La Academia de Hollywood lleva otorgando el Oscar 70 años y nunca antes se había entregado equivocadamente un premio. Esas cosas no pasan en los Oscar. Pero ocurrió y por eso la confusión del domingo entró como una anécdota en la historia de los galardones más importantes del cine. La selecta platea del Dolby Theatre no podía creer lo que veía cuando en el escenario el productor de La La Land, Jordan Horowitz se avalanzaba sobre una tarjeta exhibiéndola, mostrando que la película ganadora era Moonlight y no su musical. "No es broma, Moonlight es mejor película’ decía Horowitz mirando a Barry Jenkings el director de Luz de luna. No podían entenderlo ni abajo ni arriba del escenario.  

Apenas minutos antes, dos relajados Faye Dunnaway y Warren Beaty se aprestaban a anunciar el premio mayor de la noche y cuando el actor leyó, hizo una pausa, todos creyeron que quería mantener la intriga. Pero en realidad dudaba si era la tarjeta correcta. La tarjeta decía Emma Stone: La la Land. La leyeron igual, y comenzó el circo. Subieron los productores y actores de La la Land, y mientras agradecían el galardón, detrás de ellos se desataba el escándalo. "Oh my god’ decía Emma Stone cuando escuchó que le explicaban a Beaty que el sobre no era el correcto. 

¿Pero qué fue lo que pasó? Tan simple como que siempre, en cada gala hay dos juegos de sobres con los nombres de los ganadores. PricewaterhouseCoopers es la firma auditora, contratada por la Academia de Hollywood hace 70 años como encargada de contar los votos y custodiar los resultados. Sólo dos miembros de la firma conocen los resultados finales, que son colocados en los sobres sellados y que sólo se abren durante la ceremonia, en el escenario. Ellos son Martha Ruiz y Brian Cullinan, ambos de mucha experiencia en la noche de los Oscar como dentro de la empresa auditora; incluso desfilaron como celebridades por la alfombra roja el domingo. De hecho Cullinan es uno de los socios mayoritarios. Los datos se manejan con tanto sigilo que una vez definidos los ganadores, ambos los memorizan para no escribirlos en ningún lugar y así evitar filtraciones. Luego arman los sobres que colocan en dos maletines que ellos mismos cargan hasta la ceremonia. Incluso toman la precaución de ir en autos separados para asegurarse de que alguno llegue siempre. Su responsabilidad llega hasta el instante en el que entregan el sobre al presentador que anuncia el vencedor. Y aquí es donde falló el sistema. Ruiz y Cullinan se colocan a cada lado del escenario y dependiendo de qué lado salga el presentador, será quien de los dos le entregue el sobre, el otro deberá entonces desechar el sobre de esa misma categoría, algo que evidentemente no pasó y por eso a Beaty le entregaron la tarjeta de mejor actriz. Stone rápidamente aclaró que ella tuvo en su poder todo el tiempo el sobre con su nombre, lo que ayuda a determinar cómo ocurrió el papelonazo. 

PricewaterhouseCoopers pidió disculpas en un comunicado, pero no aclaró lo hechos. "Los presentadores recibieron erróneamente el sobre de la categoría equivocada y cuando se descubrió, se corrigió inmediatamente’ dijeron en un escueto escrito que asegura que están "investigando’, mientras que dijeron apreciar "el humor con la que los nominados, la ABC y Jimmy Kimel manejaron la situación’,dijo la empresa.  

Venía mal esta edición, porque en el segmento In memorian, dieron por muerta a una productora que no lo está. Un error que quedó tapado por el equívoco mayor, en una gala en la que hubo fuertes reinvidicaciones políticas que quedaron tapadas a la sombra del papelón. Trump, seguró celebró.