Dos veces director del elenco del Teatro Colón, el reconocido Mario Galizzi está al frente de su propia versión de La Bella Durmiente, que debutó en el máximo coliseo argentino en 1990 y que tras varias reposiciones, el Teatro del Bicentenario estrenará el mes próximo, en coproducción y junto a la Sinfónica de la UNSJ, con destacados bailarines invitados y sanjuaninos. Desde México, donde hace un par de años comanda la Compañía Nacional de Danza (cargo al que, tras atravesar algunos conflictos, acaba de renunciar por estrictas razones personales y familiares; aunque continuará en ese país hasta fines de 2018 para cumplir con su agenda, tal como confirmó a DIARIO DE CUYO); y con Colombia, Brasil y San Juan como próximas estaciones laborales, el bailarín, maestro, coreógrafo y director dialogó con este medio. "Estoy muy expectante…’ expresó de cara a su pronto regreso a estas tierras, donde la troupe de artistas locales lo espera trabajando bajo la asistencia de Victoria Balanza, ‘que me ayuda muchísimo’, dijo.

 

 

Mario Galizzi  (Foto gentileza Diario El Universal de México)

 

 

 

– Está con un raid bravo de actividades…

– Cuando uno se empieza a dedicar a esta profesión es así, giras aquí y allá, y es parte un poco de la vida y del enriquecimiento que da esta profesión, el estar con diferentes compañías, públicos, escenarios, intérpretes…

 

– ¿En qué lo enriquece su paso por San Juan?

– Empecemos por el Teatro del Bicentenario, lo he comentado en varios lados y con toda honestidad, es primer mundo,  cómo funciona y hasta cómo se limpian jardines y ventanas, todo tiene un orden… Hay edificios magníficos pero están abandonados, en cambio los días que estuve, vi un funcionamiento fantástico. Y al tener un teatro así se puede llevar una producción como se ve en los grandes teatros del mundo, sin necesidad de tener que viajar para verlas. Eso es lo válido, todo lo que sea federal es maravilloso.

 

– También da la oportunidad a bailarines locales de estar en esas producciones y de trabajar con grandes artistas en su propia casa…

– Cosa que no siempre es factible… Ahora, por ejemplo, van a bailar con primeros bailarines de otras compañías, del Sodre, de Chile, extranjeros y argentinos y yo que soy un poco de cualquier lado…. es muy bueno, porque habla de una cosa latinoamericana, que es muy importante.

 

– Y nada menos que La bella durmiente…

– ¡Es el gran ballet de Tchaikovsky! Es una obra que conozco muchísimo, la primera vez que la hice fue en el Colón en el año "90 y de ahí en más cada tanto se vuelve a reponer.

 

– ¿Cómo es La bella durmiente de Galizzi?

– Es tradicional, por supuesto, tiene un prólogo y tres actos, que son prácticamente cuatro actos, porque el prólogo es muy largo, y tiene todo lo estrictamente necesario que tiene que tener lo de Petipa, inamovible, para que la tradición se mantenga, como el Adagio de la rosa, el Vals de las guirnaldas, el Pájaro azul, las hadas con todas su variaciones… Pero también el coreógrafo puede darle alguna cosa diferente, para que tenga su propia creatividad; por ejemplo, el rol de Carabosse, que es la mala, siempre lo hacía un señor vestido como bruja, más actuado que bailado, muy interesante y que muchas compañías siguen haciendo así; pero yo le quise dar una vuelta. Como todas las hadas son bellas y con grandes dones, Carabosse es igual que ellas, pero mala, está enojada, resentida… (risas). Esa es una de las diferencias con otras versiones. Y luego, teniendo en cuenta que este ballet se estrenó en 1890, cuando se pasaban horas en el teatro, hay partes que alargan y no aportan nada, que se reducen. Pero esa reducción es luego de un estudio muy fuerte para ver qué es importante dejar y qué no, para que no decaiga mucho la acción del público.

 

– Desde que lo vio por primera vez hasta ahora, reposiciones varias mediante ¿Qué lo cautiva de este ballet?

– La magia que tiene. Además es una obra magistral musical. Ésta y Lago de los cisnes son como "lo top’. En el bautismo de la princesa, esa entrada de las hadas con sus caballeros tiene una magia que a uno lo transporta a otro lado y lo hace olvidar de todo lo cotidiano… Estos ballets transportan, son dos horas de paz espiritual, donde te olvidás de las cuentas, de la violencia en las calles… El ballet es un remanso que reconforta.

 

– ¿Cualquiera puede disfrutarlo, aunque no sea entendido?

– Cualquiera. Y no es verdad que es solo un ballet para niños, un cuentito. El ballet clásico es la madre de todas las danzas y Bella Durmiente, Lago de los cisnes y Cascanueces son los tres grandes ballets clásicos creados por Petipa casi obligatorios. Luego hay otras obras, pero éstas son como el café con leche de la mañana, de ahí en más puede más tarde tomar otra cosa, pero eso es lo primero, lo necesario; ahí uno entiende la magia del ballet. Para disfrutar de una coreografía contemporánea, que muchas veces hay quejas de que no se entiende, hay que empezar por el principio…

 

– O sea que lo ideal para atraer y formar nuevos públicos son los grandes clásicos….

– Sí, porque son más sencillos de entender y tienen la magia. Y de ahí en más… Es como la lectura, usted no puede darle un libro de Hermann Hesse a quien nunca leyó, sin haber pasado antes por Dickens… y no es que sea inferior, sino que es básico, desde ahí se desarrolla lo demás.

 

– Recién dijo que el ballet es un remanso, pero también es parte de una realidad ¿Cómo ve al ballet en la Argentina de hoy?

– Creo que el ballet está en una crisis, en Argentina y en distintas partes del mundo; es mi opinión personal. No se puede evadir de la crisis que sucede en el mundo, no es una isla fuera de contexto. Pero en Argentina tenemos la gran suerte de que hay una tradición. En 1925 se creó acá la primera compañía de ballet, fue la primera de América, y eso habla de la tradición. Por suerte se ha generado un público de ballet que lo sostiene. Lo que sí creo es que hay que bajar los precios de la taquilla, para que más gente pueda verlo.

 

– Y en ese contexto ¿Cómo está la compañía insignia, la del Colón?

– Siempre hay problemas porque hay una cosa sindical fuerte, pero la compañía sigue trabajando, este año mucho más que antes y eso es bueno. El año pasado me tocó Lago de los Cisnes y Bella durmiente, y fue la taquilla del año, pero no porque fueran mis versiones, sino porque son títulos que llaman mucho la atención y educan, así que no está tan mal. Hay que pelearla nada más, como todo. Pero estoy convencido que esta tradición de la que le hablo es lo que nos dará ballet por largo tiempo. Si las escuelas están bien cuidadas y hay buenas producciones, el resto continúa solo.

 

> Para agendar
Con solistas invitados, bailarines sanjuaninos y la Sinfónica de la UNSJ, La bella durmiente subirá a escena en el Teatro del Bicentenario los días 29 y 30 de junio a las 21.30; y el 1 de julio a las 20, en el Teatro del Bicentenario. Las entradas cuestan $150, 350, 600 y 750 y pueden adquirise en www.tuentrada.com y en boletería del Teatro (abonos y promociones vigentes)

 

 

> Convocatoria para niñas
El Teatro del Bicentenario convoca a niñas que quieran ser parte de La bella durmiente. Pueden inscribirse hasta el 30 de mayo pequeñas de entre 8 y 11 años, con estudios de danza clásica y amplia disponibilidad horaria para ensayos. Enviar nombre completo, DNI, foto de rostr (frente, perfil) y de cuerpo entero (en 1ra. posición de pies y brazos). Informes e inscripciones en audiciones.teatrobicentenario@gmail.com