Fotos: colaboración Liliana González y Prensa OSDE
Amena. Interesante. Apelando a palabras sencillas para describir una interpretación que remite inevitablemente a la vida cotidiana y a cuestiones que, en mayor o menor medida, se viven en cada familia, en cada casa, hasta en cada escuela. Y con un lenguaje coloquial y hasta con la simpatía que caracteriza a los cordobeses -a pesar que ella explica y analiza duras realidades- desde su mirada de mamá y abuela, mas que como catedrática, aunque lo es y tiene títulos, publicaciones y estudios que avalan absolutamente todo lo que dice.
Con ese bagaje desembarcará en los próximos días, en la provincia, de la mano de la Fundación Osde, Liliana González, la psicopedagoga que con sus consejos y cuestionamientos llegó a la televisión nacional y de la noche a la mañana sus dichos se multiplicaron de a miles en las redes sociales. En esta nota, apenas un indicio de lo que será su charla sobre "el impacto de la tecnología en la vida y los aprendizajes de nuestros hijos”.
¿Cómo se explica la dependencia que tenemos grandes y chicos on la tecnología que si, por ejemplo, se desconecta Internet y se nos acaba el mundo?
Es una nueva cultura, son nuevos tiempos. En un momento habrá sido la imprenta, en este momento es Internet lo indispensable. Claro que hay formas de equilibrarlo para que no se transforme en lo más importante de nuestras vidas, ¿no? A veces nos olvidamos de lo humano y especialmente de los encuentros humanos, de los amigos reales y que no todo pasa por lo virtual. Si es así, me parece que estamos perdidos.
Lo humano sigue siendo lo primordial para los vínculos.
Es que ninguna máquina va a educar a los chicos. Ninguna máquina transmite valores ni le da sentido a la vida. Porque si Internet diera el sentido de la vida no habría ningún suicidio adolescente, sin embargo cada vez hay más.
Ese equilibrio al que te referís respecto del uso de la tecnología, ¿está basado en el límite?
No. No solo es el límite, porque de ser así, pareciera que los chicos tienen que vivir con prohibiciones y en penitencia todo el tiempo. En realidad lo que hay que hacer es aumentar los tiempos del amor, permitirse tener encuentros amorosos con los chicos, encuentros creativos, encuentros gozosos, encuentros donde circule la mirada y la palabra. Y si eso pasa va a surgir naturalmente el límite pero desde el amor, no desde el deber. Hay que ser claros: si uno ama a sus hijos, uno sabe que tienen que hacer un deporte, que tienen que tener amigos, amar la naturaleza, que tienen que cuidarse, que tienen que estudiar, que tienen que leer. Cuando uno ama, sabe que es bueno o malo para sus hijos. El límite es una consecuencia del amor, no es una imposición que viene de afuera.
¿Ese límite es el de poder poner tiempos al uso de la computadora y el celular por ejemplo?
Eso es sin lugar a dudas es el resultado del amor. Yo no quiero que mi hijo esté todo el día enchufado para que no moleste y uno pueda hacer tranquilamente las cosas, eso no tiene nada que ver con el amor. Repito el límite es una consecuencia del amor. Una mamá amorosa, por ejemplo, cocina a sus hijos, cocina en colores, cocina comida sana, cocina cosas diferentes, cocina de mil maneras para que sus hijos no solo coman sino que estén bien alimentados. Si el amor no está presente, no le va a importar que coman chizitos todo el día. El amor es la base de todo porque si ponemos la base de todo sin el límite, estamos mal. Los chicos no pueden vivir en penitencia o no pueden vivir solamente en el no o en el castigo. Los chicos necesitan padres fuertes, vinculados, amorosos.
¿Lo mismo pasa en la escuela: el vínculo debe ser amoroso o tener una distancia entre el alumno y el docente?
El aprendizaje es por transferencia amorosa siempre. Los chicos aprenden o porque aman la materia, si aman la Matemática aprenden porque aman la matemática o por el amor al docente, en el sentido del amor al saber del docente. Este docente piola, divino, que deja todo en le aula, lo incita a querer estudiar. Entonces el amor circula en el aula. En cambio, en una escuela robótica -que es a lo que supuestamente se quiere llegar- en la que no hayan docentes, no vamos a hablar de amor. Pero mientras haya seres humanos y haya encuentro de generaciones y haya un docente que llega al alma de los alumnos, ¿cómo no vamos a hablar de amor?
¿Cómo conviven escuela y tecnología?
La escuela por supuesto tiene que incorporar la tecnología. Es un idioma nuevo, es el alfabeto nuevo y un gran atractivo para los chicos. Lo que pasa es que a las Tics -las famosas tecnologías- la tienen que equilibrar con espacios de creación. Tiene que estar el teatro, la plástica, la música y el canto, el baile, los campamentos, las convivencias, las campañas de solidaridad, además de los contenidos formales tiene que haber un montón de opciones humanas, artísticas, expresivas y creativas para compensar la cuestión tecnológica. No se trata de restar, sino de sumar.
¿Y qué lugar debe ocupar la tecnología?
Es una más de las variedades y opciones que hay. ¿Qué sería hoy de nosotros sin la tecnología? Yo no reniego de ella. Soy consciente de que se están logrando muchas cosas de la mano de la tecnología. Ahora tiene su contracara también. Cuando yo veo un chico sin amigos, obeso por sedentarismo porque no camina, no anda en bici o no juega al fútbol, o veo chicos que solamente están interesados en los jueguitos electrónicos y no saben lo que es leer un libro, a mí eso me da tristeza. ¿Que pasó?, ¿qué faltó? Todo debe estar en su justa medida. Por supuesto que la tecnología llegó para quedarse y para resolver muchas cosas, el tema es poder regularla para que podamos tener una vida un poco más plena.
¿Hoy se le tiene miedo al libro dentro del aula?
Más que miedo, se le tiene indiferencia. No les gusta leer, les parece aburrido, les parece trabajoso. Evidentemente cuando vos te acostumbrás a apretar botones y encontrar respuestas, pero respuestas hechas por otros, es más fácil porque el libro exige un trabajo intelectual de desciframiento, de comprensión. Es como si hoy nos dieran una fotocopia escrita en japonés para estudiar. Por supuesto que va a costar un montón porque el hecho de leer ya es un trabajo. Apretar botones es menos trabajoso.
¿Cómo se hace para superar el desafío que supone un libro?
Hay que empezar en casa, leyendo cuentos, haciendo lo que propone la Organización Mundial de la Salud que por algo lo dice: hasta los 2 años ninguna pantalla para los chicos. Hoy tenemos bebés de 6 meses fascinados con las pantallas. Claro que si se los estimula así es obvio que se van a enamorar de las pantallas y no de los libros. Seamos sinceros: ningún chico nace queriendo un celular porque son nativos digitales pero se los ofrecemos y se los damos los grandes. Y los niños desde siempre han querido tener lo que tienen sus padres.Es así porque nos ven todo el dia dependiendo de un aparato, si para nosotros es algo tan valioso que no podemos despegar de las manos el celular, ¿cómo no lo van a querer?
¿Qué pasa mas allá del libro, con el contenido de la escuela? ¿Por qué no les interesa a los alumnos?
Es difícil generalizar. Por suerte conozco chicos felices en la escuela. Pero también conozco algunos que no quiere ir directamente y hacen todo lo posible para faltar y hasta abandonar. No podemos generalizar. Que no interese depende de la escuela y hay instituciones que han innovado y que ofrecen un amplio abanico y otras que siguen su camino tradicional de la memoria y la repetición. Hay que ver de qué adolescentes hablamos, de qué alumno hablamos, de qué escuela hablamos y de qué familia hablamos. Son muchos factores en juego. Pero en líneas generales se puede decir que la escuela está lejos de la vida de los chicos, salvo algunas excelentes excepciones que hacen todo por acercarse a la realidad de los chicos. Pareciera que la escuela los aburre, que está fuera de sus intereses, dicen que el conocimiento está en Google entonces qué para qué van a ir a a la escuela, y bueno por eso la escuela tiene que hacer grandes cambios, otro gran desafío.
Textual
"Cuando nacieron nuestros hijos y alumnos, la tecnología los estaba esperando y cada vez los tientan más aparatos del futuro, restándoles tiempo de juego, de lectura, de imaginación y creación. Algunos, los más sumergidos en esta cultura, no están encontrando sentido a la escuela. Por eso, padres y docentes tenemos que estar presentes para acompañar, limitar, filtrar y fundamentalmente equilibrar el uso de la tecnología, para que la vida de los chicos no pase por las pantallas. No puede faltarles además de la tecnología en su justa medida, el juego, el deporte, los amigos de carne y hueso, la lectura y el sentido de la experiencia para vivenciar en el proceso del aprendizaje y la socialización”.
Para agendar
En principio Liliana González fue convocada para explayarse y responder a las inquietudes del público sobre ‘El impacto de la tecnología en la vida y los aprendizajes de nuestros hijos” para el próximo jueves 11 de octubre a las 19 en el Cine Teatro Municipal (Mitre 41 este) Pero fue tal la demanda, aún antes de difundir masivamente su presencia en San Juan que se agotaron las entradas en apenas un día. Es por eso, que desde la organización decidieron agregar un encuentro más, para el dia miércoles 10, a las 18:30, para el cuál todavía quedan lugares disponibles.
Quienes estén interesados en ir a escucharla, tienen que inscribirse sí o sí con anticipación, vía web en www.e ventbrite.com.ar/e/conferencia-de-liliana-gonzalez. Una vez registrado, hay que imprimir la entrada y llevarla el día del evento para poder ingresar. La entrada es libre y gratuita, aunque hay cupos establecidos.
Para consultas contactarse con fundacion-sanjuan@fundacionos de.com.ar.
Hoja de ruta
Liliana González es cordobesa. Se le nota no sólo por su tonada, sino fundamentalmente por su humor para decir lo que piensa. Ella confiesa ser orgullosamente cordobesa.
Es profesora y licenciada en Psicopedagogía, egresada del instituto Superior Dr Domingo Cabred y de la Universidad de Río Cuarto. Especialista en clínica de niños y adolescentes, además en orientación familiar.
Durante 30 años se ha dedicado a atender consultas, escribir y disertar para padres y docentes.
Buena parte de su carrera, la ha transitado siendo columnista, más allá de su desempeño en las aulas, consultorios y talleres, en medios de comunicación como el programa radial de interés general "El Discreto Encanto de los Galenos’ de Radio Universidad o el noticiero televisivo de canal 8 de la ciudad de Córdoba. Por esas mismas vías llegó el año pasado al noticiero de Telefé y de allí a todo el país.
Estas participaciones mediáticas le van valido ganarse el Santa Clara de Asís en el 2014 y el segundo premio al Cordobés del año 2017 por el diario La voz del Interior de la Ciudad de Córdoba.
Tiene una basta experiencia como escritora. Algunos de sus libros son "¿Discapacidad? Una mirada psicopedagógica a "lo especial" en la escena familiar y educativa” (1999), "Aprender. Psicopedagogía antes y después del síntoma” (2001), "Páginas de Radio: Escuela” (2003), "La educación en escena” (2005), "Amor,sexualidad y educación” (2008), "Cre-cimientos .Una mirada desde la psicopedagogía y la pediatria hacia las nuevas infancias y adolescencias” en co-autoría con el Dr. Enrique Orchansky (2011), "Estación Infancias Un viaje interdisciplinario” también en coautoría con Orschanski (2013) y "Crecer apurados. Los límites en juego” (2016), entre otras publicaciones.