Para su primera función de abono de 2016, Mozarteum Argentino San Juan decidió tirar la casa por la ventana: Por un lado, presentando su joya más preciada, el Steinway de gran cola, recién restaurado por el especialista Carlos Nery que viajó desde Buenos Aires. Y por el otro, subiendo a escena a la prestigiosa pianista china Xiayin Wang, por primera vez en el Auditorio J. Victoria, quien será quien ‘ponga a punto’ el valioso instrumento, acompañando a la Orchestra Siberian State Symphony conducida por el maestro Vladimir Lande, esta noche a las 21.30, en el Auditorio J. Victoria (ver aparte).
El valioso teclado fue adquirido y estrenado al público en 1990 para el recital de Rudolph Buchbinder, gracias a las gestiones de la fallecida Jeanette Arata de Erize, presidente de Mozarteum Argentino por aquella época. Ella fue quien logró que la ex Fundación Antorchas donara la mitad de su costo. También el ingeniero Ricardo Basualdo pidió la colaboración de la Unión Industrial Argentina. Incluso, Amalita de Fortabat se hizo cargo del resto del dinero. Así fue que el Steinway & Sons se compró en Nueva York y se trasladó de manera gratuita por Aerolíneas Argentinas hasta Buenos Aires.
‘En el país, hay más de 100 Steinway, la mayoría en los grandes teatros de Buenos Aires como el Colón y el Centro Cultural Kirchner, pero también ya ingresaron a Córdoba, Tucumán, Mendoza, Santa Fe y a la Orquesta de Rosario. Yo estoy a cargo de la mayoría de los de gran cola’, expresó ayer a DIARIO DE CUYO Carlos Nery, quien llegó a la provincia para trabajar junto a su cuñada Cecilia Berdyszak, ya que es una empresa de familia que él heredó de su padre y continuó con su mujer Claudia. Según el afinador, las características de esta marca se sustenta en que tiene los pianos de cola más grandes.
‘Es el modelo D, de 2.74 metros; y a mayor dimensión, mayor volumen y armonía. Tiene que responder con una gran performance a obras voluminosas, como el Nro. 2 de Rachmaninov y la Sinfonía Nro. 5 de Tchaikowsky, que se tocarán justo en esta oportunidad’. ‘El piano está recién formateado, se le instaló una martillera nueva íntegra, los descansos, las arandelas que son de un tramado compacto que va debajo de la tecla y hace de soporte; el cuero de ciervo, medio cordal de la cuerda lisa, cien en total, las más mortificadas, y las clavijas y fieltros, todo adquirido en la firma Renner de Alemania. Primero hicimos un relevamiento en 2015, después cambiamos el cordal y llevamos la mecánica (NdR: el teclado) a nuestro taller en Buenos Aires para lubricar con grafito diluido en propanol, luego de retirar el material viejo. Ya en febrero, volvimos a instalar lo que nos llevamos e hicimos que alumnos avanzados lo tocaran para asentarlo en estos meses.
En estos días hicimos los últimos retoques con afinación y regulación mecánica. La finalidad es optimizarlo lo mejor posible’, describió el maestro sobre la complejidad de esta marca, subrayando: ‘Por algo un Steinwey nuevo de Hamburgo cuesta 181 mil euros y éste, que es de Nueva York, un poquito menos’. Según el responsable de la institución a nivel local, Eduardo Savastano, ‘el arreglo demandó unos 10.500 dólares -NdR: más de 150 mil pesos- que fueron los ahorros de 3 o 4 temporadas, de los abonos; y gracias a los sponsors’.
