Justo en el receso invernal, el Teatro del Bicentenario estrenará una joyita para los chicos, y en realidad, para toda la familia: la ópera "El gato con botas", basada en el cuento homónimo de Charles Perrault; y que cuenta una puesta escénica dinámica y muy atractiva. Espectáculo novedoso para el público menudo de la provincia, arribará en coproducción con el máximo coliseo argentino, en el marco de su ciclo "Vamos al Colón", para la formación de nuevos públicos.  

Estrenado con rotundo éxito el año pasado en el abono "Colón en familia", y armando valijas por primera vez, "El Gato" cuenta con dirección musical de César Bustamante, dirección de escena de María Armanini, el vestuario de Stella Maris López, la escenografía de Verónica Cámara y la coreografía de Eugenia Schvartzman. El Colón también aporta los cuatro protagónicos -encabezados por María Florencia Machado, que debuta en el rol del Gato-; junto a quienes subirá a escena una troupe de artistas locales que completarán la propuesta: La Camerata San Juan, un actor y un pequeño cuerpo de baile (en proceso de selección). 

"El Teatro del Bicentenario también tiene como una de sus metas la formación de nuevo público y a tono con eso hemos decidido incluir siempre en las programaciones obras para niños y para toda la familia. La idea es que venga la familia en forma conjunta a disfrutar de un espectáculo de gran calidad, como los que hemos programado", comentó a DIARIO DE CUYO Eduardo Savastano, director del complejo. 

Un minino muy astuto

"Obra para toda la familia, que inculca en los más pequeños valores como la humildad, el respeto, la generosidad, la perspicacia y la lealtad", tal como reseña el anuncio, "El gato con botas" es una ópera basada en el cuento de Perrault (escritor francés que divulgó este cuento popular europeo como "El gato maestro", en su recopilación "Cuentos de mi madre La Oca", de 1697). Compuesta por el catalán Xavier Montsalvatge (1912-2002), se estrenó mundialmente en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en enero de 1948. El autor apeló a una notable variedad de ritmos y tonalidades, y en los cinco cuadros sucesivos le rinde homenaje a la ópera bufa (cómica) italiana. 

En el primer acto, un humilde molinero recibe como herencia un gato, que acepta desilusionado; pero se lleva una sorpresa porque el minino resulta ser muy inteligente: le pide a su dueño una bolsa de arpillera y un par de botas, y le asegura que con eso le conseguirá una fortuna, un reino y una bella esposa. En el segundo acto, con regalos y astucia, el gato se gana la confianza del rey, fingiendo servir a un tal Marqués de Carabás, y se hace su amigo. En el tercer acto, un día que el rey y la princesa pasean por el río, el gato le pide al humilde molinero que finja ahogarse; entonces el rey -sabiendo del linaje del sujeto- no duda en enviar a sus servidores a socorrerlo.

 

En el cuarto acto, el gato engaña a un temible ogro, muy engreído por su capacidad de transformarse; y finalmente se queda con sus tierras y su castillo. El quinto y último acto muestra cómo las posesiones del ogro pasan a ser el hogar del molinero, devenido a Marqués de Carabás, donde recibe la visita del rey y de la princesa, que finalmente se convierte en su esposa.

Para niños desde 4 años, El gato con botas se verá del 13 al 16 de julio en el Teatro del Bicentenario, a las 17 hs. Las entradas están en venta en boletería, de lunes a sábado, de 10 a 20 hs; y también se pueden adquirir online en www.tuentrada.com. El precio es, según la ubicación, de $50, 100, 150 y 180.  

 

Fotos Prensa Teatro Colón / Máximo Parpagnoli  

 

Opinión

"No es Disney, pero sí es para chicos’

Por María Armanini – Directora escénica

Convocadas, Verónica Cámara y yo, para trabajar en el Gato con botas, pensamos un relato que desde lo visual interesara a los chicos. Ella propuso una estética Gaudí (NdR: Antonio Gaudí, arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán), que se conectaba desde la cultura catalana, con el compositor. Partimos de una estética con esa paleta de color y con un espacio que se fuera reconvirtiendo, escena tras escena, sin telones que cortaran; para que eso junto a lo musical, creara algo así como la lógica de los videojuegos, que de un cuadro nos vamos metiendo en otro. Fue un gran desafío porque esto que es fácil de contar, implicaba mover grandes cosas en muy poco tiempo. Además, la escenografía también da una idea de "comestible’, hay animaciones que son unos pinos que parecen chupetines, por ejemplo. También nos interesó eso, para tratar de equilibrar de algún modo lo musical, que si bien es una versión de cámara, no es música de Disney; así que era otro gran desafío. Quisimos equilibrar esa complejidad musical con algo que desde lo visual fuera ágil y atrapara. 

¿Si la ópera puede ser para chicos? Recuerdo cuando mi hija era chica que me decían: "Comprale Mozart para bebés’; y yo prefería buscar una buena versión para entrenarle el oído. Todo lo "for babies’ me sonaba como a lata (risas)… ¿Por qué "para los chicos’ tiene que ser "tachín’? Todo es para chicos, la cosa es cómo uno equilibra lo que tiene que ver con la atención y con el oído no entrenado. No es Disney, pero sí es para chicos. Y ahí está el desafío de todos nosotros como equipo, hacer algo que en conjunto esté pensado para este público, atendiendo a estas características.

"El gato con botas es una ópera compuesta en 1947 por Montsalvatge con libreto de Néstor Luján, que hemos adaptado para que los localismos españoles no impidan al público disfrutarla al máximo. (…) Sus personajes transportados a la ópera resultan arquetipos perfectos, facilitando al público infantil y poco habituado al género el reconocimiento y la identificación con cada uno de ellos’… Esto fue parte de lo que escribí para el estreno y que resulta como una síntesis. Es lo que pensé en el proceso de construcción; y después de estrenada, lo que nos pasó fue una experiencia maravillosa. La reacción del público, que la mayoría no tenía entrenamiento musical, fue simplemente increíble.