Fue una gran fiesta con doble función, las butacas de la planta baja y el pullman colmadas de niños y niñas acompañados por sus padres. La ilusión de ver a su payaso preferido se hizo realidad y en el escenario apareció con su guitarra, su traje simplón, su cara alegre y el típico gorrito amarillo, el ídolo que hizo emocionar ayer a todos con sus canciones. Piñón Fijo con sus hijos Sol y Jeremías llevaron en sus hombros un espectáculo muy entretenido para los peques durante la siesta de ayer en el Teatro Sarmiento que se tituló ‘¡A que sí!’. La puesta escénica tuvo una fuerte impronta musical con canciones de su reciente producción discográfica y con los clásicos que todos conocen: como ‘Por una ventanita’, ‘Vocales que son cinco’, ‘Hola, cómo va’, ‘Nene, dejá el chupete’, ‘Choique el ñandú’ y ‘Yo tengo un saxo’, por citar algunos. Fresco, divertido y cargado de ternura en sus comentarios y chistes, más sus traviesos títeres, Piñón complació a chicos y grandes por igual. El show tuvo muchos ingredientes musicales en estilos y ritmos muy alegres como la cumbia, el rock, la rumba, la salsa y el candombe y también el cuarteto cordobés.
Además, sus hijos pudieron lucir sus cualidades interpretativas en varios pasajes, sumando también, varias escenas cómicas que hicieron reír mucho a los espectadores, como por ejemplo, cuando Jeremías imitaba voces de cantantes famosos.
En uno de los cuadros más emotivos y aplaudidos fue cuando Piñón estrenó una nueva canción (titulada ‘Espera’) dedicada a su nieta que está por nacer y besó la pancita de su hija Sol.
Sobre el final, Piñón no olvidó de regalarles el famoso ‘Chu chu ua’ y el público se levantó a cantarlo y después, los niños corrieron a saludarlo al pie del escenario y sacarse fotos. Uno de los pequeños pudo abrazarlo con tanto sentimiento que se emocionó y conmovió al propio artista.

