Las miles de personas que, quebradas por la realidad, desfilaban llorándolo sin consuelo frente a su féretro cerrado, no hicieron más que confirmar la popularidad que había ganado Leo Mattioli, "El León de Santa Fe", "El Sandro de la movida tropical", "El romántico de la cumbia", como le llamaban al artista que falleció el domingo pasado, como consecuencia de una insuficiencia cardíaca; y que ayer fue sepultado en su provincia. La Estación Belgrano (cedida por la comuna capitalina) fue el primer escenario que aglutinó a sus seguidores, jóvenes y hasta ancianos que desde las 9 de la mañana del lunes se acercaron con flores, fotos y carteles en las manos y los ojos inundados en lágrimas, en medio de un amplio operativo policial. Incluso el gobernador Hermes Binner fue a saludar al entorno del malogrado artista, que el próximo sábado iba a cumplir 39 años. A la par, centenares de personas se reunieron frente a su domicilio particular en San Tomé, que se convirtió en una suerte de santuario, con velas, banderas, más fotos y flores.

A las 16, y en medio de un espontáneo "Olé olé olé olé, Leo, Leo", los restos del ex Grupo Trinidad fueron trasladados al cementerio privado Lar de Paz. Una multitud (donde no faltaron quienes eligieron homenajear al músico "lookeándose" como él) acompañó el cortejo e incluso pudo dar su último adiós, ya que la familia permitió el ingreso de todos los fans al camposanto.

Leonardo Guillermo Mattioli falleció el domingo a causa de un paro cardiorrespiratorio, en Necochea. Fuentes del Hospital Municipal Dr. Emilio Ferreyra señalaron que la muerte se produjo a las 12.07, en el hotel Gala, donde el artista se había hospedado luego de presentar su show en la ciudad bonaerense, antes del cual ya había manifestado cierto malestar. Mattioli fue encontrado por su hijo y su representante, recostado en la cama de la habitación que ocupaba.