El director y productor mendocino Miguel Grau Bassas llegó a San Juan para filmar un capítulo más de La ranchera, que en esta ocasión tiene a Pablo Rago y Darío Lopilato como protagonistas. Las filmaciones de proyectos regionales o nacionales son ya más habituales así que a nadie le sorprendió y muchísimos actores locales acudieron al casting convocado en el Teatro Municipal, el 2 de septiembre. Incluso la misma Municipalidad de Capital realizó la difusión del proyecto que contaba con su amplio apoyo. Eligieron a varios de los intérpretes que se presentaron, pero un conflicto se desató en el último tramo, cuando les anunciaron por Whastapp que debían participar gratis; y que en el caso de los extras sería una jornada de más de 10 horas, este domingo próximo.
Las capturas de las conversaciones entre productora y actores, junto a fuertes opiniones de algunos de los que se negaron a actuar en esas condiciones, se multiplicaron en las redes sociales. El mensaje que más molestó, confirmado a este medio por distintas fuentes, fue el enviado en nombre de la producción donde además de consignar que Ranchera es un proyecto independiente de "poco presupuesto" -y por ende "la participación sería ad honorem"- se planteaba que "sería una gran experiencia poder actuar con actores como Pablo Rago, Darío Lopilato y varios artistas sanjuaninos de primer nivel".
Consultado por DIARIO DE CUYO, Grau Bassas negó tal mensaje. "No, nadie les ha dicho eso, eso no es verdad. ¿Quién lo escribió? Porque no es mi punto de vista. La retribución no es estar con Pablo Rago, para aquellos a los que nos gusta actuar, nos gusta actuar; nosotros lo que generamos es una oportunidad con las herramientas que tenemos a mano, que son escasas" aseguró el mendocino que además se mostró sorprendido por la reacción de los actores locales, dijo que "sólo uno no quiso estar", resaltó que los seleccionados ya están grabando (aunque no precisó qué cantidad y no respondió si esta catarata de comentarios negativos le restó extras) e insistió en que es un proyecto independiente y que las figuras nacionales también trabajan gratis.
Otro punto que los actores cuestionaron es que en el llamado a casting no se indicara que no sería un trabajo remunerado, evitando así la "pérdida de tiempo" a quienes no estaban dispuestos a trabajar con el sólo fin de sumar experiencia. Al respecto, Grau Bassas aseguró que no está obligado a notificar las condiciones previamente. "Hay que entender, el casting es una prueba, después de esa prueba hay instancias, te sentás con alguien de la producción y te comunican cómo es el proyecto, podés decir que sí o que no. Esto que pasó ahora no me pasó nunca, ni en Mendoza, ni en Buenos Aires, ni en Tucumán, nunca. Y en esta serie nunca hemos tenido dinero para poder pagar" aseguró el realizador que filmó en 2016 y 2018 otros episodios de la miniserie a la que le falta el último capítulo; y que no tiene definido aún dónde se difundirá.
En la vereda del frente de los que se enojaron y denunciaron están los que sí decidieron aparecer en La ranchera, por diferentes motivos. Entre los que se quedaron, figura por ejemplo la drag Pandora Pink, una de las seleccionadas, quien expresó a este diario que aceptó trabajar sin cobrar porque "es un modo de visibilizar". "Una drag en una serie es algo que no se ha visto y servirá para abrir puertas, así que no me importa si lo hago gratis" sostuvo.
El proyecto aparecía como una oportunidad importante para la comunidad actoral local. Según dijo a DIARIO DE CUYO Sandra Barceló, secretaria de Cultura de la Municipalidad de la Capital, la comuna había accedido a apoyarlo como un modo de potenciar la producción audiovisual local; y de hecho, una de las condiciones era que "el 70% de los participantes, entre técnicos y actores, tenía que ser local". Por eso, explicó, el municipio prestó el Teatro Municipal y se hizo cargo de toda la logística del equipo de Grau Bassas. Pero Barceló aseguró ayer que no estaba al tanto de que no se pagaría a los actores y, ante el estado público que tomó la situación, se contactó con el productor y con la delegación local de la Asociación Argentina de Actores (AAA), institución que ya estaba al tanto por las denuncias de los artistas.
En tanto, desde la delegación local de AAA, Juan Carlos Vega aseguró que la producción no cumplió con la obligación de presentar el guión ante la entidad, que es la que regula que cada actor cobre acorde a su rol y según la escala salarial vigente, que en el caso de los "bolos" para televisión -como se llama a las participaciones menores-, estipula un monto de más de 8 mil pesos por jornada en unitarios de 30 minutos de duración.
A partir del escándalo sanjuanino, Grau Bassas tuvo que responder y atender los llamados del sindicato porteño. Según Vega, la producción se había comprometido ayer a enviar las planillas con horarios de rodaje, locaciones, nómina de actores participantes y los formularios firmados por ambas partes que permitirán el pago posteriormente.
En principio, se cierra así este capítulo que movilizó al ambiente de la interpretación actoral sanjuanino y volvió a poner en el tapete su lucha por los derechos conquistados respecto a que el trabajo artístico se paga, tal como resaltaron.
Pablo Flores Tulian. Actor y director
"Lo más triste es que uno accedió al casting a través de la municipalidad de la Capital. Uno pretende que la gente de acá nos respalde a nosotros, a los trabajadores culturales; eso me duele. Uno confió que Capital, o cualquier municipalidad, va a intermediar para que se nos pague bien, se nos tenga en cuenta y no que se nos tome como pseudoprofesionales o gente que se puede conformar con que la paga sea estar cerca de Pablo Rago y que Pablo Rago te mire".
Miguel Grau Bassas. Productor y director
"Esto es un proyecto muy chiquitito, muy independiente, todas las personas están de corazón, todos los que trabajan lo hacen porque les gusta esto, me refiero también a los técnicos. Pablo Rago ha venido ad honorem y me gusta aclararlo. Con Pablo nos conocemos hace muchos años y tenemos una amistad y él nos apoya en este proyecto que de verdad es chiquito. Pero claro, cuando ponés el nombre de una figura como Pablo, parece que hay mucho dinero. Aquí empiezan las confusiones".
Sandra Barceló. Sec. Cultura Mun. Capital
"Nos reunimos para ver la veracidad de esto, hablamos con la Fundación Azem y a nosotros nos dijeron que iban a hablar con los actores y que era un tema con los extras; nos dijeron que sí les van a pagar, esas fueron las palabras. El compromiso de la municipalidad no era estar dentro de la producción, lo aclaramos siempre, pero jamás podíamos imaginar que esto podía llegarse a proponer. Nosotros pagamos a través de la AAA hasta los profes de los talleres, así que cómo vamos a avalar esto".
Juan Carlos Vega. Delegado AAA
"El casting es una convocatoria para realizar un trabajo. Más allá que avisen o no, se supone que se paga. Si no pagan sí o sí tienen que avisar. Si ellos hubieran trabajado de forma correcta y honesta lo hubieran dicho, claro que de ser así, nosotros hubiésemos accionado antes y tal vez ni siquiera les hubiéramos dejado hacer el casting. Yo no creo que Rago y Lopilato estén trabajando ad honorem. Llegado el momento se sabrá, porque si cobran lo tienen que hacer a través de la AAA".