Ayer comenzó el V Encuentro Internacional de Contrabajos, en el que músicos del país y del extranjero se reúnen para perfeccionarse, pero también para difundir su música. Una suerte de reivindicación del contrabajo subyace a la tarea de músicos latinoamericanos y europeos, que buscan consolidar el lugar del instrumento, históricamente subordinado a las orquestas, pero que desde hace algunas décadas encontró su lugar como estrella en el escenario.
"Contrastes" como se denominó al encuentro, tiene como alma mater al músico sanjuanino Nelson Videla y a su esposa, Leticia Naput, también contrabajista, y a diferencia con los anteriores, cuenta con el auspicio y apoyo del gobierno Provincial, el municipio capitalino, y también de Mozarteum Filial San Juan.
Si bien no es masivo -por las propias características del instrumento- hay participantes de Ecuador, Brasil, Chile, y de varias provincias argentinas. Mientras las clases magistrales e individuales se realizan en el complejo Del Bono Beach, en el dique de Ullum; también se han programado una serie de conciertos gratuitos y abiertos a todo público (ver aparte). Y en esos conciertos es que los sanjuaninos tendrán la oportunidad de apreciar las magistrales interpretaciones de dos eximios músicos, Daniel Marillier y Thibault Delor, ambos franceses, de gran trayectoria internacional, con quienes tomarán clase los participantes del encuentro.
Lo cierto, es que en San Juan cerca de 50 contrabajos tocaran juntos el martes próximo en la Plaza Seca, un recital que será como una gran postal de la rebelión.
Con ojo europeo
"Hay una Europa que está quedando vieja, con muchos problemas económicos, sociales y culturales; América del sur puede ser la nueva ola de la cultura para el futuro de la humanidad". Fuerte análisis, sobre todo viniendo de un europeo, aún cuando está radicado en Brasil desde hace 14 años. Thibault Delor destacó en una charla con DIARIO DE CUYO, la calidad y tesón de los músicos latinos y la gran "energía argentina". Y también opinó sobre el pasado, presente y futuro del instrumento.
"El contrabajo es un instrumento moderno, con una progresión muy grande. Pero fue necesario adaptarlo para abordar repertorios destinados a otros instrumentos", dijo. En ese tren de modificaciones es que -ya como luthier- Videla, el sanjuanino, agregó a su contrabajo una cuarta aguda que le permite tocar con cuatro dedos y abordar obras escritas para violín o violoncello. Y además desarrolló un proyecto para fabricar contrabajos en San Juan, a menor costo, usando madera de álamo plateado.

