Concierto en el Auditorio Juan Victoria. En el escenario, un grupo de jóvenes pianistas se dispone a interpretar una obra clásica. De repente, el respetuoso silencio es interrumpido por el ringtone de un celular, que su "dueño" no se digna a apagar. La gente se incomoda, empieza a buscar de dónde viene el "ruido". Los artistas, de igual modo, se manifiestan molestos. Hacen gestos, comentan… De pronto, uno de ellos pone las manos sobre el piano y se comienza a fundir con el sonido del celular, que cede. Y así toma cuerpo el "Nokia sobre las olas. Vals para celular y piano a varias manos", una adaptación del famoso vals Sobre las olas, de Juventino Rosas, con arreglos de J. Villegas y A. Aguirre. La divertida e ingeniosa idea, que fue recibida con aplausos por la concurrencia, es una de las perlitas de La tecla feliz, un grupo de siete jóvenes y talentosos pianistas -Juan Varela Graffigna, Mariana Garrotti, Mariana Pechuán, Ana Paula Oyola, Javier Villlegas, Samuel Alemán (de México) y Andrea Zanni-, pertenecientes a la Cátedra de Piano a cargo de Ana Inés Aguirre; cuya propuesta es hacer desde obras "serias" para cuatro manos, hasta este tipo de experiencias musicales más desestructuradas y con humor.
"Elegí el ringtone más chillón que encontré y lo bajé de La Mayor a Si Mayor para que coincidiera con la tonalidad del vals. Cuando empezó a sonar, la gente comenzó a chistar y al final se levantó un clamor de protesta. Los chicos desde el escenario veían cómo algunas personas estaban a punto de crucificarme. La cuarta vez que sonó, los chicos ya empezaron a tocar y el celular dejó de sonar… El piano hace el ringtone varias veces, algunas más escondido y otras de manera muy clara; y en el final del vals, el ringtone se contagia del romanticismo del vals. Algunos del público, que habían leído el programa, se dieron cuenta que era una broma, pero por algunos comentarios que me llegaron, ¡aún hay gente que piensa que alguien me llamaba!", comentó Aguirre, cabeza del inédito combo -entre los que hay varios ganadores de importantes becas y certámenes locales, nacionales e internacionales- que tuvo su prueba de fuego el lunes pasado; y con tan buena repercusión, que no sólo tienen agendada la próxima actuación, sino también la decisión de continuar con el grupo.
"Año a año nos quedábamos con las ganas de participar en el concierto del Día de la música, porque está pensado para grupos. Y dijimos que este año íbamos a hacer algo. Pero ha gustado tanto que va a seguir. Incluso hay compositores que me están mandando obras’, se explayó la profesora, que también destacó la excelente química que hay entre los chicos.
"Sí, eso es maravilloso. Nos apoyamos incluso fuera de lo musical. De hecho, muchas veces hacemos de fleteros de pianos cuando algún chico se muda. Aparte nos ayuda a crecer profesionalmente, ya que lo nuestro es, por lo general, una actividad muy personal", expresó Villegas, quien -pronto a viajar a Alemania- subrayó que el repertorio es de "alto nivel artístico", y que los toques humorísticos y la interacción con el público surgieron "para romper con el tabú de que la música académica es rígida"; aunque reconocen que implica un gran desafío, ya que "para llegar a ese punto es necesario mucho estudio, planificación y compromiso".
"Ha sido muy lindo para nosotros, y algo importante porque desde los ensayos hasta el momento de actuar nos divertimos muchísimo, disfrutamos de hacer y compartir la música. Hemos formado un grupo de amigos y muy buenos compañeros. Eso hace que lo pasemos muy bien y creo que lo transmitimos. En el concierto donde debutamos, el público se rió y divirtió tanto como nosotros… Y ya estamos planeando nuevas obras y arreglos para seguir con el ensamble", acotó Mariana Pechuán, flamante abanderada de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes y con posibilidades de viajar a Hungría.
Obras de Chaminade, Rachmaninov y del argentino Juan María Solare ("que está muy interesado en nuestro ensamble y me ha mandado bastante material de su autoría, para 5 y para 8 manos", apuntó Aguirre) esperan a La tecla feliz, nombre elegido entre todos, bajo la consigna de que "no sonara tan serio después de todo". Pero claro que el ensamble -que tendrá puertas abiertas, ya que a este equipo base podrán sumarse otros pianistas- continuará haciendo de las suyas: "Creo que la tendencia será tomar música muy estereotipada, que sea factible de caricaturizar, a la que le agregaremos otros condimentos", da una pista "la profe" sobre los proyectos que, por ahora, están bajo siete llaves.
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