Es un fanático del animé, con sus lápices y marcadores le encanta volar en sus dibujos de papel hacia universos que sólo su imaginación entiende. Desde su cielo de Valle Fértil, con una fascinación por las tintas y las tonalidades, Tomás Herrera Cailly cobró notoriedad al decidir vender sus obras en la plaza de Valle Fértil. Colocando gran parte de sus piezas a disposición de los visitantes para adquirir su materia prima, la carita de este pequeño talento se hizo popular en el departamento.
Hijo de Verónica Cailly, licenciada en Biología; y Edgardo Herrera, guardaparque nacional del Parque Natural de esa localidad y oriundo de Los Baldecitos; el chico nació en Mendoza, ciudad natal de su madre. Pero, cuando contaba apenas con 15 días, llegó al pueblo que se convirtió en su hogar y donde los vecinos lo conocen por su arte.
Allí, de manera paralela a sus tareas escolares, se sumerge en la fantasía de las líneas. Es tan intensa su actividad que debe reponer material constantemente. Durante el receso escolar de invierno, los padres le propusieron que expusiera sus obras al público y con el dinero que lograra reunir comprara los implementos necesarios.
Así fue que ese muchachito afectuoso, sensible, extrovertido y conversador, que se inclina más por la biología y las matemáticas, y le gusta jugar al fútbol con sus amigos, se aventuró a mostrar sus ilustraciones.
"Vendo dibujos", dice el cartel que escribió y colgó en el puesto que llama la atención por los vivaces colores de las obras. Sentado en un banquito y muy simpático con el público que se acerca a su stand, él ofrece sus tesoros más preciados con el objetivo de continuar especializándose en el arte. Con esa energía, Tomás también será uno de los expositores del primer Festival Infantojuvenil de Artesanos que se desarrollará en el departamento, el próximo 21 de agosto.
"Siempre le digo a la gente que me dé lo que quiera darme, no le pongo precio a mis dibujos, lo que más vendo es animé y me gusta se vendan porque significa que gustan. Yo empecé a dibujar cuando era muy chico. A los 10 comencé un taller acá con el profesor Orlando Suárez y continué luego en Buenos Aires porque tuvimos que viajar a Buenos Aires por un problema de salud de mi hermana, recordó Tomi, como le dicen en su entorno, acerca de su primer contacto con los colores.
"Mucha gente compartió fotos de sus obras en sus estados de Whatsapp y le escribe mensajitos. También le llegó la invitación para participar del encuentro que se realizará acá. Y lo llamaron para participar este miércoles del taller que reabrirá sus puertas en la Biblioteca Popular D. F. Sarmiento a cargo de Suárez", mencionó la orgullosa mamá que junto a su marido le propusieron armar una cuenta en la red social de Instagram para compartir sus dibujos.
Así, mientras se prepara para soplar las 13 velitas este viernes rodeado del cariño de sus papás y sus hermanitas Maite (3) y Martina (2), Analuz (20) y Jeremías (18) -producto del primer matrimonio de su padre-, el jovencito ya tiene muy en claro el rumbo que quiere continuar al finalizar sus estudios secundarios en la Agrotécnica Ejército Argentino donde cursa primer año en la modalidad presencial.
La animación y las caricaturas conforman la frondosa producción del adolescente al que le gusta jugar con las formas tanto en su cuaderno como en las paredes de su casa, en la que hizo dos grandes murales, uno con el legendario protagonista de la historieta Condorito y otro con los personajes centrales de otra mítica serie como Tom y Jerry. En la actualidad, Tomás se encuentra profundizando en el estudio de las aves nativas como parte de la incursión en la técnica realista.
Si bien pinta con lápices y marcadores, este joven talento desea poder trabajar con colores pasteles y grafitos con herramientas y soportes de mayor calidad para llegar a convertirse en un gran artista. Simpático y soñador, en un futuro cercano, el sueño de Tomás es poder transmitir sus conocimientos "como un gran youtuber, al estilo HarldArtist y ArteMaster" para poder dibujar a ese nivel y "llegar a chicos de todo el mundo", como dice el novel ilustrador, un diamante que anhela pulir sus técnicas para perfeccionarse en esta disciplina.