Luciano Supervielle y los músicos de Bajofondo, entre ellos el sanjuanino Martín Ferres presentaron el segundo disco de esta formación, que se desprende del colectivo liderado por Gustavo Santaolalla. El viernes en Hugo, donde actuaron a sala llena, este combo brindó dos horas de un espectáculo enérgico y de gran precisión musical. Aunque por un segundo pareciera una zapada entre amigos, Supervielle y compañía ofrecieron un show bien pensado, que a medida que avanzó en el nuevo material, el publicó pasara de la euforia al relax. En Rêveri, el nuevo disco, dejan de lado las reminiscencias tangueras para reinventar algunos covers. El público aplaudió a Supervielle haciendo la versión de "No soy un extraño" de Charly García, que Supervielle cantó en francés. Mientras que el también uruguayo Franny Glass interpretó A donde van los pájaros, Gritos, Carrusel y Bon up. Después vino El príncipe, exquisita obra dedicada a Enzo Francescoli, con Supervielle en piano y el reconocido Javier Casallas en violín.

Fue recital cool, con público distendido, tomando una copa- que los mozos sirvieron desde la barra- que disfrutó de esta nueva generación músicos formados bajo el atento ojo de Gustavo Santaolalla y eso se nota.

Los sanjuaninos pudieron disfrutar también de la destreza de Martín Ferres, que con esa interpretación extrema y apasionada, por momentos parecía hacer bailar a su acordeón. Y Ferres tuvo su momento -ver aparte- cedido con generosidad por Luciano. Este conjunto transmite su disfrute por la música, un plus que se suma al talento de la banda.

Bien entrada la medianoche, con una versión instrumental de Pa’bailar que la mexicana Julieta Venegas canta con Bajofondo, estalló la fiesta. Nadie pudo -ni quiso- quedarse en su silla y agitando los brazos comenzaron a despedir a Supervielle. Después hubo dos bis y un extendido aplauso que marcó el final de un show intenso.