Hoy se cumplen 20 años de la desaparición física del notable bandoneonista y compositor Astor Pantaleón Piazzolla. El ‘Gran Astor’ fue más allá de lo que marcaba la tradición, de la ortodoxia y las ‘buenas costumbres’. Astor nació el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata. A los 8 años inició sus estudios musicales en Nueva York. Allí vivió un encuentro histórico que lo marcaría para siempre. Fue cuando conoció a Carlos Gardel en Manhattan, en 1934. Durante la filmación de ‘El día que me quieras’, el joven Astor le mostró a Gardel su pericia con el bandoneón. ‘Vas a ser grande, pibe, pero el tango lo tocás como un gallego’, sentenció el cantor. ‘Al tango todavía no lo entiendo’, confiesa el joven Astor, y Gardel retruca: ‘Cuando lo entiendas, no lo vas a dejar’. De joven, tocó y realizó arreglos orquestales para la orquesta de Aníbal Troilo. Pero cuando se animó a crear nuevos ritmos y armonías en el tango, fue muy criticado por la ‘Guardia Vieja’, los ortodoxos del género, durante la década del 50 y del 60. Para ellos, Astor era ‘el asesino del tango’. Sus obras no eran difundidas por la radio. Los sellos discográficos tampoco se atrevían a editarlas. Piazzolla les respondió con una nueva definición: ‘Es música contemporánea de Buenos Aires. Es cierto, soy un enemigo del tango; pero del tango como ellos lo entienden. Ellos siguen creyendo en el compadrito, yo no’, declaró en Revista Antena en 1954. No le faltó labia para polemizar. Finalmente, por una trombosis cerebral partió de este mundo a los 71 años el 4 de julio de 1992.

En la actualidad, muchos músicos contemporáneos -entre ellos los sanjuaninos Juan Pablo Jofré y Martín Ferres- crecen en Estados Unidos y Europa, precisamente por difundir la obra de Piazzolla. Como dato destacable, el compositor escribió más de 300 tangos y bandas sonoras para 40 películas. Y si para muestra basta un botón, existen más de 170 versiones de ‘Adiós Nonino’, realizadas por músicos argentinos y extranjeros. Sin dudas, un fuera de serie.