Después de un frenético recital y de haber dejado todo en el escenario montado en el Estadio del Bicentenario -la noche del miércoles, para la Semana de las Juventudes- Alejo Nahuel Acosta, el joven de 24 años más conocido como YSY A, repuso energías en un confortable espacio del Hotel del Bono. Creador de El Quinto Escalón, uno de los encuentros de freestyle más importantes de habla hispana; y actualmente uno de los mayores exponentes de la música urbana nacional, el "hombre sismo" -aún impactado con la respuesta del público local- se tomó un tiempo para recibir a los músicos sanjuaninos de Free Khalo y Delorean (se puso una remera regalada por ellos para promocionarlos); y luego, la estrella del trap dio una entrevista exclusiva a DIARIO DE CUYO. Distendido, simpático, sencillo, en el mano a mano habló sobre su gran presente musical, el estallido del trap y cómo arma su carrera en base al cariño de sus seguidores.
– ¿Cómo viviste ese contacto que tuviste con el público sanjuanino anoche (por el miércoles)?
– Ver a tanta gente que haya explotado de esa manera fue divino, divino todo. Igual me enteré que históricamente San Juan trae para todas las primaveras a artistas muy grosos y en mi caso, es un honor haber estado. Fue muy loco también haber visto una gran diferencia de edades entre la gente. En un gran pogo multitudinario, hubo nenitos y nenitas, pibas, chicos con sus padres en el medio de la marea, todos juntos. Es lo que cultivo con mi público, mucho pogo de amor. Todos saltan felices abrazados, nadie se lastima con nadie. La gente se cuida, es un "explote" muy grande y que tiene una energía súper positiva de amor. Agradezco a Dios por estar forjando eso y estoy feliz de haberle regalado a mucha gente sanjuanina la oportunidad para que puedan verme en un show, fue maravilloso.
– ¿Ves la misma muestra de afecto masiva en otras ciudades?
– Tengo la bendición de que el "virus Ysy A" se está implantando muy bien. Prácticamente hago una música que o te encanta o no te gusta (risas). Pero cuando te llegua a gustar, no se te va más. Todas mis canciones, desde el estudio, las hago pensando en el escenario en vivo. Cuando llego al escenario, las canciones hacen que la gente explote de manera inigualable.
– ¿Cuáles son las razones que pueden explicar este fenómeno que se da en torno a vos?
– Vengo trabajando en esto hace diez años para que suceda en Argentina, lo voy haciendo escalón a escalón. Esto vino mutando, desde la nada misma, de la vieja escuela underground que había en el rap en Argentina. Hasta ahora veo cómo hicimos un gran trabajo en llevar la posta de la escena urbana en la música y se nos está dando un buen momento. Es muy lindo lo que pasa. Todo eso está teniendo sentido ahora.
– Estás parado en la cima. ¿Puede darte vértigo la fama?
– La verdad que me encuentro en una salita de jardín de 5 todavía. Quiero aprender y disfrutar. Quiero mejorar también, a mis 24 años soy consciente de eso y me siento un nene que tiene todo un mundo por aprender. Por más alto que pueda parecer el lugar en el que estoy, sé que no estoy en ninguna cima. Todavía sé que hay otros lugares más altos adonde llegar. Entiendo la posición que tengo, pero hay nuevos logros y desafíos que se presentan en el camino.
– ¿Manejás tu carrera con decisión propia, tenés esa libertad?
– Gracias a Dios soy de los pocos que puedo ser independiente y tener sello propio, mi propia inversión, mi propia cabeza y energía. Nos hacemos cargo de lo que hacemos bien y de lo que hacemos mal. Tiene sus pro y contra esto, puedo estar un poco más estresado por momentos, pero lo bueno es que tengo libertad para hacer las cosas, es lo que vale más que cualquier cosa.
– ¿La de Quinto Escalón es una época que mirás con nostalgia?
– Fue el principio del árbol genealógico. Todos salimos de ahí, es como si a la vez, fuera mi abuelo y mi primer hijo. Algo de eso salió de mí y también todos salimos de ahí. Pero en su momento tuve que alejarme de eso para poder superarme, para pasar a un nivel superior, porque la escena urbana necesitaba una madurez. Todos necesitábamos dejar de ser niños y la escena estaba muy niña, era necesario para tener más seriedad. Y el único camino para mí fue la producción musical. Sólo quise dejar de ser un espectáculo de entretenimiento y pasar a algo más grande y creo que lo estamos logrando. Sin embargo, todo esto que estoy viviendo hoy no hubiera sido posible si no hubiera estado El Quinto Escalón. Hoy veo las fotos en donde aparecemos un montón que hoy somos famosos. En esos años estábamos en la misma plaza entre 2.500 personas, no había cámaras, no había escenarios, ni seguridad, ni micrófonos, sólo estábamos nosotros.
– ¿Pensás que el freestyle se salió de su eje natural?
– Cuando entran otros intereses, como la plata, y los productores de esos eventos se convierten en empresarios que quieren hacer plata primero y no cultura, entonces sí, ahí empieza a salirse de su eje natural. Se pierde la esencia cultural que tenía y yo me alejé de todo eso porque sentí que se iba todo por ahí, no podía hacer más nada, no quería que se siga viendo esto como una moda o un negocio. Y lo corté de cabeza. Pero nunca dejé de hacer freestyle puro y lo sigo haciendo cuando nos juntamos con las "leyendas" de la escena en mi estudio y nos pasamos todo el día rapeando para divertirnos. Yo nunca más volví a ver batalla, desde 2017. Y algunas veces se me cruza por la cabeza en resolver cómo aportar a la gente que se quedó huérfana de un freestyle puro. Antes nadie daba un peso por nosotros y nos matábamos rapeando en la plaza por el honor. Ahora veo videitos que circulan por Internet que les pagan un sueldito de dos pesos y rapean como el cul…, hermano, lo hacen muy mal, para hacer reír a la gente, para la camarita, la foto y el jurado. Pero rapean sin alma. Así que estoy esperando que algún día vengan pibes nuevos de 15 años que nos sacudan a todos, que nos partan en dos a los que somos las "leyendas". Lejos de las cámaras y de las redes sociales, rapeábamos todos mejor y se hacía por amor de verdad. Antes nos criticaban por hacer autotune, ahora sobran autotune y hacer boludec… con el micrófono.
– ¿Era inevitable que la industria termine asimilando a los artistas de trap?
– Fue lógico que pasara porque muchos empresarios quieren agarrar todo lo que puedan. Nosotros logramos explotar algo que ni ellos se esperaban que suceda. Hace años que la industria internacional no contaba con figuras convocantes de Argentina en el mapa. El rock había perdido fuerza, la cumbia villera no se había afianzado como pretendía a una masividad internacional y mucho tiempo nadie de afuera tampoco nos daba bola. El pop y el reggaetón yanqui estaban muy al tope. De repente, empezamos a hacer un ruido inesperado, entonces algunos llegaron temprano, otros un poco más tarde y bueno, empezaron a llevarse todo lo que pudieron. Pero en cambio, este presente lo vengo construyendo con gente de mi confianza y con aquellos que comparten los mismo sueños, los mismos conceptos y filosofías de vida. A mí me encanta la plata, pero no es lo que más me importa. Es cierto que hace falta plata, pero la uso para que me sirva para hacer lo que más quiero, y es hacer la mejor historia posible. Si vos venís de un sello a proponerme algo porque sólo te interese hacer plata por hacer plata, te sacaré cagand… a patadas. Soy feliz y responsable de las cosas que hacemos y agradezco a mi familia y a todo lo que me acompañó desde el primer día.
– ¿Se puede hablar de un trap argentino?
– Desde que empecé en esto apunto a algo muy claro desde mi dicción, mi fonética, las historias que cuento, las letras de mis canciones. Siempre metido con el tango, con lo folklórico y con las canciones mías de trap mantengo el lenguaje argentino y sus vivencias. Ojalá pueda seguir inspirando a otros artistas que lo hacen. Lo interesante es que, si sos argentino, querés comerte asado con sabor argentino y no comerte un "hot dog", ¿me entendés?
– ¿Sentís que estás escribiendo la nueva historia en la escena musical nacional?
– Sí, estoy comprometido y consciente de eso. Soy feliz porque lo tomo con mucha seriedad, sé que nacerán nuevos géneros y se llamen como se llamen, harán historia en Argentina. Hoy tenés todo disponible con un clic, la información, la historia y el conocimiento de todo el mundo; y sé que los Ysy A, los traperos, los freestylers, los raperos de hoy serán estudiados en el futuro.
– ¿Creés que el pop y el reggaetón se pueden comer al trap?
– El pop siempre es un cáncer para todos los géneros musicales. Pasarán años y surgirán nuevos géneros o sonidos, desde lo más puro a lo más sucio. Pero llegará un momento que se masifique tanto que vendrán empresas a convertirlo en pop para que rinda más plata. Esto sucede siempre. Por eso, desde mi parte, tomo la bandera y defiendo la parte más real que siento para con mi música, mi escena y mi cultura. Por eso digo que la plata no mueve mis ideales o mi concepción artística de lo que tengo que hacer. Prefiero al revés, que mi convicción me permita ganar la plata.