La voz que hizo de Resistiré (letra de Carlos Toro Montoro) su himno a la vida, se apagó definitivamente ayer por la tarde, luego de agonizar en la clínica porteña Bazterrica donde fue internada tras agravarse el cáncer de mama que sobrellevó 10 años, primero por una infección urinaria y después con otra respiratoria. Romántica incurable, la última vez que Estela Raval pisó un escenario sanjuanino fue el del Auditorio Juan Victoria, el 29 de mayo del año pasado, cuando arribó para presentar su disco Más de mí, con sus Latinos. Coqueta, pasional y fuerte, la estrella iluminó la noche de San Juan y dijo adiós envuelta en la ovación del público, que ya estaba al tanto de su lucha y la colmó de aliento. Pero esta no fue la única vez que la diva de 77 años, cuyos restos se velarán hoy entre las 8 y las 11 en la Legislatura porteña, revolucionó a los enamorados de sus baladas y boleros. El 27 de julio de 2008, Palma Nicolina Ravallo (tal era su verdadero nombre) estuvo en la misma sala como la protagonista femenina de Los 5 Latinos, celebrando su aniversario musical con el espectáculo Maravillosos 50.
El 8 de junio de 2004, también en el Auditorio, Estela emocionó a la platea. Y esa ocasión fue por partida doble. Además de rememorar viejos tiempos con el material de su álbum Adelante, la artista le cantó a la vida orgullosa entonces de haber superado una de sus batallas más duras contra el cáncer. Y el 25 de noviembre de 2001, la artista tocó nuevamente suelo cuyano y subió a escena haciendo maravillosa dupla con María Martha Serra Lima en el Teatro Sarmiento, donde destilaron por cada poro el título del show, "Apasionadas", ante una tribuna colmada que las ovacionó.
Nacida el 19 de mayo de 1935, bajo el signo de Tauro y reconocida como una de las voces más notables de habla hispana, Raval labró una exitosa carrera que la llevó por escenarios de Latinoamérica y España, y hasta la distinguió con un Grammy Latino a la excelencia en 2008. En sus casi 55 años de trayectoria, La balada de la trompeta fue uno de sus hits más fuertes de su cancionero, una composición que sólo pudo opacar su versión de Resistiré que estrenó en 2004 y significó un antes y un después para la blonda intérprete -madre de Mónica, Ricardo y Hernán- que logró resurgir artísticamente, pese a su intento de suicidio a principios de los "90 al ingerir una excesiva dosis de calmantes tras la separación de Ricardo Romero -con quien se casó en enero de 1954- y la enfermedad que no pudo vencer, pese a sus férreas ganas de vivir.