El Museo de la Historia Urbana abrió una nueva exposición temporaria y esta vez dedicada a resaltar la memoria colectiva de la ciudad. "Todo empieza en la semilla" es la reconstrucción histórica de la semillería El Abasto, una tienda fundada por Francisco Alfredo Sabio en 1952 en la calle 25 de Mayo, justo enfrente del Mercado de Abasto de la Capital.

La muestra gira en torno a un objeto en particular. "Ponemos en valor un cartel de la calle, el cartel del negocio, el verdadero, que con los años se ha ido deteriorando. La municipalidad hizo un operativo, por una cuestión de prevención, para que no pase nada por los vientos, y descolgó un montón de carteles. Cuando vi que pasaba eso, pedí la información, fotos y empezamos por uno de los carteles que era viable ingresar al museo" relató a DIARIO DE CUYO Natalia Segurado, directora del MHU, enclavado en el Parque de Mayo. 

Un joven Alfredo Sabio.

"De ese negocio lo que quedaba era ese cartel. Al ser descolgado, no quedaba nada de la historia visible y como la idea del MHU es contar esa historia de la ciudad, nos pusimos a trabajar", afirmó Segurado. El equipo rastreó a los dueños del negocio y recopiló objetos, fotos y testimonios que sirvieran para reconstruir el relato que querían contar a través de esta exposición, que permanecerá hasta el 22 de octubre en la sala 2 (Visitas: de martes a domingo, de 12 a 21 hs, gratis). 

"Es un rescate patrimonial de la historia de nuestra ciudad. En general no pensamos que los negocios o que los clubes son partes del patrimonio. Aquí hay un patrimonio tangible que es el cartel, pero está el intangible que son todos los recuerdos. De hecho cuando se conoció esto, me empezaron a llegar audios de gente contándome sus anécdotas con el lugar. A partir del cartel, en este caso, se activan un montón de memorias intangibles" expresó Segurado.

Cultivo. Sabio alquilaba campos para producir semillas. El niño es su hijo Gerardo.

El MHU contactó a Gerardo Sabio, uno de los hijos del dueño de El abasto y los recuerdos familiares también afloraron. "Ojalá pueda recuperar el cartel, me encantaría poder retomar la semillería", dijo, con nostalgia, el hijo de don Sabio, a quien los visitantes también podrán conocer a través del video con su relato que integra la muestra a través del que dará testimonio. 

"Fue un negocio tradicional, ganó todos los Mercurio de Oro, de todos los años desde los ’60. Fue una firma de referencia" resaltó Sabio, mostrando su orgullo por la trayectoria del almacén. "Estoy muy contento, creo que este es un homenaje que merecía mi padre. No se lo hicieron en vida y se lo merecía" afirmó, recordando con cariño a don Sabio, fallecido en 2021 y que el miércoles pasado hubiera cumplido 96 años.

Latas. El envase de las semillas que iban a lejanos destinos.

La semillería era muy popular y se expandió tanto que vendía a todo el país y también países vecinos. Tuvo su época de apogeo entre las décadas de los ’70 y ’80. "Era una muy prestigiosa, que pasó las fronteras, hizo negocios en Chile, Brasil, Paraguay… Usaba unas latas donde él envasaba las semillas de hortalizas sanjuaninas. Él compraba a los productores, estaba en contacto con ellos, alquilaba campos, como el de cebolla en Jáchal. Hizo la firma Productores integrados", relató Gerardo, contando lo que se compartió en su familia del negocio y algo de lo que recuerda, ya que siendo niño -tiene 54 años- vivió algo de la época de esplendor. 

Sabio disfrutaba del campo. Era nieto de españoles que se instalaron en Angaco y a raíz del negocio de mateos que tenía su padre, plantaban pasto. "También fue muy bueno con las telas, fue uno los primeros que trajo telas a San Juan, fue un tipo muy visionario para los negocios, habrá pensado que frente a la feria municipal el negocio iba a funcionar bien. Era un comerciante de palabra, no sabía lo que era pedir fiado, sin embargo tenía crédito y le daban de todo" expresó sobre quien fue también diputado provincial por el bloquismo en los ’80. La tienda fue bajando su rendimiento con el tiempo, además atravesada por cuestiones familiares, y finalmente cerró sus puertas en los 2000. 

Otra época. La tienda en plena jornada de trabajo frente a la feria de Capital.

Desde el MHU, Segurado expresó que el hallazgo y la idea de poner en valor El abasto continúa la línea de trabajo que ya hicieron con la historia de Ernesto Archilla y su panadería Los mellizos, o del Club Sportivo Árbol Verde.

"Me pareció hermoso que surgiera lo de la semillería, sobre todo porque coincide con la idea del museo de proyectar una ciudad más verde, el cuidado del medioambiente; y aparte permite tocar el tema de las huertas en los domicilios", aseguró la directora que describe el fundamento de este museo que se nutre de la historia de los vecinos. 

 

MHU