“Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo”, dijo Gustavo Cordera en el 2016 en una charla que brindó en la escuela de periodismo TEA. Por sus dichos, tuvo que realizar una probation que concluyó en agosto del 2020 por “incitación pública a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones”. Y recibió una condena social que lo llevaron a suspender algunos conciertos y tomar distancia de la exposición pública.
Con el paso del tiempo, el ex Bersuit Vergarabat volvió al ruedo y fue retomando su agenda de recitales. En plan promocional, visitó a Basta de Todo junto a su pareja Stella Céspedes, que también lo acompaña en su proyecto La Caravana Mágica. Y la primera pregunta del conductor Matías Martin unió esos extremos, la repudiable frase en una charla con estudiantes y el regreso paulatino a los escenarios.
“¿Cómo es volver de la cancelación?”, le preguntó el periodista para abrir el juego. “La cancelación en sí mismo, todo lo que es censura, imposición o condena lo único que genera es lo contrario de lo que persigue”, señaló. “Es la ley de atracción. Lo que no te mata te fortalece”, añadió y se puso como ejemplo para continuar con su explicación.
“Si en una guerra no lográs vencer al enemigo, el día que dejes de ejercer esa presión, el enemigo se va a fortalecer y va a dar vuelta el partido. Que es lo que está sucediendo en este momento conmigo”, aseguró. Y explicó el motivo de su remontada en la fuerza de las canciones: “El arte tienen mucho poder, hay generosidad, hay amor, contagian alegría. Beneficia al otro de tal manera que en el balance es más importante el amor que el desprecio”.
Y continuó: “Funciona la cancelación, pero cuando una persona es resiliente, como soy yo, toma cada obstáculo como una posibilidad. El haber muerto socialmente me dio la posibilidad de reencarnar desde otro lugar”, sentenció y se refirió al Cordera anterior. “Ese personaje provocativo, irritable o irritante, excéntrico, revolucionario, falleció. Y eso fue lo mejor que me podía pasar, porque lo estaba sosteniendo siendo una persona grande. A los 25, 30 años la energía te da para sostenerlo. Pisando los 55 años ese personaje tenía que morir”, reflexionó.
En ese momento, Martin planteó lo dificultoso que puede ser bajarse de un personaje que da fama y éxito y apeló a su conocimiento del entrevistado para recordar otras oportunidades en que Cordera había querido matar a los diferentes personajes que encarnaban en él. “Esta vez no lo elegiste vos, fue diferente”, señaló el conductor.
“No lo elegí, pero sí lo elegí, porque lo vi en terapia. El inconsciente mete su cola y no hay nada que se pueda esconder”, reveló el músico, y volvió a aquellos días previos. “Yo quería matar ese personaje porque me estaba dañando otra vez a mí mismo. Ya venía ensayando desde antes en las notas”, agregó y sumó los testimonios de su manager que le decía que estaba por desbarrancar, y de su esposa, que el día anterior a la charla de TEA tenía un mal presentimiento: “‘Cuidate, no te veo bien’”. me dijo.
A continuación, Stella contó con sus palabras lo que había sentido de manera premonitoria. “Yo lo veía un poco ansioso en cómo se expresaba, en los chistes que hacía. Le dije ‘cuidado’”, aseguró la corista. Y también reivindicó al arte, en este caso para tender un puente entre sus dos personalidades tan distintas.
“Me gusta resolver el caos interno con el arte. Me gusta componer. Me gusta experimentar lo que digo con la palabra. No soy una persona fácil de adoctrinar”, agregó Cordera y reconoció cual fue el mayor dolor que había sentido tras aquellas declaraciones: “A mí lo que me dolió de todo eso no fue lo que la gente hizo. Sino mi ingenuidad. El haber creído que yo era parte de una gran familia llamada humanidad, donde el éxito me había dado un lugar de reconocimiento, afecto y cariño pero que era ilusorio”.