Marcos Urisa
"Estoy un poco agitado, me tienen trabajando mucho", dice rebozando felicidad Miguel Ángel Avellá Vizcaíno quien hoy hará su retorno al circuito local con el debut de la obra Gris de Ausencia en el Espacio Franklin Teatro de Arte. Como el artista más veterano de la actual escena teatral independiente de San Juan, se sumó al elenco Los Caminantes bajo las órdenes de Juan Terranova.
El también autor de cuatro libros "de cosas de la vida", como prefiere decir, Miguel Ángel está ansioso por volver a enfrentarse al público, en la piel de un inmigrante italiano que arribó a la Argentina y formó su familia después de su última vez en 2003, convocado por Terranova.
"¡De los que quedamos soy el más veterano que sigue en la actuación! Empecé con Oscar Donaire en 1960 cuando vine del servicio militar y sigo en carrera", evocó quien el próximo 23 de octubre cumplirá 83 años de edad.
Con un padre que viajaba por distintas provincias y el único hermano varón de cuatro hermanas menores, él llegó a completar hasta sexto grado en una escuela de Tucumán. Cuando su padre cayó enfermo de ciática, a los 15 años él empezó a trabajar y no pudo continuar sus estudios. "A las 5 de la mañana, mi mamá me despertaba. Mi primer trabajo fue vendiendo leña con burro en Tinogasta, Catamarca. Tenía que hacerme cargo de la familia, mi papá estaba muy embromado y estábamos pasando hambre, así es que pregunté a los muchachos cómo era eso, me fiaron dos burros y me iba al campo de donde volvía a las 15 para hachar la leña", dijo este hijo de inmigrantes españoles que se encontró con la actuación siendo niño, en los actos escolares donde siempre obtenía los protagónicos.
Ya en su juventud, a los 16 años, seguir comedias y dramas que se representaban en la radio era un clásico en las reuniones con amigos en una zapatería céntrica. Mientras escuchaban el devenir de los personajes, él siempre imitaba las voces para animar a la "muchachada".
"Mis amigos me decían: ‘Colorado andá a la radio’. Pero no me animaba. Yo decía: ‘soy muy pobre’. Hasta que un día, después de hacer el servicio militar, estaban dando El facón del Pastor Luna por LV5 Radio Sarmiento con Oscar Donaire, Liliana Dávila, Leonor Moreno y todos los grandes. Y decidí ir a hablar con Donaire, él me dijo que fuera un día que me iba a probar. Avisé a todos que se quedaron escuchando, esperando que yo apareciera. Pero cuando llegué, el guardia me dijo que no había nadie porque se transmitía el partido de Argentina en cadena nacional. Me fui tan enojado", relató sobre su poco feliz acercamiento al legendario arte radiofónico.
Sin embargo, al mes siguiente, Avellá decidió redoblar la apuesta y hacer un segundo intento empujado por las ganas de actuar. En el tiempo en que el auditorio de Radio Sarmiento estaba iniciando su construcción, su interpretación impactó a Donaire y de ese modo comenzó a actuar. Primero con su voz en la novela El facón de Pastor Luna y después en El patio de la Morocha, su bautismo de fuego en los micrófonos y recuerdo que guarda un lugarcito especial en su envidiable memoria.
"Comencé haciendo al Carancho, un rol de malo muy importante. A partir de ahí, hice de traidor, galán, cómico… de todo un poco. A partir de allí no paré más, y alternaba eso con mi oficio de ayudante de albañil, siempre hice de todo", reflexionó con nostalgia mirando sus primeros pasos en un género que significó su ingreso a un universo "fantástico".
Pero, no todos fueron aplausos. Sus creaciones también despertaron sensaciones encontradas en el público.
"Una vez, haciendo la Felisa Tolosa en la pista Derby de Caucete, interpreté a un tipo enfermo por la plata que robaba niños y le pegaba a su madre, papel que hacía Nora Bernal. ‘Esto me pasa por ser demasiado blando de corazón’, decía yo. Un muchacho que había ido antes, se había puesto a tomar una cerveza y cuando me escuchó decir eso, me tiró con la botella. Menos mal que me agaché sino me pega. La gente se tomaba muy a pecho todo", afirmó sobre algunas de las anécdotas más fuertes que le sucedieron a lo largo de un "glorioso" cruce en la actividad.
En pareja desde hace 56 años con la madre de sus 9 hijos -la más chiquita y "regalona" falleció a los 4 añitos, como dijo con pesar-, el patriarca tiene "una familia grandísima" compuesta por 42 nietos, 44 bisnietos y 4 tataranietos que celebraron su retorno a las tablas.
"Hoy estoy enloquecido de volver, me siento muy emocionado !Ojalá! que a la gente le guste", manifestó el experimentado artista de cabello rojizo que en el circuito se desempeñó en piezas como Señor maestro, con dirección de Oscar Donaire; Contigo pan y un bebé, con Sergio Roldán; y Yo te perdono hijo mío, de su autoría, demostrando una enorme versatilidad para encarnar todo tipo de roles.
" ¡Gracias a Dios! la azotea me anda bien todavía así que seguiré con la actuación hasta que Dios quiera", consideró Avellá deleitado con esta nueva posibilidad de lucir sus dotes.
-
DATO
Gris de Ausencia, de Roberto Cossa, cuenta con apoyo del INT y el elenco se completa con Avellá, Pilar Murcia, Miguel Amado, Liliana Rodríguez y Juan Carlos Vega. "Hace 17 años hice una aproximación a la dirección con esta obra. Pero la vida te va llevando y ahora haré mi estreno. Me quedé enamorado de ella apenas la leí como hijo de dos italianos que se conocieron y casaron en Argentina. Es muy sentimental por el doble desarraigo de venir a la Argentina, de volver a Roma y sufrir la partida de sus descendientes hacia otras latitudes. Aquí, Avellá es el abuelo que con su bandoneón canta la calzoneta Gris de Ausencia", explicó Juan Terranova acerca del argumento de la producción. Si bien, esta noche ya colgó el cartel de entradas agotadas; se repondrá el sábado 7 a las 21,30 y los domingos 15 y 22 de mayo a las 20,30