"Buenas noches, mi ángel, duerme bien. Mami y papi te amaremos por siempre", fueron las palabras que pronunció ayer -quebrado por el dolor- Mitch Winehouse, el padre de Amy, la cantante británica que el sábado pasado, a los 27 años, fue encontrada muerta en su casa de Londres. Su madre Janis y su hermano Alex también estuvieron en las exequias, junto a unas 400 personas, entre los que se contaban varios famosos (algunas optaron por llevar el mismo peinado que popularizó Amy, llamado "beehive", o panal de abejas).

El funeral privado -que duró unos 45 minutos- se llevó a cabo en el cementerio judío de Edgwarebury en Edgware, oficiado por un rabino. Poco después el cuerpo fue incinerado en una sinagoga de Golders Green, al Norte de Londres.

Amy fue hallada sin vida el sábado por la tarde en su casa de Camden, el Norte de Londres. En el momento de su muerte la estrella se encontraba con su guardaespaldas, quien la encontró tirada en la habitación. La policía británica se ha negado a dar detalles sobre las causas de muerte, que son investigadas en una causa judicial que se reabrirá el próximo 26 de octubre, cuando está previsto que se conozcan los resultados de los exámenes toxicológicos.

Winehouse batallaba desde hacía años contra una adicción a las drogas y el alcohol, y recientemente había sido internada en una clínica de desintoxicación de Londres, que le había prohibido consumir más bebidas alcohólicas.