En medio de la pandemia, representantes de grupos de cuarteto, cumbia y música tropical de San Juan consultados por DIARIO DE CUYO se manifestaron preocupados por el destino de los bailes, atravesados por su incierto futuro y la consecuente crisis económica que las agrupaciones transitan por la suspensión de estos encuentros. Caracterizadas por poner en escena una multitud de cantantes y músicos, hasta el verano pasado, las bandas podían sostenerse con lo que recaudaban animando bailes y eventos privados. Pero ahora, desde El Yeyo a Omega, pasando por La Costa y Karisma, y conjuntos como Ta copa’o, La Güira Band, La Nueva Banda, Nueva Fase y El Chapa para vos, trazaron un gris panorama para las bailantas. Para todos, ese "ingreso extra", que ya no está, significaba "algo más que importante", y aunque algunos pueden ajustarse y salir adelante, otros padecen con preocupación la baja de las fiestas. 

"Yo actuaba, trabajaba en el sonido en la Sala del Sol y podía salir a flote. Después de eso, cerraron los boliches y no pude encontrar laburo. ¡No tenía ni para comer! Yo vivo solo y, ahora, pude pagar 2 meses de alquiler que debía con la ayuda del IFE; al tercero, lo pago con lo que hago en la construcción y otras changuitas, como el delivery. Uno se puede aguantar el hambre, pero cuando hay niños en el medio, se hace difícil", señaló Franco Cabello, tambora de Ta copa’o que, separado y padre de 3 hijos, recibió la ayuda del fundador del grupo, Antonio "Poroto" Alfaro, para trabajar como albañil y poder dar de comer a sus chicos, luego de que la cuarentena hizo que el cielo se le viniera encima, como dijo.

"Hace 3 meses que estamos frenados, ya no quedaron ahorros, estamos tratando que se vuelva a trabajar con todos los protocolos y medidas que nos impongan". Hugo Flores, de Omega.

"Estamos tratando de sobrevivir. Uno tiene que salir a buscar el mango, vendimos empanadas, hicimos pan y tengo un remís para aguantar", expresó por su parte Ricardo Morales, de los pagos de Caucete que tiene El Chapa para vos, que está hace 25 años en el circuito, hace un programa de TV desde 25 de Mayo y es padre de 5 chicos.

Al igual que ellos, seriamente afectado por la circunstancia que golpea sus bolsillos, Jorge Garro, desde Karisma, fue contundente al expresar que "la estamos padeciendo". Él quedó sin empleo en 2018 y se compró un auto para trabajar de remisero, pero ese oficio también se vio afectado. "En los 2 meses que estuvimos parados, no conseguí plata por ningún lado", agregó. Además, remarcó, que "las monedas guardadas" ya desaparecieron; y si bien, su esposa colabora vendiendo sus tejidos, no es suficiente. Así como él, Cristian Martínez, de La Nueva Fase, quedó desempleado apenas arrancó el confinamiento; en tanto que algunos de sus colegas se la rebuscaron para poner una verdulería o un carrito de comidas en sus casas, para "ir tirando".

En tanto, de la Nueva Banda, Hugo Araujo apuntó que en su formación no todos corren la misma suerte de tener trabajo. "De los 11 que somos, están los que viven de la música que hacían con nosotros y tenían otros proyectos. Queríamos grabar un CD pero al no poder tocar, no nos ingresa dinero y eso nos generó deudas por la compra de instrumentos", señaló.

Navegando en otro barco en esta misma pandemia, La Costa y La Güira Band ofrecieron un punto de vista diferente sobre este "parate total", como definieron. Es que, pese al impacto, la bofetada fue más leve para ellos.

"Estos géneros están complicados, antes, nos contrataban para llevar gente y lo que está pasando es todo lo contrario". Marcos Andino, desde La Costa.

"Si dependiéramos solamente de esto, creo que ya estaríamos semidisueltos. Estos géneros están complicados, antes, nos contrataban para llevar gente y lo que está pasando es todo lo contrario, mientras menos muchedumbre mejor", manifestó Andino, de La Costa, agrupación que pronto cumplirá 18 años de fundación. De manera similar, Kucho Torres, tecladista y productor de La Güira Band, creada en 2011 al ritmo de los sonidos tropicales latinos, consideró que la crisis repercutió especialmente en algunos de los componentes, ya que la gran mayoría vive de los trabajos que desempeñan en paralelo a la música. 

Buscando firmemente la manera de retornar a las pistas y como unos de los pocos grupos que viven de esto en la provincia, los hermanos Flores, de Omega, decidieron hacer el aguante con trabajos particulares, entregando a sus músicos "que están sin nada" kits de mercadería y limpieza que recibieron del Gobierno. 

"Hace 3 meses que estamos frenados, ya no quedaron ahorros, estamos tratando que se vuelva a trabajar con todos los protocolos y medidas que nos impongan. Queremos comer, pagar impuestos y alquileres. Somos trabajadores, no queremos que vuelva la noche para salir. Nosotros sabemos hacer música, no otra cosa. Nada alcanza para sobrevivir, las deudas siguen generándose", sostuvo Hugo, el cantante de la formación que se radicó en Córdoba para hacer carrera, aunque se encuentra cumpliendo su cuarentena en la provincia. Mientras tanto, Roberto Sosa -que hace 28 años se lanzó como solista como El Yeyo y se encuentra dando sus pasos en la política dentro del Partido Justicialista- habló desde otro costado, esperanzado en que "pronto" el paisaje se despeje, ya que "atrás de los bailes son muchas las familias que comen: sonidista, iluminadores, seguridad, músicos, por nombrar sólo algunos". 

"¿Qué será de los bailes?", "¿Volveremos de día?", "¿Existirá un empresario que se arriesgue a llevar un grupo?", son algunos de los interrogantes que plantean. Y la respuesta es la misma: "Ya nada será igual", corean convencidos de que serán los últimos en regresar a sus puestos.