Buenos Aires, 6 de Julio.- Nostalgia, aniversarios, oportunismo, cese de hostilidades o finanzas en números rojos. Cada banda tiene su propio motivo para elegir volver a las andadas después de un largo período de inactividad (otros motivos, más complejos de analizar en pocas líneas, pueden encontrarse en el muy recomendable Retromanía de Simon Reynolds). Este fin de semana, Stone Roses convocó a 225 mil espectadores en Manchester después de 17 años de haberse separado su formación original (y a pesar de que en 2009 John Squire haya hecho una obra de arte para explicar su postura sobre una eventual reunión).
Lo propio hizo también At The Drive-In en abril en Coachella, y en eso anda también Black Sabbath, por más que su baterista Bill Ward haya decidido abandonar el barco antes siquiera de volver a zarpar. Pero no todo es color de rosa para los fans. Así como están quienes deciden solucionar sus diferencias (o al menos olvidarlas por un rato mientras ven la cantidad de ceros que se sumarán a su cuenta bancaria), existen varios otros que aseguran no van a volver, sin importar cuánta plata ofrezcan los productores ni la vehemencia de las súplicas de sus seguidores. En esta ocasión, elegimos cinco casos que terminaron lo suficientemente mal como para garantizarse a sí mismos no volver a verse.
The Smiths. Adalides del indie sensible, los cuatro de Manchester se separaron meses antes del lanzamiento de su cuarto disco, Strangeways Here We Come, en 1987. Desde entonces hasta el día de la fecha, distintas versiones han circulado sobre este tema: que el guitarrista Johhny Marr no soportaba la "inflexibilidad" musical de Morrissey; que este, a su vez, estaba celoso de que su compañero de banda colaborase con otros artistas; que la banda tenía serios problemas financieros y carecía de liderazgo en materia de management… Lo cierto es que, desde ese mismo año, tanto los fans como la prensa especularon en varias ocasiones con un regreso del grupo, pero cosas como un juicio por regalías hecho por el bajista Andy Rourke y el baterista Mike Joyce hacen todo más que improbable. Las acusaciones cruzadas reaparecen cada vez que se le pregunta sobre el tema a cada una de las partes implicadas, pero lo que mejor grafica el grado de aspereza entre ellos es esta declaración de Moz del 2006: "Preferiría comerme mis propios testículos antes que juntar a The Smiths, y eso es demasiado decir de un vegetariano".
Hermética. Icono del metal argentino, el grupo de Claudio O’Connor, Ricardo Iorio, Pato Strunz y Tano Romano tuvo una fugaz carrera discográfica (tres discos y un EP editados en siete años de existencia), pero fue, tras la separación de V8, el grupo encargado de darle al género una proyección que hasta entonces le era esquiva. En 1995, a pesar de que estaba en su mejor momento, toda clase de conflictos internos llevan al grupo a la separación. Sin tiempo para lamentarse, ese mismo año quedaron dos bandos bien marcados: Iorio fundó Almafuerte, y sus ex compañeros se rebautizaron Malón, con Carlos Kuadrado en bajo. Con el pasar de los años, ambas partes coincidieron en algo: una eventual reunión de Hermética es algo imposible de suceder.
The Verve. La banda liderada por Richard Ashcroft es un ejemplo muy particular por su tan inexplicable derrotero. Formado en 1989, el grupo se separó en 1996 en medio de la gira de presentación de su segundo disco, A Northern Soul. Al año siguiente, el grupo volvió y lanzó su tercer álbum, el exitoso Urban Hymns, pero las constantes fricciones entre Ashcroft (a esta altura, el principal compositor del grupo) y el resto de la banda volvieron a hacer naufragar el barco en 1999. Finalmente, 2008 fue el último regreso con el celebrado Forth, pero poco duraron las paces. A un año de esta última encarnación, el bajista Simon Jones y el guitarrista Nick McCabe acusaron públicamente a Ashcroft de utilizar la reunión para revivir su zigzagueante carrera solista. Desde entonces, los cuatro miembros de The Verve finalmente coincidieron en algo: la banda no volverá jamás.
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Los Redondos desarrollaron una maquinaria basada en la autogestión que funcionó sin inconvenientes durante 25 años de ininterrumpido ascenso. Pero el pasaje de banda de culto a grupo de estadios trajo algo más que una convocatoria mayor de público. El grupo se separó sin mayores explicaciones el 2 de noviembre de 2001. Pero en 2009, Skay Beilinson declaró que el motivo había sido que el Indio Solari se había querido adueñar de una gran cantidad de material de archivo de la banda. Acostumbrado a un hermetismo inquebrantable, esta vez el vocalista se vio forzado a romper su silencio y contar su versión de la historia a través de una carta abierta en la que invertía los roles al convertir a su acusador en acusado. No volvió a hablarse más del tema, pero el nivel de artillería desplegado sirvió para confirmar que Patricio Rey no volverá a la vida.
Guns N’ Roses. Está bien, en términos relativos este caso se presta a discusión porque Axl Rose sigue de gira bajo este nombre desde 2001 con un elenco no del todo estable en sus filas. Pero en lo concreto, más allá de la presencia de Dizzy Reed en teclados (miembro de la banda desde Use Your Illusion), esta versión del grupo no incluye a ninguno de sus integrantes clásicos ni fundadores más allá de Axl. Cuando Guns N’ Roses fue introducido al Rock & Roll Hall of Fame en abril de este año, el vocalista anticipó que no participaría de la jornada con una carta abierta. ¿El resultado? Todos los demás integrantes (Slash, Duff McKagan, Gilby Clarke, Steven Adler y Matt Sorum) recogieron el guante y tocaron tres temas en vivo con Myles Kennedy en voz. Lejos de ayudar al cese de hostilidades, la situación volvió a agitar las aguas y una eventual reunión de una formación clásica de los Guns quedó trunca.