Cuenta la leyenda que un alma en pena, de larga melena oscura y vestida totalmente de blanco, surge por las noches con trágicos lamentos. Inspirada en este personaje del folclore latinoamericano, hoy, llega a las cadenas cinematográficas locales -Cinemacenter, Play Cinema y CPM San Juan- el film La maldición de La Llorona, en estreno nacional. 

Producida por James Wan (de La monja e Insidious: La última llave), esta película supone el debut en el largometraje de Michael Chaves, con un elenco encabezado por Linda Cardellini (de El fundador), Patricia Velasquez (American Family), Sean Patrick Thomas (La barbería: Todo el mundo necesita un corte) y Raymond Cruz (de Better Call Saul). Pero, especialmente, representa el aterrizaje de esta tradición latina al cine del género de terror estadounidense, que toma esta aparición para contar una historia ambientada en la década del "70 y tiene como protagonista a una trabajadora social. Ignorando la escalofriante advertencia de una madre sobre el peligro que podrían correr sus chicos, ella comenzará a experimentar extraños sucesos sobrenaturales. Su única esperanza será escapar de La Llorona y salvar a sus hijos de caer en las profundidades que habita este espeluznante espectro.

Sin embargo, el mito cuenta con muchas variantes según su región, aunque la mayoría comparte una cualidad aterradora: se trata de una mujer que llora a sus hijos, porque se los arrebataron o por la culpa de haberlos matado.

Los mitos sobre este ser fantasmagórico tienen su origen en México y hacen hincapié en una aborigen que tuvo un romance con un español; fruto de ese amor, nacieron tres hijos a los que asesinó cuando el hombre la abandonó. Y en Argentina, su figura también tiene un lugar de privilegio en los relatos populares que hablan de una mujer que se quitó la vida después de asesinar a sus hijos arrojándolos a un río; se la describe vestida de blanco, con el rostro y los pies cubiertos, y se aparece en los caminos. Si bien, en otra versión -menos reproducida-, es un espíritu vengador que se sube a los caballos de los trasnochadores para matarlos de un helado abrazo mortal, o un espíritu de malos presagios que puede causar enfermedades o traer desgracias.

En la pantalla, el lamento de este espíritu macabro hará vibrar la sala.