Cuando estuvo en 2019 por primera vez con su propuesta teatral, agotó las localidades y fue un bombazo explosivo de risas para la platea sanjuanina. Pasó la pandemia, la cuarentena y el regreso a los escenarios que se dio este año para Andrés Pomiro, fue inmejorable. Considerado como el amo y señor del playback, con miles de seguidores en Youtube, Instagram y Facebook, el actor y comediante 2.0 emprendió una gira nacional con su espectáculo Poniendo el pecho Volumen 2. En la reciente temporada de verano de Villa Carlos Paz, fue nominado a mejor show humorístico de la cartelera cordobesa y por la popularidad que viene adquiriendo, Pomiro apuesta a más y esta vez decidió volver a la provincia con la intención de que aquella experiencia pasada se repita y gane más seguidores. Así el artista cordobés, desatará en el escenario una erupción de furia esquizofrénica, que dará vida a un sin fin de personajes que nacen de los audios de Whatsapp que se viralizan por las redes. La nena, el nene, el tío, la tía, la abuela, todos ellos entran en la valija. Esta noche, estará en Sala Z recargado de humor sano, mucho playback y un histrionismo de primer nivel.
Al dialogar con DIARIO DE CUYO, Pomiro respondió el primer interrogante que él mismo viene reflexionando hace mucho tiempo y es qué ¿cómo nació semejante fenómeno que se viraliza en todos los dispositivos móviles de miles de argentinos? Lo primero que reveló el humorista fue algo que ni él esperaba en realidad: "Todo salió de casualidad, porque las redes sociales son así. Como soy profesor de teatro, esto pasó en 2015, daba clases a mis alumnos técnicas para interpretación actoral a través del playback. Como a muchos no les salía bien, estaba bastante molesto conmigo. Hice una práctica yo personalmente y me salió bien, pero había quedado archivado por otras cuestiones. Hasta que llegó en 2018 el Mundial de Rusia. Me llegó un mensaje de audio de un fletero que se creía director técnico, que se pasaba de ser futbolero puteador. Le daba palo a Sampaoli, a Messi, insultaba a Messi, criticaba todo lo que hacía la Selección. Entonces me puse la camiseta y lo interpreté. Se volvió masivo el video y nunca me olvidaré de ese momento porque se me abrieron las puertas al mundo de las redes", contó el humorista.
Efectivamente, fue una ola de magnitud en repercusiones y reproducciones que no paró más. Esa típica forma de ser que tienen los argentinos y argentinas de querer opinar y saber de todo, de fútbol, de política, de la sociedad, bueno, es que en todas esas historias de vida que hay detrás de cada audio, Pomiro supo combinar esos elementos y con sus conocimientos en actuación, más la dinámica de las redes, logró una combinación ingeniosa. Desde ese año mundialista, hasta la fecha, sus cuentas superan los 700 mil seguidores y no solo eso, ya es un producto que llegó a las salas de teatro con salas colmadas de espectadores en poco tiempo.
"No fui un visionario en decidir o saber dónde está la mina de oro, acá o allá. No es así, surgió todo de forma espontánea. Hoy hacer playback ya es algo muy común usando Tik Tok, pero años atrás no había nadie haciendo esto. Entonces, me di cuenta que lo que funciona en las redes sociales, es la innovación", aclaró pero, a pesar de la notoriedad, ahora los desafíos son más grandes y la demanda de su público por más contenidos es insaciable. Entonces debe poner un equilibrio a la labor diaria: "la gente me manda mucho material, cerca de 150 audios por día y no puedo improvisar y hacer tantos videos como me pida el algoritmo. Aquí hago una selección muy fina de toda la materia primera que me llega de los mismos seguidores. Trato de escucharlos, de estudiarlos y escribir toda la rutina. Detrás de cada video de unos 45 segundos, hay mucho trabajo de preparación que lleva horas y eso no se ve".
Aunque al salir de las redes y entrar en la sala de teatro, la situación cambia radicalmente. Pomiro opera y emplea otros mecanismos y otros tiempos. Además, sostener más de una hora de show, con ritmo y que entretenga, no es tan simple como aparenta. Por lo tanto, el cordobés apela al factor sorpresa para mantener en vilo a su público acostumbrado de verlo por las pantallas. En este sentido, "comencé a trabajar con una productora para ir armando el show. Es totalmente diferente lo que se muestra o se ve en las redes. Muchos no saben lo que esperan ver a Pomiro en el teatro. Aclaro que no es un show de stand up", explicó que hay un guión y una historia narrada en que intervienen los audios para que él interprete a sus personajes, siguiendo un hilo conductor. Planteado así, sostuvo que este formato "no se trabaja en ningún otro espectáculo. No hay nadie en el mundo donde se haga playback en vivo en una obra de teatro como la mía", así de categórico afirmó.
"Hago una selección muy fina de toda la materia primera que me llega de los mismos seguidores. Trato de escucharlos, de estudiarlos y escribir toda la rutina. Detrás de cada video de unos 45 segundos, hay mucho trabajo de preparación que lleva horas y eso no se ve", Andrés Pomiro.
Pomiro tiene muy en claro, que el humor argentino es infalible, aquí y en cualquier país hispanohablante. Por eso afina mucho la puntería para elegir aquellos audios que más le hagan reír a él primero, porque busca que el público se identifique con él y con las historias que interpreta. "Tengo materia prima que me da la gente y es tanta que hay para hacer sopa. Al principio creí que presentarme en Uruguay podía fallar un poco, pero no, me sorprendí y en un fin de semana agoté cuatro funciones consecutivas. Y sí, confirmé que el humor argento llega a todos y es muy bien entendido. La gente reacciona de forma maravillosa y se ve esa gran necesidad en ellos de reírse y escaparse de la realidad conmigo. Es lo mágico que tiene el teatro y me hace muy feliz".
Sin embargo, es consciente del momento que le toca protagonizar y si bien es autocrítico en algunos aspectos, también guarda en su interior otras aspiraciones que lo lleven a consagrarse como actor. "Siempre tengo cosas que mejoraría, apunto en todo momento a inventar y perfeccionar mi performance. Por supuesto que me gustaría tener más tiempo de elaborar mejores videos de calidad, estudiar los audios como se merecen y hacer transmisiones más seguido. Pero por otro lado, estoy muy feliz porque estoy teniendo un éxito tal que me permite vivir de lo que siempre soñé, que es la actuación", manifestó. En sus orígenes, Pomiro era ingeniero de alimentos, pero desde muy chico tenía el sueño de dedicarse al teatro. Hasta que encaró de hacer realidad su meta, colgó su título, renunció a la empresa a la que trabajaba y se fue de Córdoba para probar suerte en Buenos Aires, detrás de ese sueño. "Nunca imaginé que me llegaría mi momento como este, es cierto que lo buscaba, pero nunca pensé que resultaría por las redes sociales. A mis 15 no existía la aspiración de ser Instagramer o Youtuber, quería entrar en el cine o en la tele. Y bueno, todavía dejo esa ventana abierta y estoy disponible que si me llega alguna oportunidad de entrar a alguna plataforma o una película encarar un papel y salir de este producto que estoy haciendo ahora", confesó que tiene muchas ganas de ser villano, rol que le fascina asumir algún día para un drama o thriller.
DATO
Poniendo el pecho Volumen 2. Hoy 27 de mayo a las 22hs. en Sala Z. Tickets en boletería de Sala Z (Pedro Echagüe 475 oeste) en horario de comercio y on line en passline.com. Valor: $1500.

