Es talentosa y con una belleza distinta a la del mercado, cualidades que encandilaron a la gran pantalla española y mundial, especialmente desde los "90, cuando protagonizó Belle Epoque. Sin embargo, con todos los ingredientes para destellar, Ariadna Gil siempre ha preferido cultivar el bajo perfil. Y ha dejado bien claro que mucho de eso tiene que ver con que poco y nada le importa lo que digan los demás, ni las adulaciones ni las críticas de los "haters’. Centrada en su mundo, sus amores y sus pasiones, la actriz que vio la luz por primera vez en Barcelona hace 52 años, ha sabido confesar que ama su trabajo, ya sea cine o teatro; pero que nada la seduce toda la parafernalia que se genera alrededor. Y ya sea por timidez o por carecer de una personalidad socialmente avasallante, se las ha ingeniado para mantenerse a distancia del jet set, de los paparazzis y de las revistas del corazón, siempre a la pesca de algo de su sólida relación con el apuesto y no menos famoso actor Viggo Mortensen, con quien está en pareja hace más de una década. Y, fuera de tono con los tiempos modernos, tampoco usa las redes como vidriera. "No me interesa que todo el mundo sepa lo que hago. Es como tener otro personaje público y yo nunca he querido tenerlo o no he sabido’, confesó una vez a Mujer Hoy la ex del director David Trueba, padre de sus dos hijos, donde reconoció que de hecho a veces se olvida de quién es cuando cruza la puerta de calle…. pero claro que los demás no! Gil transita su rica vida artística entre logros y reputación, pero como una mujer de carne y hueso, lejos de toda veleidad. Un poquito tal vez como la inolvidable Jany Eyre que encarnó, fiel a sus principios.
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LOOKS
De una belleza simple y clásica, Gil lleva al plano personal su gusto por la sobriedad y el estilo.