Aunque parezca increíble, la leyenda sigue viva. Pasaron más de 40 años desde que Charly y Nito lograron marcar un hito épico en el rock nacional con Sui Generis. Hoy en pleno siglo XXI, Nito Mestre demostró que esa llama que supieron encender en los ’70, sigue más viva que nunca. En Urquiza bar, ante un numeroso público, el artista que también actuó en el Teatro de Albardón, hizo un recorrido por aquellas composiciones que definieron su carrera. Para entrar en calor, comenzó con Aprendizaje, Mientras no tenga miedo de hablar, My dear, Quizás por qué, Confesiones de invierno, sólo algunas de las joyas que disfrutaron los espectadores de más de 30 años que, sin lugar a dudas se transportaron a sus mejores épocas de juventud. Y también se dio el gusto de tocar una versión en castellano de la canción de Sting, The Shape of My Heart.
Junto al aporte de notables instrumentistas como Lucio Flores, Pablo Riquero y Luciano Gutiérrez – en piano, guitarra y saxo, respectivamente-, Nito ejerció el rol de director de una noche llena de intensidad, sentimiento y nostalgia. Sobre el final, no faltaron los clásicos: El fantasma de Canterville y Rasguña las piedras. El cierre fue perfecto y con una ovación unánime. Una vez más, con su carisma y su voz intactos, Nito Mestre tocó el corazón de los sanjuaninos en una noche vibrante.

