Luego de más de un año y medio cerrada, el 28 de septiembre reabrirá la sala principal del Teatro del Bicentenario. Será con Madama Butterfly, la ópera de Giacomo Puccini, con libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica estrenada en 1904, que narra la trágica historia de la geisha Cio Cio San, y que estaba prevista para la temporada 2020, que el teatro no pudo llevar a cabo por la cuarentena. Tal como informó a DIARIO DE CUYO la Ministra de Turismo y Cultura Claudia Grynszpan, será esa la primera de tres funciones, con un aforo de poco menos del 70 por ciento (lo que por la capacidad de la sala será de unas 770 personas); y marcará también el regreso a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, dirigida por Emmanuel Siffertt, que ayer tuvo un ensayo por primera vez desde que se desató la pandemia. 

El TB apostará a presentar esta obra de manera integral, en coproducción con el Auditorio Nacional SODRE de Montevideo y el Teatro Argentino de La Plata y tendrá como director de escena al reggie Pablo Maritano quien tuvo a su cargo la reposición estrenada en el año 2018 en el auditorio uruguayo.

Además de la Sinfónica, participará el Coro Universitario, dirigido por Jorge Romero, con un número reducido de integrantes -sólo 30-; mientras que la soprano porteña Daniela Tabernig será Cio Cio San. Desde Buenos Aires también llegarán como solistas Darío Shmunk (Pinkerton), Omar Carrión (Sharpless), Sergio Spina (Goro) y Hernán Iturralde (Bonzo). Y jugando de locales aportarán sus voces Romina Pedrozo (Kate Pinkerton) Fernando Lázari (Yamadori), Luis Pulenta (comisionado imperial) y Claudia Lepe (Suzuki). El diseño de vestuario es de Imme Moller y la escenografía, de Enrique Bordolini. En este punto, según lo que adelantaron, apostarán a recursos visuales cinematográficos para inundar la escena de colores, aromas, sensaciones e imágenes que generen impacto en la audiencia; para disfrutar de una puesta despojada y donde el desarrollo escénico también estará cuidado acorde a la época de pandemia que aún se transita. Porque la funcionaria también remarcó que se produjo la pieza y se trabajó para la puesta con estrictos protocolos. 

Las entradas se pondrán a la venta el 7 de septiembre a las 13 hs a través de la plataforma tu.entrada.com y en boletería del Teatro del Bicentenario, para las tres funciones: 28 y 30 de septiembre y 2 de octubre a las 21 hs. Los tickets estarán disponibles en forma escalonada y tendrán un rango de precios que irá de $600 a $1.800 según la ubicación en la sala. 

La orquesta volvió a ensayar

Fue ayer en el Teatro del Bicentenario, en el inicio de los ensayos para su participación en Madama Butterfly. Es un lugar al que están acostumbrados porque allí han trabajado otras veces; y ahora también porque "su casa", el Auditorio Juan Victoria, continúa cerrado hasta fin de mes por refacciones. Para su regreso a un escenario, por los protocolos vigentes, la Sinfónica podrá actuar con 30 personas, incluido el director, lo que es menos de la mitad de los integrantes. La Orquesta acordó con el TB como contraprestación, en lugar del pago de caché acostumbrado, contar con la sala principal para dos conciertos propios en los últimos meses del año. 

"Yo estoy muy feliz por la vuelta. Son condiciones muy particulares, estamos todavía en pandemia, yo respeto la pandemia, tenemos todas las precauciones, tenemos la autorización oficial de la facultad, o sea que todo está bien, hay que cuidarse. Es una orquesta reducida; los que no tocan ahora tocarán las obras de los próximos programas, la elección no fue un problema. También hay personas que son de riesgo, ellos por ley no están" dijo el maestro Siffert a este diario horas antes del primer encuentro presencial del grupo, porque aunque se vieron por videollamadas y algunos se juntaron para hacer conciertos en pequeños ensambles, el cuerpo no se había reunido en un año y medio. De todas maneras, porque no llegaron todas las partituras, ayer sólo pudieron ensayar las cuerdas, por lo que después de una charla de higiene y seguridad que les brindaron especialistas invitados por el TB, el resto de los músicos se fue a casa. 

"Butterfly es compleja, es muy compleja. Así que ensayaremos como siempre, en la mañana, reducido por los protocolos, pero ensaya el grupo que tocará. El resto del grupo esperará que haya otro programa. Después de las funciones de la ópera, vendrán los conciertos en el Auditorio todavía a confirmar, no sabemos la modalidad" adelantó Siffert, que seguirá al frente del cuerpo sanjuanino al menos hasta fin de año. 

En la orquesta reducida que se armó, los vientos también participarán, pero con la instalación de mamparas para evitar el "efecto aerosol" que producen al tocar. "Es una orquesta reducida con cuatro primeros violines, tres segundos violines, dos violas, tres chelos, dos contrabajos, el arpa y después vienen los vientos que serán dos de cada uno: clarinete, flauta, cornos, fagot, un trombón y luego un timbal y dos percusionistas más" detalló Juan Caballero, integrante de la Comisión artística del Centro de Creación Orquestal.

"Las 30 personas se eligieron de común acuerdo entre los solistas de cada fila y el maestro Siffert; esto nos demandara todo el mes de septiembre y parte de octubre, lo que coincidirá más o menos con la fecha de estipulada de apertura del Auditorio, así que la otra parte de la Orquesta, que no actuó en el TB, podría retomar los conciertos de los viernes. De acuerdo a la situación podríamos llegar a decirse que la orquesta podría estar dividida en burbujas, llegado el momento cuando esté el Auditorio, se verá quiénes estarían los viernes" dijo Caballero, que es violinista, fue elegido para esta ópera y agregó: "La gente está con muchas ganas de volver, es verdad que de manera individual o de distintas formas algunos han estado tocando, yendo a hacer algunas representaciones, pero no como la Orquesta Sinfónica que es lo que se quería. Es lo que estábamos anhelando, están todos contentos, con volver a actuar, porque por otro lado no paramos de hacer docencia". 

La alegría por volver tiene que ver con que desde abril que intentaban, sin suerte, volver a tocar. Al ser un organismo perteneciente a una universidad tuvieron que enfrentarse a una serie de procesos burocráticos que retrasaron el vuelta, porque incluso en marzo, el maestro Siffert había diseñado una programación con obras que podían tocarse en ensambles reducidos (según protocolo de ese momento) y aunque no estuviera disponible el Auditorio Juan Victoria- que estaba en plena refacción tras el terremoto- el director suizo quería presentarse en salas pequeñas como ya lo estaban haciendo músicos de todos los géneros. Pero eso tampoco fue posible. 

Aquellas gestiones parecen lejanas ya, cuando por fin la música comenzó a sonar y con ella apareció la sonrisa en el rostro los instrumentistas, que seguramente añoran los aplausos y el gran escenario.