El broche de oro del "Crudo Programa: Ciclo de obras en diálogo" será el próximo viernes y viene desde Mendoza. Por primera vez en la provincia se exhibirá "La siesta del carnero", obra ganadora de la Fiesta Provincial del Teatro 2023 en la vecina provincia, premiada también por el Situar Danza 2023 -certamen federal de Cultura Nación- y que tras participar de festivales en CABA, Rosario y Bariloche, subirá a escena a las 21.30 hs en Sala Tes (anticipadas $2.000, el día de la función $3.000. Incluye pase al Taller de desmontaje "El artificio de la Experiencia", el 16 de diciembre, de 10 a 13 hs). En la creación y dirección está Sol Gorosterrazú, bailarina contemporánea, coreógrafa y directora que fue invitada por la organización para mostrar esta creación que excede la danza, para constituirse desde múltiples lenguajes. 

"Es una narrativa coreográfica y dramatúrgica desde la unidad compuesta por el cuerpo, la iluminación, el diseño sonoro y espacial, en base al cruce y mutación de tres tópicos: lo animal, lo monstruoso y lo humano. Es la tensión entre la belleza y la fealdad. A partir de esto se crean paisajes surreales ligados al misterio. Está pensada como con una mirada cinematográfica, una producción de imágenes que tiene familiaridad con lo fotográfico… En un punto es una puesta bastante plástica", la describió en charla con DIARIO DE CUYO. 

– ¿Se puede definir esta pieza como danza contemporánea?
– Yo tengo esa formación y desde ahí se genera este engendro, como digo yo, pero es una puesta muy plástica, es un tipo de instalación también. Parte de la danza, pero se fractura en mis maneras de abordar géneros, hay una narrativa que trasciende todo eso…

– Este lenguaje habilita esas exploraciones, fusiones, diálogos…
– Sí, aunque creo que el teatro habilita ese mundo. De hecho me costaba decir qué era esta obra. Hay gente que decía "esto es teatro", para otros era más cine y yo decía "es danza"… Pero está todo habilitado por el hecho teatral, que es lo que sostiene y engloba.
– ¿Y qué es para vos la danza contemporánea?
– Creo que habilita un género más desfigurado en cuanto a sus límites y eso es lo que me llamó a componer desde ahí, porque puedo habitar la danza desde diferentes puntos. Me atrajo la forma en que puedo encarar el proceso de composición y de formas de bailar. El "invento" que habilitó en mí me proporcionó alivio. Lo reflexivo, lo performático, la hibridación… me sentí seducida desde ese lugar. La obra original es mi mayor interés dentro de la danza.

– ¿Es complejo producir danza desde las provincias?
– Creo que lo más complejo es poder proyectarse en el tiempo. Desde luego hacer obra también lo es por una cuestión económica. Por ejemplo, la técnica que va de la mano con lo coreográfico no está tan disponible a la hora de crear. Yo tuve que investigar de manera muy casera y eso me hizo ver que, por ejemplo, componer sin la técnica que hay en los teatros es muy complejo… Además sostener un grupo, que en general es paralelo a lo laboral… Sí es complejo.

– ¿Y el público responde a este tipo de producciones como lo ha logrado el teatro?
– Creo que en los últimos tiempos hay mucha producción y hay más público, pero puede que sea más novedoso en la historia de públicos la invitación a las obras de danza. Mi objetivo es crear piezas destinadas a un público que no sea sólo el familiarizado con la danza…

– ¿En general se crea pensando en el público?
– Creo que en el proceso está bueno imaginarse a quién quiero llegar, cuáles son los objetivos con respecto a los espectadores, porque es con ellos y ellas con quienes culmina la pieza. Para mí es muy importante, me he dado cuenta de que quien termina la obra no soy yo e incluso me ha pasado que la gente me dice con más concreción qué es La siesta del carnero. Aparte es muy increíble que después estemos todos y todas compartiendo en un mismo espacio, es una comunión que es un montón.