Antônio Pecci, conocido artísticamente como Toquinho, fue parte de la destacada camada de artistas brasileños surgidos en la década del 70. El poeta Vinicus De Moraes fue su maestro y amigo. Con él y la cantante María Creuza protagonizaron históricas veladas en la Buenos Aires de aquella época que fueron contenidas en La fusa, un disco para el que De Moraes (fallecido en 1980) buscó recrear lo que ocurría en sus actuaciones en vivo. Aquel álbum fue especial para Toquinho y para celebrar que cumplió 50 años de editado en 2020, armó una gira por distintas ciudades de Argentina que lo traerá por primera vez a San Juan. Será en un concierto en el Auditorio Juan Victoria el próximo 27 de marzo junto a la joven cantante Camilla Faustino. Cuando surgió La fusa, Toquinho era un joven guitarrista que hacía sus primeros pasos en una carrera que lo llevó por distintos escenarios del mundo también con otro grande como Chico Buarque, y desarrolló una carrera solista con más de 40 álbums editados. En una entrevista realizada con DIARIO DE CUYO por correo electrónico, el guitarrista y compositor de 75 años recordó a Vinicius, su tiempo con él y la importancia de una obra histórica que tendrá su debut en vivo en estas latitudes. 

-¿Cómo fue la vuelta a los escenarios para usted, en la reapertura tras la pandemia?

– Fue un periodo de restricciones y aislamiento que por sí solo causó necesidades y esas necesidades inspiraron capacidades, renovarse, otros caminos. Fue lo que hice. Renové inspiraciones, acepté mi creatividad y surgieron nuevas ideas de trabajo y composiciones.Este reencuentro con el público confirma aún más la importancia de la energía que recibo cuando estoy delante de una platea. El interés por las canciones, el cantar juntos, el aplauso hasta las miradas más cariñosas que percibo, activa en mi la disposición aún mayor de hacer siempre lo mejor, lo que más amo: tocar y cantar para las personas y recibir de ellas el calor que me renueva y me complementa en el escenario. 

-¿De qué manera se aborda un material histórico como La fusa para traerlo a la actualidad?

– El espectáculo de La fusa se volvió atemporal. Si se repitiera hoy alcanzaría el mismo éxito, pues continúa en el repertorio de los clásicos de la Bossa Nova, como ‘Sé que te amaré’, ‘Mi novia’, ‘Samba en preludio’, ‘Yo no ‘No existo sin ti’, ‘Berimbau’, junto a sambas tradicionales y otros sucesos, como ‘Qué maravilla’. Traigo en mi equipaje esta cualidad musical impregnada en mi música actual, y que se verá renovada en el espectáculo que haremos ahora. Y la dimensión que tomó el disco que grabamos, aún en catálogo, el ambiente alegre y distendido, una fiesta en cada función, todo eso queda en la memoria, que vuelve al escenario en cada show que hacemos actualmente para el público argentino.

-¿Qué significa este disco para su carrera?

-Es el registro de mi primer trabajo con Vinicius de Moraes y contó con la participación de Maria Creuza. A Vinicius siempre le gustó contar historias en los espectáculos, sabía entretener al público con su carisma y su manera poética de decir las cosas. Al mismo tiempo, procuraba presentar a las personas que estaban con él. Fue el comienzo de nuestra amistad y él aprovechó eso para hacer que los shows fueran más descontracturados y también lo hizo con María Creuza, porque en realidad éramos dos principiantes ante la experiencia del arte y la vida del gran Poeta, y la platea deliraba, quedando todo registrado en el disco. El espectáculo en sí generó una gran amistad y camaradería por 10 años. Puedo decir que Vinicius de Moraes me consolidó como compositor. Después de todo, con él comencé a trabajar con uno de los más grandes poetas y letristas de la música popular brasileña, ya consagrado por tantos éxitos. Dejamos un extensa obra, con más de 100 canciones, grabamos unos 30 discos y tocamos más de mil shows. Todo este trabajo representó para mí un gran respaldo para seguir después de su muerte en 1980. Hoy sigo aplicando mucho de lo aprendido al lado del poeta, con una constante evolución.

-¿Y Vinicius qué fue para usted?

-Tuvimos una relación que fue más allá del trabajo profesional. Intercambiamos energías positivas: él aprovechó mi juventud; y yo su experiencia. Hubo un entendimiento perfecto entre nosotros, porque todo lo que le gustaba hacer a Vinicius también me gustaba: tocar la guitarra, disfrutar de las canciones que iban saliendo, comer bien, vivir la noche con amigos y mujeres bonitas. Esta relación profesional y humana dio lugar a muchas historias que dieron origen a tantas canciones. Con él aprendí cosas sobre las relaciones humanas, la estructura de los espectáculos, la armonía entre melodía y letra. Vinicius fue un gran músico, un compañero indiscutible, un amigo inolvidable.

-¿Qué recuerda más de aquellos años haciendo música en Buenos Aires y cómo es la relación hoy?

-Hubo años de mucha actividad tanto en Argentina como en Buenos Aires. Hicimos temporadas históricas en Mar del Plata con Maria Bethânia, Chico Buarque. Grandes espectáculos que acercaron aún más al público argentino a nuestra música, hicimos de Buenos Aires y de muchas otras ciudades una extensión de Brasil, esto continuó después de la muerte de Vinicius. Cuando estoy allí, me siento casi porteño. La vibración humana es contagiosa en ambos pueblos. Vibramos en la misma línea con la buena comida, las mujeres hermosas, el fútbol y la música. El cariño que recibo aquí es el mismo que recibo allá.

-A San Juan viene por primera vez ¿Qué expectativas tiene? 

-El público de San Juan seguramente nos recibirá como lo está haciendo la gente de tantas ciudades argentinas por las que hemos pasado. Y se los agradeceremos mostrando nuestro empeño por ofrecerles un espectáculo íntimo, con mucha vitalidad y dinamismo.

-¿Cómo analiza la situación actual de difusión de la bossa nova?

-La bossa nova no tiene tiempo ni edad. Su belleza melódica siempre estará impregnada de nuevas tendencias musicales de calidad superior.

 -¿De qué manera cree que la afectan los nuevos ritmos y géneros musicales comerciales?

-Son inevitables, siguen el dinamismo de la vida, los cambios de costumbres y actitudes. Es la renovación de las relaciones humanas reflejadas en la música, como lo ha sido siempre y en otras épocas.

EL DATO

Tour 50 años La fusa. Domingo 27 de marzo, en Auditorio Juan Victoria, a las 20.30. Entradas: $3.500, $4.000 en venta en boletería, Hoffman y eventbrite.com