Tocó con Astor Piazzolla, con Osvaldo Pugliese, formó sus orquestas, acompañó a decenas de figuras de la música; tiene dos premios Konex y se prepara para reflotar Generación cero, aquel grupo de culto que formó en los 70.
El virtuoso bandoneonista Rodolfo Mederos vuelve mañana al Auditorio Juan Victoria, con "Tango Sinfónico’, con la voz de la tanguera Carolina San Juan, junto a la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan.
"Vamos a presentar algunos tangos de Gardel reorquestados ya hace tiempo por mí, para orquesta de arcos y bandoneón, después hay otras músicas más breves, algunos tangos muy antiguos de la guardia vieja y probablemente una miniatura mía, Cerezas’ contó a DIARIO DE CUYO sobre el programa de esta velada.
-¿Cómo elige qué tocar, más allá de las obras propias?
-Abrevo a los músicos que han hecho su música seriamente, que quiero decir con eso, que la hicieron con honestidad. Estoy muy lejos de las modas, muy lejos del negocios, de esas acciones que son impunes y hasta corruptas; cuando hacen su tarea para ganar aplausos nada más… o dinero.
-¿No es parte del oficio esperar esas cosas?
-Se hace música para transformar al otro, para transformarse uno, en principio. El dinero es una consecuencia de una sociedad capitalista donde uno tiene que vender lo que hace. El médico vende su capacidad de curar, el músico vende su capacidad de emocionar. El aplauso es bueno, porque uno necesita el reconocimiento del otro. Pero no se puede subir al escenario pensando en el dinero o el aplauso.
-¿Usted dijo que la música de Piazzolla enceguece?
-La cultura que representa al tango ha entrado desde hace un tiempo en una fase de decadencia. Pero esto no es un problema del tango, todos nos hacemos viejos y nos morimos un día. La eternidad no existe, salvo en algún concepto religioso, ¿por qué el tango lo sería? En esta decadencia aparecieron figuras como Piazzolla, cuya música, que dejo en claro que la respeto, la admiro y me gusta muchísimo, esa actitud renovadora tan impetuosa que él inauguró en los 60 en muchos casos, en décadas posteriores, lejos de iluminar caminos, los encegueció. Muchos músicos continuaron imitando no haciendo cosas nuevas.
-¿El tango necesita reconvertirse?
-Debería reconvertirse. Todavía no lo logra. Pero bueno, no seamos impacientes, las cosas no ocurren de un día para el otro. Ya no deberíamos pedirle más a un acontecimiento (el tango) que ha dado muchísimo y todo lo que pudo dar, que es maravilloso. El problema no es traer a la fuerza a esa música a este presente, que ya no le corresponde, porque la ciudad ya no es eso representado en el tango. Lo que tendríamos que hacer es mirar para adelante y ver qué hacemos con eso.
-¿Qué piensa de la música actual?
-En esta época hay más ruido que música. El hombre está muy preocupado detrás de un teléfono celular, apurado para llegar no sé adonde.
-Su música hoy, ¿hacia dónde va?
-Soy un buscador como tantos otros. Quizás un poco más desesperado porque la vida se está yendo y uno empieza a sentir que no ha encontrado muchas cosas. Lo que sí he logrado es la clara conciencia de lo que aún tendría que lograr.
-¿Qué sería eso?
-Todo lo que no hice todavía que es lo mejor. Lo mejor de mi vida todavía no lo hice. Encontrar otras músicas, otras formas. Lo que hice ya lo hice, mal o bien, ya está hecho. La pregunta es ¿cómo sigo?, ¿repitiendo eso o cómo?
-Con Generación cero usted logró una música innovadora en esos años.
-Surge como una experiencia no en oposición al tango, pero para no seguir ese camino que estaba transitado. Después de Horacio Salgan, Aníbal Troilo y Osvaldo Pugliese, ¿qué más podíamos hacer? Con Generación cero era un camino para investigar, así lo transite durante 15 años, después necesité irremediablemente volver a casa. Entonces formé mi orquesta típica y el trío; volví a encontrarme con esa sustancia. Y ahora estoy necesitando volver a salir, otro terreno que caminar, otras cosas que descubrir. La casa del tango ya la conozco, la habito muy bien, sé sus colores, sus olores, la puedo caminar con los ojos cerrados. Esto de alguna manera me pone en una situación muy cómoda. No me gusta mucho la comodidad. Necesito explorar otras cosas.
-¿Usted dijo que el tango electrónico era la "mcdonalización’ de la música?
-Hay que ver que entendemos por tango electrónico. Es una estética que a mí no me seduce para nada, si es que llega a ser una estética. No lo veo artístico, no estoy hablando de Chopin o Beethoven. Carece de principios éticos y estéticos, es sólo una música utilitaria y no sé si decirle música. Está entre el snobismo y la catarsis. Y no sé bien para qué sirve eso. Sí, hablé de la mcdonalización, porque no tiene gusto propio, es como de todos lados.
Tango Sinfónico
- Rodolfo Mederos, Carolina San Juan y la Orquesta Sifónica de la UNSJ, Dirección de Emmanuel Siffert. Mañana viernes, a las 21.30 en el Auditorio Juan Victoria. Entrada $100.