio para todo, hasta la verdadera Erika Mitdank ingresó a la pista, retomando su rol como la tercera en discordia entre Ricky y su otra platinada novia.
El segundo acto llegó con los nominados y su performance bajo el agua. Como era de esperar, consultada sobre el retorno de su ex, Virginia, que estaba entre ellos, destacó "la actitud" de Mr. Músculo subrayando, sin embargo, que "las cosas tardes cuestan perdonar".
Pese a todo, con sus aires de soberbia, el egocéntrico chocolatero retornó muy seguro de ser el dueño de la audiencia que conquistó Showmatch esta temporada y de paso, promocionar su nueva obra a estrenar; si bien, los promedios analizados por las consultoras, el rating se mantuvo igual y hasta llegó a subir sin su presencia; habrá que ver cómo miden las repercusiones de este nuevo histeriqueo televisivo. Increíble pero real.
