Fotos: Mariano Arias
El bailarín Iñaki Urlezaga está en San Juan desde ayer para dictar un seminario organizado por Studio Uno. Firme pero amable, el maestro brinda las indicaciones para la práctica. Frente a él, las estudiantes de diferentes estudios provinciales, agrupadas por edades y nivel técnico, escuchan atentas, practican, prueban y vuelven a probar, con visible gusto de estar ahí frente a un reconocido artista de la danza.
La idea "es clarificar conceptos, darse cuenta de lo erróneo que uno tenía aprendido. Un concepto es mucho más importante que aprender algo nuevo. Por mi experiencia como profesional, revalorizo mucho más volver a las fuentes, reconceptualizar lo que lo que uno creía que estaba bien, a lo mejor no era del todo, revisar la acumulación de los próximos errores que sucesivamente se producen" dijo a DIARIO DE CUYO Urlezaga sobre el modo de encarar la práctica, en algunos minutos libres entre clase y clase, estrictamente cronometradas. "Filosóficamente somos únicos, por definición, entonces eso les explico, que cada uno tiene un ADN diferente y lo que yo les pueda enseñar hay que personalizarlo en cada uno de ellos, porque todos los van a aprender de la misma manera, pero funcionará de otra. Contra la naturaleza no se puede ir, hay que aprender a mejorarla en pos de la potencialidad que nuestro cuerpo nos ofrece" graficó el bailarín.
"Es un placer y un privilegio recibir a un artista de su trayectoria y experiencia que pueda transferir a los jóvenes el respeto por este arte" dijo a este diario de Alejandra Lloveras, directora de la academia organizadora de este curso del que participan 100 chicas y chicos, algunos de 22 escuelas distintas que recibieron becas.
En 1995 Urlezaga se incorporó al Royal Ballet de Londres, donde bailó en todas las temporadas hasta 2005. "Yo fui a aprender y me quedé; desarrollé una carrera como bailarín y mi interés siguió esclareciéndose de manera autoral, así que yo tenía una necesidad de poder plasmar en obras específicas lo propio y no había lugar para eso, yo estaba contratado como primer bailarín, así que como siempre he sido fiel a mi mismo, seguí mi camino, escuchando mi propia voz" respondió sobre por qué dejó el prestigioso ballet, aunque destacó como una experiencia fundamental el estudiar en el exterior, en las escuelas de las grandes compañías.
Sobre cómo ve a la danza en Argentina, opinó: "Hay una gran transición de grandes maestros que ya no están más y una revolución tecnológica que no acompaña la intimidad del proceso creativo que tiene el estudio. Porque el estudio tiene otro dinamismo que sucede colectivamente con el resto de los compañeros dentro de una sala de ensayo" dijo, en referencia a uso de pantallas para el estudio, modalidad que se profundizó en la pandemia.