Aunque los rumores dicen que la banda rockera se despediría por un tiempo indeterminado, Los Piojos no pusieron fecha de regreso. Lo cierto es que, sea o no el último recital, el grupo de El Palomar convocó unas 65 mil almas la noche del sábado pasado en el Estadio River Plate.
Los piojosos llegaron ondeando sus banderas desde distintos puntos del país y desataron su acostumbrado ritual. Una buena parte de ellos había estado en el mismo lugar, en abril pasado, cuando el grupo se presentó en el marco del Quilmes Rock.
Con una lluvia incesante, bajo las gotas y en la punta de la larga pasarela que prolongaba el escenario penetrándolo en el centro del campo, el líder de la banda, Andrés Ciro, salió al escenario de la mano de la dupla Ay Ay Ay "Te diría", primero a capella y después estallando, seguida por "Babilonia". A partir de allí, se inició una larga lista (fueron 30 temas en total) que definiría una largo viaje retrospectivo recorriendo los 20 años de carrera de la banda, con algunas paradas obvias ("Esquina libertad", "Tan solo" y "El farolito", por ejemplo) y otras no tanto (la siempre exigida pero hace rato no incluida "Manise", también de aquel segundo disco).
Las alusiones al "parate" empezaron tímidas pero fueron tomando forma con el paso de las horas; la "noche especial", como ellos la definieron, tuvo un momento clave: Alejandro Vellosa, un joven -entusiasta- piojoso, subió a leer un mail que le había mandado a la banda al enterarse del parate, en representación de todos los mensajes que recibieron a partir del anuncio. La declaración (de amor, sí) exigía otro recital y terminaba citando al Indio Solari: "las despedidas son esos dolores dulces". Y así, la incertidumbre no se disipó.
El clima de nostalgia que los fanáticos anticiparon antes del anuncio de su despedida, se mantuvo latente desde el comienzo y hasta el final del show. De esta manera, el parate o la pequeña muerte de un fenómeno -porque sí, juntar a miles de seguidores provenientes de los puntos más extremos del país en un solo lugar es un fenómeno nacional- supo durar dos décadas; luego, uno nunca sabe qué hay luego. Pero todo pasa, dicen.(Fuentes clarin.com.ar y rollingstone.com.ar)

