La súbita partida de Romina Yan explotó masivamente en las redes sociales como Facebook y Twitter -fenómeno de los tiempos actuales-. Pero también en la tele y como pocas veces se vio: su deceso conmocionó al TV-business, para el que esta vez -al menos en buena parte- el show no debió continuar. Pocas veces una muerte impactó tanto en la televisión como ésta de la actriz de 36 años, hija de los productores Gustavo Yankelevich y Cris Morena -dato nada menor-, quien falleció el martes pasado y cuyos restos se inhumaron ayer a las 15.30 en un cementerio privado de Pilar. El lamentable evento aún mantiene consternado al entorno artístico y a los fans de la ex Chiquititas, que con absoluto respeto -otro dato de peso- retroalimentaron el fenómeno y a la par se movilizaron con una flor blanca al Obelisco (no al camposanto) para expresar su sentido pésame, tras la convocatoria que surgió espontáneamente desde la página de Facebook "No puedo creer que murió Romina Yan" (creado especialmente en su honor y en el que el muro ya superó los 400 mil mensajes). En comparación, ni la desaparición física de Mercedes Sosa ni la Sandro, sacudieron de esta manera al desconsolado clan televisivo, que hasta dejó a un lado sus diferencias para dar el último adiós a Romina.
Y la pregunta que se desprende de todo esto es ¿Por qué? Dos son los motivos que, aparentemente, provocaron tal desazón en la colonia artística: en primer lugar, el carácter inesperado de su defunción; y segundo, la calidad humana y el fuerte vínculo de los Yankelevich a la pantalla desde hace cuatro generaciones.
"Nada hacía previsible el final que tuvo. De buenas a primeras, llegar a este incidente nos pone frente a un tema del que la gente quiere saber más, frente al por qué de algo que humanamente todavía no tiene explicaciones", expresó Luis Ventura, co conductor de Intrusos (América) y director de la revista Paparazzi; consultado por DIARIO DE CUYO sobre el golpe mediático de la fatídica noticia.
De alguna manera coincidiendo con su colega y compañero de programa, Cora de Barbieri sostiene que: "Tiene que ver todo con todo. A los asesinatos y los asaltos de los noticieros, se sumó la muerte de una mujer muy querida que nadie suponía que iba a tener este final. Creo que el factor sorpresa fue impresionante".
"Esto fue un duelo televisivo nacional pocas veces visto, porque, además de que el apellido Yankelevich está muy ligado a la tele y a la radio, tiene que ver -y mucho- la calidad humana de los protagonistas. Si no, no se hubiese dado lo que se dio, con popes de la televisión shockeados de verdad y no en pose. Cuando Tinelli llamó a Yankelevich al enterarse lo de Romina, Gustavo le dijo que él hiciera el programa igual, fue Tinelli quien se negó porque quería estar cerca de él", agregó a este medio Guillermo Pardini, panelista de Duro de Domar (Canal 9).
Respecto a las intempestivas bajas que sufrió la pantalla chica en consecuencia, para Ventura tiene una explicación lógica: "Por la cercanía con la víctima, muchos referentes de la televisión desistieron de hacer sus ciclos, cediendo sus espacios a especiales y a la cobertura del acontecimiento". A esa opinión adhiere Pardini, subrayando: "No recuerdo una movida así porque esto tuvo que ver con la industria de la tele, con la familia de la tele".
Alineada, Cora no recuerda haber presenciado una "revolución así", porque "en cuanto a repercusión, es terrible lo que se generó". "Si bien, lo de Romina se puede relacionar con la muerte de Rodrigo, Walter Olmos y Gilda por lo repentino, lo que se vivió en la tele, parando programas y modificando grillas, nunca lo ví".
De acuerdo a las declaraciones, aunque el profundo dolor de la logia artística podría relacionarse con el emotivo adiós a Mercedes Sosa o Sandro, "esto no sucedió de la misma manera, por una cuestión muy simple, los que estábamos en el tema sabíamos que el desenlace de estas dos figuras era previsible, si no era hoy, era mañana". En cambio; los entrevistados coincidieron en que el caso de Romina fue un baldazo de agua fría para el ambiente vernáculo.

