Luego del suceso de los realities musicales que empaparon la TV argentina desde comienzos del 2000, los cantantes y músicos que representaron a la provincia, algunos con más suerte que otros, continuaron en la ruta del arte, acompañados de la popularidad que ganaron frente a cámaras.
Desde los certámenes de canto de Showmatch, en Canal 13; hasta Coronados de Gloria, el primer reality de folclore con la modelo Julieta Prandi, y el Midachi Chino Volpato, en Canal 9; Operación Triunfo y Elegidos al frente de Marley, en Telefe. En todos, la provincia quedó bien parada por figuras del circuito local.
Entre los consultados por DIARIO DE CUYO, se encuentran Mikaela Salinas, la única ganadora de un concurso de estas características haciendo dueto con el periodista Tití Fernández en Cantando por un sueño, hace 13 años; Andrea Bela, cuarta en Operación Triunfo 2003, consagrada como "Mejor Alumna" y premiada con la grabación de un disco; y Juan Cruz Rufino, revelación en Soñando por Cantar 2013 -edición en la que también se mostraron Giselle Aldeco y Claudia Pirán-; además de subir a escena en Laten Corazones junto a su hermano Alfredo en 2016.
Claro que, además, hay personajes que, aunque no ganaron un lugar, quedaron en la retina del público. Tal es el caso del albardonero Javier Acuña, que tras su paso por Coronados de Gloria en 2009 con "muy buena onda" con la platinada conductora; se radicó en Buenos Aires para proyectar su carrera desde la gran capital; y Candelaria Buasso que, en Elegidos 2015, conquistó la atención de El Puma Rodríguez y Axel dentro del jurado, y en la actualidad, se encuentra en España junto a su música. La más reciente y última concursante fue Melody Carrizo, la que con 10 años quedó en quinto lugar en Genios de la Argentina, otro de los bloques de la factoría de Marcelo Tinelli que salió al aire en 2019 desde diferentes ciudades del país y finalizó antes de lo esperado. O bien, Luciano Sagua, que tuvo un vuelo fugaz en La Voz Argentina, programa que fue el año pasado a cargo del padre de Mirko por el canal de las pelotitas.
¿Qué queda grabado? Y la pregunta disparó una suerte de balance que resalta, sobre todo, el peso "para bien" que tuvo la exposición mediática en sus carreras.
"Venía trabajando de manera profesional desde 2000 y me iba muy bien, invertí mucho en castings como Pop Star, Operación Triunfo, Escalera a la fama y American Idol; pero lograr llegar al Cantando en 2007 y tener la fortuna de ganar fue genial", exclamó Mikaela, quien, además de poder aumentar el cachet; subrayó la "gran amistad" que entabló con Tití Fernández, su compañero de fórmula.
Y la repercusión también fue el punto que destacó Acuña, quien agregó que los 4 meses en Coronados…, le sirvieron para su crecimiento. "Fue algo que me puso a prueba y con lo que pude llegar a todo el país", apuntó Acuña, que lanzó el disco De sol y arcilla en 2018 y trabaja en un simple de 3 canciones.
Al igual que ellos, Andrea Bela sostuvo que con su permanencia en la academia de Operación Triunfo consiguió una visibilidad "que sigue hasta hoy". "Si alguien me quiere contratar para algún evento no hace falta que muestre un video, sólo basta decir que estuve en Operación…", mencionó Andrea, acerca de la experiencia que le permitió grabar su único disco Mujer.
Distinto fue el caso de Juan Cruz Rufino, para quien su actuación en Soñando por Cantar con 13 años -cuando el ciclo arribó al Estadio Aldo Cantoni, conducido por Mariano Iúdica-, le permitió arrancar, a partir de ese momento, con la profesión que mantiene a sus 20 años. "De 54 mil participantes, salí tercero. Así empecé", evocó el joven. Mientras que para Melody, de 11 años, cantar en "Genios…", es una herramienta que emplea para aprender "de sus errores" e ir definiendo lo que quiere en un futuro, como manifestó Andrea, su mamá.
Es así que, excepto para la pequeña Carrizo, cuya madre dejó en claro que todavía "no tuvo la oportunidad de estar en una fiesta importante acá, pero está segura que ese momento va a llegar", para el resto de los exparticipantes locales, la mediatización de su arte fue una "bendición" en sus currículum.
> En el ámbito de la danza
En el rubro del baile, también hubo una fuerte presencia local con el, hoy bailarín y coreógrafo, Javier Riveros, que participó de Bailando por un sueño 3 junto a la boxeadora Marcela "Tigresa" Acuña en 2006; Diego Félix Infante que, en 2017, como parte de Argentina Baila, que fue por la TV Pública con la dirección artística de Ricky Pashkus y la conducción a cargo de Maia Sasovsky y Diego Corán Oria; y sus colegas sanjuaninos Javier Conejero y Gonzalo Burgoa que compitieron en el mismo programa en 2016.
En diálogo con DIARIO DE CUYO, Riveros e Infante coincidieron en afirmar que la experiencia fue útil para "crecer" y enriquecer su formación, además de cosechar amistades en el circuito nacional.
"Participar en un reality de TV me hizo llegar en mayor medida a otro publico. Por supuesto que enriqueció en mi profesión con las enseñanzas de maestros idóneos y el intercambio cultural con colegas. Eso me permitió visualizarme en seguir en un camino de constante aprendizaje", evoca Infante, quien llegó hasta la ronda 5 de las 8 que constituyeron el ciclo. Y, si bien, decidió mantener un "perfil bajo" y no quedó en contacto con la producción hasta el momento, manifestó que quedaron "abiertas las vías de comunicación". Aunque, en la actualidad, comenzó la Universidad de Turismo de manera virtual en Córdoba, provincia en la que se estableció; mientras entrena e investiga en el movimiento desde una mirada contemporánea.
Para Riveros, quien se desempeña en teatros under de la provincia con un trabajo artístico independiente y representó a la provincia en cinco ediciones del Precosquín, fue "positivo" porque "fue una experiencia laboral tremenda". "Aprendí muchísimo trabajando en una productora como la de Showmatch, sobre cómo se manejan los tiempos en la televisión, sacar una coreo en un tiempo breve". Sin embargo, Javier hizo hincapié en que esto le ayudó a ver que la exposición mediática "no era lo que quería": "Me asustó mucho, aunque con el tiempo entendí que eso me abrió muchas puertas, además de cumplir el sueño de entregarle una casa a mis abuelos", afirmó quien, junto a su esposa y bailarina Natalia Luna, es director, coreógrafo y profesor de la Compañía Riveros Luna.
Además de ellos, hay que contar el Baila Argentina 2010, cuando miles de personas bailaron Celebra la vida y ganaron un Aula Informática Móvil.