Enrique Quique Sacco visitó Intrusos (América, lunes a viernes a las 13.30) y recordó a Débora Pérez Volpin, quien falleció -en febrero de 2018- durante una endoscopía realizada en el sanatorio de la Trinidad del barrio de Palermo.
En su largo relato, en que detalló los avances de la causa en contra del endoscopista Diego Bialolenkier (condenado a tres años de prisión condicional y siete años y medio de inhabilitación para ejercer la medicina), el periodista impactó con su testimonio acerca del momento en que se enteró de la muerte de su entonces pareja.
"Ella se internó el lunes a la noche para hacerse una batería de estudios. El martes a la noche la iba a buscar para ir a cenar. Eran estudios de rutina. Y bueno, cuando iba en camino me llaman para decirme que se había complicado. Cuando llegué nos comunicaron", relató Sacco, siempre con la voz quebrada.
"Sólo el que lo vive puede saber lo que son esos momentos en que te dicen que se complicó, hasta que finalmente te avisan, y el shock", sentenció. Y recordó un episodio similar que le había ocurrido cuando falleció su padre. "Yo tenía 17 años y él se había operado. Había salido todo bien y al otro día fui al colegio, tranquilo. Pero después me llamó el médico de la familia para decirme que se había complicado. Cuando te dicen que se complica es el primer anticipo de lo que puede pasar. Cuando ahora me dijeron lo mismo lo asocié".
"Temblaba. Iba manejando y temblaba. No sé cómo hice para estacionar", reconoció. "Ahí me encontré con Agustín y Luna. Me lo comunicaron a mí y yo no se los pude decir porque no me animaba. Fue un abrazo, nada más", recordó sobre el doloroso momento de compartir la dramática noticia con los hijos de Débora.
"Después tuve algo de lucidez cuando consultamos amigos médicos de la familia. Buscábamos una explicación. De una endoscopía no podía ocurrir lo que ocurrió. Las explicaciones que nos daban no nos alcanzaban. No había precisión, era todo incertidumbre", aseguró.
Sobre el dolor que aún perdura por la muerte de Débora, dejó en claro: "Cada uno lo vive a su manera. Agustín y Luna son jóvenes, tiene 22 y 19 años. Tuvieron la contención de toda la familia. Y a Débora la tenemos presente siempre, con alegría, como era ella. Era una persona íntegra, con personalidad, con la que construimos una familia muy linda".
Y contó: "Débora es una mujer que siempre le gustó a los hombres. Yo fui un privilegiado. Pero su belleza era humana, buena persona, solidaria".
En otro momento, Sacco contó que está satisfecho con toda la lucha que él y la familia de Débora hicieron en búsqueda de justicia: "Hicimos lo que sentimos que tuvimos que hacer. Un homenaje a ella. Estamos tranquilos que tomamos el camino correcto. Ella hubiera hecho lo mismo, quizás mucho mejor de lo que nosotros hicimos. Por eso estamos tranquilos, por más que todavía falta".
"El informe de la autopsia fue tan contundente que no había manera de decir otra cosa. Por eso el juez actuó de esa manera. Para nosotros la anestesista también se equivocó, pero la contundencia del error del endoscopista fue tal que después, más allá que la anestesista actúe bien o mal, no habia manera de sanar el error", explicó.
Y reflexionó: "Si yo hablara con ella estoy seguro que me diría: ‘está bien todo lo que hicieron, está bien, ya está’".
Fuente: Clarín