A lo largo de más de 30 años Rata Blanca se consolidó como la marca más influyente y trascendente del hard rock y heavy metal argentino. Desde 1985, la banda emergente del Bajo Flores liderada por Walter Giardino trascendió las fronteras nacionales en los años ’90. Sus pesados riff, las armonías y melodías referenciadas en la música clásica; sus legendarios discos y su presencia imponente en los escenarios, son algunas de las armas más poderosas que cuenta el tándem integrado por Adrián Barilari, Fernando Scarcella, Danilo Moschen y Pablo Motyczak. Los fans sanjuaninos tendrán una oportunidad más para disfrutar de su show en vivo el próximo 24 de marzo. Ante la inminente llegada, el guitarrista habló con DIARIO DE CUYO.
– ¿Cuáles son los momentos que más disfrutás cuando tocás en San Juan?
– La verdad que son muchos. No tengo uno puntual, porque son tantas ciudades, tantos shows y tantas giras, que lo más importante que rescato es seguir activo. Y es, también, volver. ¿Por qué volvemos? Si me preguntás, es porque queremos mucho a cada ciudad y cada pueblo que transitamos. Porque son como un país dentro. No hacemos distinción entre ciudades chicas o grandes, nunca medimos dónde tocamos. Sino disfrutar lo sagrado que tiene cada escenario. Que un grupo como el nuestro y con un género diferente en la música popular, siga convocando a tantas generaciones nuevas, es lo que más nos asombra. La música de uno no envejeció con uno y sigue emocionando. Sigue siendo joven y seguimos rockeando.
– Con todo lo que han vivido, ¿pensás que el rock les dio muchas oportunidades?
– Cuando uno es real, las cosas suceden de forma natural. El éxito que viene teniendo Rata Blanca, no está basado en una o dos canciones, el que piense eso está muy equivocado. No se trata de lo rápido que toca el guitarrista o la voz aguda del cantante. Hay mucho más que eso. Cuando vos salís de un recital en vivo, te vas más contento que antes. No te sentís defraudado. Si llega el momento que sientas que nuestra química ya fue, entonces Rata Blanca dejará de existir. Nunca permitiré que suceda, porque sería insoportable para mí. Por eso, todo lo que se fue dando, fue en el camino de la música y todo lo que se hizo, fue con mucha honestidad.
– ¿Qué fue lo bueno y lo malo que quedó en estos 30 años?
– Lo bueno, fue que una banda de barrio, que caminó por todo el underground, se ganó cada centímetro de su gloria a puro pulmón y que nadie le regaló nada. Es lindo llegar a esta edad sabiendo que no se dio nada por azar. No negociamos absolutamente nada. Pero lo malo fue no haber podido contar con un entorno a la altura de las circunstancias. Esto me refiero a la industria de la música argentina, a los managers, al mainstream, que no sabían lo que tenían en sus manos. En Argentina, el sistema fue siempre caprichoso y parcial con la elección de los artistas. Sea como sea, lo musical siempre queda atrás. Lo primero que se ve es el marketing o un supuesto status que lo tapa todo. La pose rockera en la prensa y la frase celebre siempre ha funcionado divino para vender. A la larga, el tiempo ordenará las cosas. Lo que me duele, es no haber contado con mejores recursos para acceder a mejores posibilidades como lo hacen las bandas internacionales y desarrollarse por completo.
– ¿Crees que el arte de Rata Blanca no ha sido reconocido lo suficiente como se merece?
– La explosión musical que tuvo Rata Blanca fue desmesurada y no fue bien vista en un sector, como si fuera algo malo. Nos vincularon mucho con el heavy metal, pero en verdad, somos una banda de hard rock, con una parte de heavy metal en su repertorio. Lo que pasa es que algunas virtudes en este país, se te vuelven en contra. Lo raro es que aquí el que tiene una postura o una pose funcional para el sistema, le va muy bien, aunque no interese tanto la calidad en lo musical.
– Es que nunca dejará de existir estos intereses en conflicto entre empresas, músicos y gustos del público. Ante eso ¿en dónde te parás?
– Lo único que busco es tocar, sonar y componer bien. Hacer arte y replicar en el escenario, tal cual suena en un disco. En este punto, veo muchos dependiendo de la tecnología con copiar, cortar y pegar. Entonces venden chatarra. Es como la comida chatarra, la gente se acostumbró a comer mal y se pierde el paladar. En la música pasa lo mismo. Lo que no entiendo es por qué el sistema es tan caprichoso y hace cosas de manera tan berreta que no le da el lugar que le corresponde al artista verdadero que tiene talento.
– Hace años los acusaron de ser una banda grasa por haber tocado en bailantas. Y vos sostuviste que son una banda del pueblo. ¿Ese principio lo siguen sosteniendo hoy?
– En los hechos sí. Si no, estaríamos tocando una vez al año. Fui y soy un pibe de barrio, que salió de abajo con una guitarra eléctrica en el brazo y esa es mi realidad. Haber tocado en bailantas fue una circunstancia y una anécdota. Nos criticaron muchos caretas vestidos de trajecito blanco. Los pop que no les gustaba que Rata sea la banda más popular de Argentina. Incluso a algunos del mismo género, no eran todos, pero se sentían mal, porque lograban meter a 400 personas, mientras que nosotros 5 mil. Entonces nos querían destruir y no lo soportaban. Yo estuve en 1981, donde estaba todo muy mal, acompañando en la marchas a las Madres de Plaza de Mayo, tocando y reclamando. Peleando por cosas que creía y defendiendo la libertad, que bastante me la quitaron por muchos años también. Esas cosas no las cuento a menudo y no prefiero que nos midan por eso. Muchas veces se utiliza al rock para el jueguito a la tribuna y se llenan la boca y se visten con la palabra rock. A tal o cual figura lo visten como si fueran rockeros, pero cuando los escuchás a ver cómo suenan, me agarro de la cabeza. Lamentablemente, el mainstream quiere eso y no se hace problema por la verdad. Después de todo, sigo siendo el mismo, con unos años más encima, pero nunca me puse una camisa y un saquito para la televisión. Sigo rockeando como desde el principio, nunca cambié de bando y nunca lo haré. Sigo defendiendo lo mismo que defendí toda la vida, a los músicos de verdad y bastante me pelee con el mundo para que respeten a todos por igual.
DATO
Rata Blanca. Viernes 24 de marzo a las 21hs. en Hugo Espectáculos (España 70 sur). Entradas: $6.500 campo; y $8.000 VIP. www.todopass.com.ar