"Música ardorosa para gente revoltosa es la música del tiempo del cemento y no de Rosas / Nosotros somos un grito: Violadores… de la ley", decía Pil Trafa en una canción que fue considerada como himno del punk nacional. Los Violadores fue una de las primeras agrupaciones de rock que tuvo una gran repercusión masiva y nacional a principios de los años ’80 y un icono antisistema de la escena contracultural de Buenos Aires. Desde sus comienzos hasta su disolución definitiva en 2012, la banda fue un gran faro de influencia para las generaciones de músicos jóvenes de todo el país. San Juan no fue una excepción y con esa marca de fuerte referencia para muchos cultores locales, Jorge Riveros Grosso, baterista de Vía 66 Rock, convocó a varios colegas y amigos de otros conjuntos para rendir homenaje a Pil y a toda la epopeya de Los Violadores en la historia de la música argentina. De esta manera, surgió Zona Roja, el ensamble que se completa con Guido Ayala (en bajo y coros), David Gramajo (primera guitarra), de Reina rockera; Carlos Vilaplana (segunda guitarra y acústica), Carlos Ramos (batería), de Té para tres, el cantante de Vía 66, Emiliano Sánchez (guitarra invitada) y la violinista Victoria Muñoz, de Té para tres y Cebada Trío.
El recital será hoy a las 20 hs en Mamadera Bar (entrada a $500) y el formato será interpretar los grandes éxitos como Uno, dos, ultraviolento; Mercado indio, Bombas a Londres, Juega a ganar, Fuera de sektor, Sentimiento a matar, La era del corregidor, entre otros. Sin embargo, serán reversionados con mezclas de new wave, country y hard rock. "Hoy no son muy recordados como se merecen, pero ellos marcaron un principio de mostrar algo diferente", dijo a DIARIO A DIARIO DE CUYO Jorge, el armador de esta propuesta.
La historia de Violadores se remonta a 1978 con Los Testículos, una banda creada por Pedro Braun (Hari-B), quien junto a Sergio Gramática, Pil Trafa y Stuka, pasaron a denominarse Los Violadores (de la ley) en los años siguientes. Desde la clandestinidad en refugios y bares, la banda fue teniendo una marcada línea anarquista y de rebeldía contra la censura cultural de la dictadura cívico-militar. "Cuando tenían que tocar, cambiaban los nombres, para que no los encontrara la policía. Cuando vino la democracia, su música fue muy escuchada en las radios y el punk despegó. Con su impronta, nos dimos cuenta que el mundo no estaba nada bien, ya que promovieron una ruptura a expresarse y liberar todos los sentimientos que teníamos guardados y reprimidos. Su mensaje siempre fue el de ser libres", comentó el baterista sanjuanino. Esa impronta caló a fondo en la conciencia de multitud de artistas como ANIMAL, 2 Minutos, Flema, Attaque 77 y Cadena Perpetua. Aquí en San Juan, su herencia perdura en agrupaciones como Fermental y Desaparecidos en Democracia. "Tal vez ya no esté ese mismo sonido que había antes, pero su esencia sí está presente en letras fuertes y comprometidas, de protesta social y política. Hoy vivimos presos de una dictadura psicológica por los mismos poderes que nos vienen gobernando siempre. La música de Los Violadores nos hace volver a ser rebeldes", concluyó Grosso quien recordó, además, los últimos recitales que hizo la banda en la provincia. Una en 1997 en Rogelio, con Punkrasia, Junta Makabra y Amnesia cuando presentó su disco Otra patada en los huevos. La otra en 2008 en el Círculo Andaluz, junto a Cadena Perpetua y Héroes de Nadie.